Por Agroempresario.com
La empresa familiar El Mojón, en Entre Ríos, se ha convertido en un ejemplo de diversificación y crecimiento dentro del sector agropecuario argentino. Liderada por Norberto y Mauricio Mohr junto a sus cinco hijos, la firma combina ganadería de ciclo completo, tambo, cabaña y agricultura, logrando consolidar un modelo de negocio resistente a los altibajos de precios y condiciones climáticas.
La historia de El Mojón comenzó con el abuelo Ricardo Mohr, en Aldea San Juan, localidad cercana a Urdinarrain. Inicialmente, la producción se centraba en ganadería de cría extensiva, con animales Shorthorn y cruzas. El objetivo era mejorar la calidad genética del rodeo, para lo cual adquirieron reproductores en remates locales y de Gualeguaychú.
Con el tiempo, la familia eligió vacas Angus negras para producir toros propios, ampliando así la capacidad de servicio de su creciente rodeo. Este enfoque estratégico permitió que cada generación continuara mejorando la genética y aumentando el número de vientres, consolidando un modelo de negocio familiar sólido y sostenible.
Pablo Mohr (34) recuerda: “Todos los integrantes de la familia apostamos a crecer en vacas y campo, conscientes de que la tierra es un bien escaso en un mundo que crece constantemente”. Actualmente, la empresa posee cinco unidades productivas de 500 a 800 hectáreas en Bovril y 600 hectáreas en Federal, combinando cría, recría, terminación de novillos, tambo, cabaña y agricultura.
El planteo de ganadería comercial en El Mojón incluye cría en Federal, recría y terminación en Bovril, utilizando pasturas, alfalfa, verdeos de invierno y rollos. La terminación se realiza en corral, y los novillos livianos se venden directamente a frigoríficos de Buenos Aires, quienes confían plenamente en la calidad de los animales.
El tambo, con más de 55 años de historia, también se ha consolidado dentro de la empresa familiar. Comenzó con pocas vacas Shorthorn y Holando, aprovechando la entrada de La Serenísima en la zona. Actualmente, el tambo cuenta con 250 vacas en ordeño, con leche entregada a plantas de La Serenísima en Buenos Aires.
Pablo Mohr destaca: “El mejoramiento genético y la responsabilidad con la que trabajamos generan confianza en nuestros clientes, quienes compran todo lo que cargamos sin necesidad de inspecciones previas”. Este nivel de calidad es clave para mantener la rentabilidad y diversificación de la empresa.
El área agrícola de El Mojón aporta principalmente forraje para la hacienda y asegura la diversificación productiva. Actualmente se siembran 300 hectáreas de soja y 200 hectáreas de maíz, utilizadas para alimentar toros y vacas del tambo, además de preparar lotes para pasturas.
La agricultura cumple un rol estratégico: no solo aporta insumos para la ganadería, sino que protege a la empresa de las fluctuaciones de precios y riesgos climáticos asociados a cada actividad. Esta combinación de ganadería, tambo y agricultura ha sido clave para mantener la estabilidad económica de la firma familiar.
El mejoramiento genético en El Mojón se inició para disponer de toros de alta calidad, pero evolucionó hacia un enfoque comercial. La cabaña cuenta hoy con 600 madres: 80 Brangus, 70 Braford y el resto Angus, con producción de 250 toros anuales. La selección genética se ha llevado a remates en Villa Elisa, Basavilbaso y Gualeguaychú, con excelente demanda.
El 60% de la cabaña es Angus negro y 40% Angus colorado, con incorporación de inseminación artificial y repaso con toros puros de pedigrí. Los toros de El Mojón han recibido premios en exposiciones de la Asociación Argentina de Angus, consolidando la reputación de la cabaña a nivel nacional.
Pablo Mohr explica: “El ingreso a la cabaña nos permitió no solo disponer de toros para nuestro rodeo, sino también ofrecer productos de alta calidad al mercado, manteniendo la sostenibilidad de nuestra empresa familiar”.
El trabajo conjunto de los siete integrantes de la familia Mohr brinda ventajas significativas. “Disponer de varias personas en la dirección asegura que siempre haya alguien presente para atender un parto o ordeñar un domingo”, comenta Pablo. Esto minimiza riesgos operativos y permite mantener un planteo productivo diversificado.
Además, la unión familiar facilita la compra de tierras y expansión de las unidades productivas, algo mucho más difícil para un productor individual. La combinación de ganadería, tambo, cabaña y agricultura permite enfrentar altibajos de precios y mantener la continuidad del negocio, garantizando que la empresa familiar siga creciendo.
El modelo de El Mojón muestra que la diversificación y el enfoque familiar son clave para la sustentabilidad en el sector agropecuario. La integración de actividades productivas, la mejora genética, la inversión en tecnología y la capacitación continua aseguran una empresa capaz de crecer, adaptarse a cambios de mercado y mantener la rentabilidad en condiciones adversas.
La planificación estratégica de la familia Mohr, combinada con la gestión eficiente de recursos, garantiza que la empresa no solo se mantenga en el tiempo, sino que también sirva como referente de innovación y éxito dentro del agro argentino.
En conclusión, El Mojón representa un caso ejemplar de cómo una empresa familiar puede consolidarse a través de la diversificación, la genética de alto nivel, la integración de actividades y la cooperación familiar. La experiencia de los Mohr en Entre Ríos ofrece una hoja de ruta para productores que buscan estabilidad, crecimiento y éxito en el sector agropecuario.