Por Agroempresario.com
La Patagonia argentina se prepara para un escenario electoral clave en octubre, donde se pondrán en juego 9 bancas en el Senado y 12 en Diputados. El resultado será determinante para el presidente Javier Milei, que necesita ampliar su representación en el Congreso. Sin embargo, la región presenta un panorama especialmente desafiante: gobernadores con fuerte peso territorial, fuerzas provinciales muy arraigadas y un peronismo que, pese a su crisis interna, busca retener espacios decisivos con el respaldo de Cristina Fernández de Kirchner.
Las elecciones en la Patagonia no solo reflejan la puja entre libertarios, peronistas y fuerzas tradicionales, sino también la consolidación de liderazgos provinciales que en muchos casos superan la lógica de las estructuras nacionales. Los casos de Rolando Figueroa en Neuquén, Alberto Weretilneck en Río Negro, Ignacio Torres en Chubut y Gustavo Melella en Tierra del Fuego evidencian cómo los gobernadores se convirtieron en protagonistas centrales del tablero político.
En Neuquén, los escaños de Oscar Parrilli, Silvia Sapag y Lucila Crexell quedarán vacantes. Allí, el gobernador Rolando Figueroa apuesta a consolidar su proyecto “La Neuquinidad” con Julieta Corroza y Juan Luis Ousset, mientras que La Libertad Avanza llevará a la diputada Nadia Márquez y al radical Pablo Cervi. El peronismo, en medio de tensiones internas, finalmente llevará a Silvia Sapag y Sebastián Villegas, en una jugada digitada por Cristina.
En Río Negro, el gobernador Alberto Weretilneck impulsa a Facundo López para el Senado, mientras que el peronismo apuesta por Martín Soria y Ana Marks, en una decisión que generó resistencias internas. El PRO rompió su acuerdo con los libertarios y llevará a Juan Martín y Claudia Bertora, mientras que Lorena Villaverde representará a La Libertad Avanza, con apoyo directo de Karina Milei y Lule Menem.
En Tierra del Fuego, la disputa también es intensa: el gobernador Gustavo Melella, a través de su espacio FORJA, conformó la alianza Fuerza Patria junto al PJ. Postulan a Cristina López y Federico Runín, mientras que los libertarios apuestan a Agustín Coto y Belén Monte de Oca. La UCR, con Pablo Daniel Blanco, buscará conservar su lugar en la cámara alta.
El escenario para la Cámara baja en la Patagonia se presenta aún más fragmentado.
Los gobernadores se convirtieron en árbitros de la disputa política patagónica. En muchos casos, su peso territorial les permite definir candidaturas y condicionar a los partidos nacionales. Tanto Weretilneck en Río Negro como Figueroa en Neuquén trabajan en sintonía y mantienen negociaciones constantes con la Casa Rosada.
En Chubut, el joven gobernador Ignacio Torres busca consolidar su liderazgo dentro del PRO y al mismo tiempo frenar el avance libertario. En Santa Cruz, Claudio Vidal aparece como un jugador nuevo que rompe la histórica hegemonía del kirchnerismo. Finalmente, en Tierra del Fuego, Melella se consolida con su alianza entre FORJA y sectores del PJ.
Para Javier Milei, el desafío es monumental. Su espacio, La Libertad Avanza, enfrenta serias dificultades para competir en distritos donde las estructuras provinciales tienen una larga tradición de poder. Sin alianzas sólidas, la construcción libertaria se basa en figuras nuevas o extrapartidarias, pero carece de la implantación territorial que sí poseen los gobernadores y partidos provinciales.
No obstante, con el impulso de Karina Milei y Lule Menem, el oficialismo busca instalar candidatos en cada provincia y aprovechar el desgaste del peronismo para ganar representación en el Congreso.
Aunque debilitado, el peronismo mantiene presencia en toda la región. La intervención de Cristina Fernández de Kirchner en el armado de listas demuestra que sigue siendo la referencia central del espacio. Su desafío será conservar la mayor cantidad de bancas posibles, en un territorio que alguna vez fue bastión firme del kirchnerismo.
En Santa Cruz, cuna política de Néstor Kirchner, la elección tendrá un condimento especial: el peronismo buscará evitar que el avance libertario y provincialista termine de desplazar del poder legislativo.
En total, la Patagonia definirá 21 bancas en octubre: 9 en el Senado y 12 en Diputados. Lo que ocurra en la región será clave para el futuro de las principales fuerzas nacionales y para el equilibrio de poder en el Congreso.
Si Milei logra sumar representación, fortalecerá su capacidad de negociación. Si los gobernadores consolidan sus espacios provinciales, aumentarán su poder frente a la Casa Rosada. Y si el peronismo logra resistir, demostrará que aún conserva bases firmes en el sur del país.
La Patagonia, históricamente considerada un territorio periférico en la política nacional, aparece ahora como un campo de batalla decisivo para el futuro inmediato de la Argentina.