Por Agroempresario.com
En medio de una agenda cargada en Washington, el ministro de Economía, Luis Caputo, y el secretario del Tesoro estadounidense, Jeffrey Bessent, trabajan en los detalles finales de una compleja ingeniería financiera que busca concretar un swap por USD 20.000 millones. El objetivo principal es fortalecer las reservas del Banco Central de la República Argentina (BCRA) y reducir el riesgo país mediante una compra estratégica de bonos en octubre, dentro del marco del salvataje financiero prometido por Donald Trump al presidente Javier Milei.
La operación, que se perfila como un hito en la relación bilateral entre Argentina y Estados Unidos, estaría estructurada a partir de los Derechos Especiales de Giro (DEG) que el Fondo Monetario Internacional (FMI) otorgó a la Secretaría del Tesoro estadounidense. Estos activos servirían como respaldo para transferir los fondos que el Gobierno argentino destinaría a estabilizar los mercados locales y fortalecer la confianza de los inversores.
No obstante, la implementación del swap presenta varios desafíos técnicos y legales. Uno de los principales dilemas radica en determinar quién adquirirá los DEG de Estados Unidos a cambio de dólares, y cómo se canalizarán esos recursos hacia el Ministerio de Economía. Según fuentes cercanas a las negociaciones, una de las soluciones planteadas sería que la Reserva Federal (FED) compre los DEG, permitiendo que Caputo acceda a los USD 20.000 millones mediante una Letra Intransferible depositada en el Banco Central.
Mientras los equipos técnicos avanzan contrarreloj, la administración de Trump y el Gobierno argentino coordinan estrategias para evitar que los parlamentos de ambos países obstaculicen el acuerdo. En Estados Unidos, la bancada demócrata del Senado, encabezada por Chuck Schumer, expresó su rechazo al plan. El senador publicó en su cuenta oficial de X una crítica directa: “Trump quiere hacernos creer que no hay dinero para la salud o los controladores aéreos, pero sí para rescatar a la Argentina”.
Aunque el Congreso norteamericano no tendría facultades explícitas para bloquear la operación, los demócratas analizan antecedentes jurídicos para cuestionar la legalidad del salvataje. De todas formas, la Mexican Debt Disclosure Act de 1995 obliga a Trump y Bessent a informar al Capitolio sobre el uso de fondos públicos para la asistencia financiera internacional.
En paralelo, la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, habría instruido al Departamento de Investigación (SPR) del organismo para preparar un informe técnico que respalde la viabilidad del acuerdo. Este documento tendría como propósito demostrar que Argentina está en condiciones de honrar sus compromisos con Estados Unidos, lo que facilitaría la aprobación política y técnica del salvataje.
De concretarse el swap, el esquema actual del programa argentino con el FMI quedaría en revisión antes de que finalice 2025. Bessent, quien mantiene una relación fluida con los equipos económicos de Milei, pretende redefinir el marco financiero bilateral con una lógica más flexible y menos condicionada por los programas tradicionales del Fondo.
En Buenos Aires, la iniciativa genera tensiones políticas. Las bancadas kirchneristas en Diputados y el Senado anticiparon su oposición al salvataje, argumentando que implicará un mayor nivel de endeudamiento con tasas de interés más altas. Desde la Casa Rosada, sin embargo, aclararon que la operación no incrementará la deuda pública, sino que busca reducir el costo financiero que Argentina pagaría si acudiera directamente al mercado internacional.
El cronograma del anuncio aún no está definido, aunque todas las señales apuntan a la reunión bilateral del 14 de octubre, cuando Milei será recibido en el Salón Oval por Donald Trump. Esa fecha representa la instancia política ideal para formalizar el acuerdo y enviar una señal de respaldo a los mercados. No obstante, si los equipos técnicos logran cerrar los detalles antes de ese día, Bessent podría sugerir un anuncio anticipado para calmar la volatilidad financiera.
Un funcionario de la Casa Blanca citado por Infobae fue contundente: “Nada está definido hasta que el presidente Trump decida. Pero si él ordenó que se haga el salvataje, ¿por qué no anunciarlo junto a Milei?”.
De concretarse, esta ingeniería financiera podría convertirse en un punto de inflexión para la economía argentina. El swap permitiría reforzar las reservas, estabilizar el tipo de cambio y mejorar la posición del país ante los organismos internacionales, en un momento donde la confianza y la previsibilidad son claves para sostener la recuperación económica.