Dmitry Kaplin, chef y fundador de Chaijana, abrió en Palermo (Bonpland 1965) el primer restaurante de Asia Central en Buenos Aires, en el cual ofrece una propuesta gastronómica única basada en ingredientes tradicionales, cocina Halal y una experiencia cultural completa con té y narguile. La apertura del local, tras su llegada a Argentina hace dos años, marca un hito en la escena culinaria porteña y apunta a la expansión regional del proyecto.
Kaplin, de 49 años y originario de Rusia, desarrolló su formación en Francia, especializándose en alta cocina en Lyon bajo la influencia de la escuela de Paul Bocuse. Su interés por la gastrobotánica y la gastroperfumería lo llevó a experimentar con hierbas poliaromáticas y técnicas de fermentación, con la colaboración en recetas que hoy se sirven en restaurantes con estrellas Michelin como Twins Garden, Artest, Bjern, AVA y N13. Incluso cultivó variedades únicas, como huacatay y olluco, para el restaurante Olluco en Moscú.
Su llegada a Argentina estuvo motivada por la belleza del país y la necesidad de acceder a productos fermentados esenciales en su cultura, como queso cottage, crema agria y chucrut. Lo que comenzó como producción casera para consumo propio y amigos evolucionó hasta convertirse en Chaijana, un restaurante que combina cocina fermentada, ingredientes botánicos y respeto por la historia de cada receta.
El proyecto Chaijana, con más de 200 metros cuadrados y capacidad para más de 60 comensales, requirió una inversión inicial de más de 160.000 dólares, a la que se suman mejoras en equipamiento y decoración. El chef contó con el apoyo de chefs con estrellas Michelin como Zhenya Meshcheryakov y Maxim Fomenko, así como de un equipo de chefs uzbekos que adaptaron las recetas al contexto argentino.
La gastronomía de Chaijana se centra en ingredientes esenciales de Asia Central, como cordero, harina, masa casera, calabaza, tomates, berenjenas y zanahoria amarilla. El plato emblemático es el Plov, de Uzbekistán, cocinado en grandes calderos (kazan) con arroz, cordero o carne vacuna, zanahorias, cebolla, ajo y especias. Otros platos destacados incluyen Pilaf de cordero, Lula Kebab y Lagman con salsa demi-glace, mientras que se ofrecen opciones vegetarianas como el filete de coliflor.
Kaplin señala que Chaijana busca atraer tanto a residentes como a visitantes de Buenos Aires interesados en una experiencia culinaria y cultural auténtica. "Abrimos este espacio porque creemos que hay culturas gastronómicas profundamente ricas y milenarias que, sin embargo, siguen siendo casi desconocidas. Sentimos que esta tradición merecía un espacio propio, donde no solo se coma algo distinto, sino se viva una experiencia sensorial y profundamente humana", expuso.
El futuro de Chaijana apunta a la expansión regional, con planes para abrir una segunda planta con terraza y área exterior, formar un equipo de más de 20 personas y crear un espacio de narguile especializado. Según Kaplin, el negocio ya permite invertir sin recurrir a nuevos socios, lo que demuestra la viabilidad y el éxito del proyecto.