Por Agroempresario.com
En un contexto de alta tensión política y con un fuerte espaldarazo financiero desde Estados Unidos, el XXVIII Foro Iberoamericano de Garantías, realizado en San Carlos de Bariloche, reunió a seis gobernadores provinciales para debatir sobre federalismo, financiamiento PYME y la relación con el poder central. En ese marco, los mandatarios expresaron su disposición al diálogo con la Casa Rosada, aunque dejaron claro que los tiempos electorales condicionan cualquier convocatoria o acuerdo.
El evento, organizado por el gobierno de Río Negro, la Red Iberoamericana de Garantías (REGAR) y el Consejo Federal de Inversiones (CFI), convocó a gobernadores como Alberto Weretilneck (Río Negro), Carlos Sadir (Jujuy), Gustavo Sáenz (Salta), Sergio Ziliotto (La Pampa), Marcelo Orrego (San Juan) y a la vicegobernadora María Florencia López (La Rioja). También participó Hugo Passalacqua (Misiones). En la inauguración, los mandatarios aseguraron que están dispuestos a retomar el diálogo con el Ejecutivo nacional, aunque algunos advirtieron que ese llamado debería esperar a obtener señales claras luego de las próximas elecciones.
El anuncio del respaldo del gobierno de Estados Unidos al programa económico argentino —y el pedido explícito al Presidente para reconstruir puentes con gobernadores y bloques parlamentarios— fue interpretado por muchos como una invitación a reactivar canales que, durante los últimos meses, habían estado erosionados por conflictos fiscales y decisiones unilaterales.
Consultado por este medio, Carlos Sadir (Jujuy) comentó que no fue aún convocado oficialmente, pero que el apoyo externo “abre expectativas”:
“Este salvataje de Estados Unidos amerita que, luego de las elecciones, haya una convocatoria general para ver cómo seguimos”, sostuvo.
Por su parte, Gustavo Sáenz (Salta) fue el más crítico del equipo nacional, denunciando una “soberbia grande” del gobierno central, con funcionarios que “no conocen las realidades provinciales”. Aun así, no descartó una reunión futura con la administración de Javier Milei.
Sergio Ziliotto (La Pampa) jugó un rol más conciliador. Recordó que los gobernadores habían presentado un paquete de leyes al Congreso con anterioridad y se habían acercado a la Casa Rosada en pos de un acuerdo político:
“Fuimos a proponer un acuerdo; siempre estuvimos dispuestos al diálogo”, manifestó.
Alberto Weretilneck, anfitrión del foro, admitió que la convocatoria podría concretarse en cualquier momento, pero sostuvo que una vez pasada la elección sería más sencillo:
“Habrá menor presión política y más claridad sobre lo que los argentinos quieren para el país”, explicó.
Subrayó al mismo tiempo que el gobierno nacional debe “escuchar, reflexionar y pensar junto con las provincias” para construir un Presupuesto 2026 que refleje acuerdos federales.
Durante el encuentro, los mandatarios participaron del panel “El rol de las garantías en el desarrollo de las economías regionales”, liderado por el secretario general del CFI, Ignacio Lamothe. Ahí expusieron críticas al manejo del financiamiento productivo y la falta de escucha federal.
En sus intervenciones, Ziliotto reclamó que el gobierno habla poco de “producción y trabajo”, y propuso un pacto donde lo público y lo privado marchen juntos para encarar los problemas del país. Sáenz alertó sobre el uso de políticas de corto plazo que no resolverán los desafíos estructurales del interior. Y Sadir defendió programas provinciales, como el FOGAJUY, que impulsa que PYMEs locales accedan a líneas crediticias antes inaccesibles.
Marcelo Orrego (San Juan) reforzó el rol de las garantías provinciales: explicó que la agencia de garantía creada en 2018 ya acompañó a numerosos proyectos, especialmente en minería, agroindustria y energías renovables, permitiendo que emprendedores y pymes ganen acceso al crédito incluso en escenarios de riesgo.
Lamothe, en su exposición, subrayó que el financiamiento es piedra angular del desarrollo nacional. Defendió la multiplicación de fondos de garantía provinciales como herramienta para generar confianza en el sistema financiero y armonizar la relación entre Nación y provincias.
Aunque la mayoría de los gobernadores expresaron predisposición al diálogo, sus declaraciones dejaron claro que los tiempos electorales los condicionan. Muchos coincidieron en que cualquier convocatoria formal o estructural con la Casa Rosada tendría más posibilidades de prosperar una vez pasada la contienda electoral.
El respaldo de EE. UU. fue interpretado tanto como un apalancamiento financiero como un llamado político. Si el gobierno nacional aprovecha ese viento favorable para recomponer relaciones con las provincias, podría reconstruir parte del consenso institucional perdido en meses recientes. Pero si la apertura se percibe como tardía o forzada, generará más escepticismo que acuerdos reales.
Provincias que sienten haber sido postergadas, con reclamos históricos sobre coparticipación, obra pública y recursos fiscales, observan con recelo si el diálogo se materializa con contenido o si queda reducido a simples gestos simbólicos.
El Foro Iberoamericano de Garantías en Bariloche fue más que un espacio técnico de financiamiento PYME: fue el escenario donde los gobernadores pusieron condiciones, inquietudes y límites al diálogo con la Casa Rosada. El apoyo externo de EE. UU. abrió una ventana, pero los actores provinciales no aceptan una invitación en blanco: exigirán que la interlocución sea real, respetuosa del federalismo y sin imposiciones unilaterales.
Si el gobierno nacional desea consolidar su gobernabilidad y evitar que los bloqueos provinciales limiten su agenda legislativa, tendrá que demostrar más que disposición: deberá mostrar convicción, equidad distributiva y una visión clara del papel de las provincias en la Argentina del futuro.