Por Agroempresario.com
En el marco del encuentro Experiencia IDEA Rosario, el economista Fernando Marengo, jefe de la consultora Black TORO, presentó un análisis detallado sobre la coyuntura económica de la Argentina, la volatilidad histórica y las oportunidades que ofrece el mercado global, con especial foco en el sector agroindustrial y la creciente demanda de alimentos en África.
Marengo subrayó que la productividad ha sido el factor determinante en el crecimiento agrícola global. Desde la década de 1970, la producción de granos se ha triplicado sin un aumento significativo en la superficie cultivada, gracias a avances tecnológicos, mejoras genéticas y optimización en el uso de insumos.
“Lejos de los pronósticos de escasez de Thomas Malthus, hoy producimos más con igual o menos tierra. La clave está en hacer más eficientes todos los procesos”, señaló.
El economista remarcó que el precio real de productos como soja, maíz y arroz ha mostrado una tendencia a la baja cuando se los ajusta por inflación, lo que obliga a los países productores a competir principalmente por costos y eficiencia.
Para Marengo, el foco estratégico de los próximos años debe estar en identificar y abastecer mercados con déficit calórico y población en crecimiento acelerado. En este punto, África aparece como la gran oportunidad.
“Los países menos desarrollados crecen a un ritmo del 2% anual, con una demanda insatisfecha de alimentos y un potencial fenomenal. El desafío, claro, es institucional, pero ahí es donde las empresas argentinas pueden marcar la diferencia”, sostuvo.
Además, recalcó que el envejecimiento poblacional en las economías desarrolladas abre la posibilidad de canalizar inversiones hacia naciones jóvenes, algo que el agro argentino puede aprovechar para financiar infraestructura y logística de exportación.
En su exposición, Marengo presentó una serie histórica de 124 años del PBI argentino, calificando la trayectoria como un “electrocardiograma” marcado por crisis recurrentes.
“Hemos probado todos los modelos: apertura, cierre, tipo de cambio fijo, flotante, gobiernos de distintos signos… y lo único constante ha sido la volatilidad”, resumió.
El economista señaló que la raíz de esta inestabilidad es el déficit fiscal crónico, una “compulsión a gastar de más” que ha limitado la capacidad del país para sostener ciclos de crecimiento a largo plazo.
Marengo destacó que, a diferencia de experiencias anteriores, el actual Gobierno ha logrado simultáneamente eliminar el déficit fiscal, pasar a superávit y, al mismo tiempo, reducir impuestos como las retenciones y el impuesto PAIS, mientras incrementaba gasto social y jubilaciones en términos reales.
“Es un logro inédito en la historia argentina reciente”, afirmó.
En materia cambiaria, celebró la unificación del tipo de cambio y la reducción de la brecha, aunque reconoció que la flexibilización posterior reintrodujo cierta tensión. “El mensaje es que, si la inflación baja y las reglas son claras, se genera confianza para invertir”, explicó.
Uno de los puntos más importantes de su mensaje fue la advertencia de que la baja de inflación cambia las reglas de juego para las empresas.
“En un contexto inflacionario, el gerente más importante era el financiero. Hoy, con menos beneficios por brechas y licuaciones, la rentabilidad dependerá de la eficiencia productiva real”, dijo.
Esto implica que las empresas deberán apostar a innovación, tecnología y optimización de procesos para sostener márgenes y competir a nivel global.
A nivel internacional, Marengo advirtió que los índices de incertidumbre están en niveles récord, incluso superiores a los de la pandemia. Entre los factores de riesgo mencionó las tensiones comerciales entre potencias, las disputas arancelarias y los desequilibrios fiscales en economías clave como Estados Unidos.
“En este escenario, quien logre adaptarse más rápido y asegurar mercados tendrá una ventaja competitiva decisiva”, subrayó.
Para cerrar, planteó el “dilema del prisionero” aplicado al empresario argentino: invertir ahora o esperar.
“El riesgo de no invertir es que, si el programa económico funciona, se pierda participación de mercado. El costo de esperar puede ser más alto que el de arriesgarse hoy”, reflexionó.
En la apertura del evento, Lisandro Rosental, presidente de IDEA Rosario y titular de Rosental Inversiones, llamó a construir consensos entre el sector privado, el Estado y los organismos para definir una agenda de mediano y largo plazo.
“La región tiene una riqueza productiva enorme y señales alentadoras en el plano macroeconómico. El desafío es ordenar todas las variables y establecer un camino común”, afirmó.
Rosental insistió en que foros como Experiencia IDEA deben servir para generar propuestas concretas que fortalezcan la competitividad del interior productivo argentino.