Una nueva tendencia llega desde el corazón del país y promete cambiar la forma de brindar. Se trata de SIP, una gaseosa natural, saludable y 100% vegana, elaborada en Córdoba por un grupo de emprendedores locales que buscan ofrecer una opción distinta a las bebidas industriales. Con frutas reales, sin conservantes ni colorantes artificiales, la marca apunta a promover un estilo de vida más consciente y sostenible, según destacó Economía Sustentable.
El proyecto, liderado por Gabriel Galarza, CEO y cofundador de la marca, junto con Eugenia Frávega, Ernesto Paiva, Esteban Dalmagro, Gonzalo Castillo y Ezequiel Carradori, surgió en 2024 con un propósito claro: desarrollar una bebida funcional, rica y beneficiosa para la salud.
“Usamos frutas reales, sin aditivos ni químicos, porque creemos que brindar también puede ser un acto de salud”, explicó Galarza en diálogo con Economía Sustentable. La propuesta se inscribe en un mercado que crece a ritmo sostenido: el de las bebidas naturales y funcionales, un segmento que en Argentina viene ganando terreno entre los consumidores más jóvenes y los adeptos a la vida sana.

A diferencia de las gaseosas convencionales, SIP no contiene conservantes, edulcorantes artificiales, ni colorantes. Su fórmula está compuesta por agua gasificada, pulpa de frutas, azúcar orgánica rubia, jugos naturales, vinagre de sidra de manzana, antioxidantes naturales (como ácido cítrico y ácido ascórbico) e inulina, un prebiótico que favorece la salud intestinal.
La bebida se presenta en dos sabores:
Además de su composición, SIP se diferencia por su enfoque funcional. La inulina, derivada de la raíz de achicoria, actúa como alimento para las bacterias beneficiosas del intestino, lo que mejora la digestión y fortalece el sistema inmunológico. Por su parte, el vinagre de sidra de manzana aporta propiedades antioxidantes y contribuye a regular los niveles de azúcar en sangre, favoreciendo la salud cardiovascular.
“Además de ser refrescante, SIP es una gaseosa funcional: no solo hidrata, también aporta beneficios reales para el organismo”, subrayó Galarza.
La producción de SIP se realiza en Monte Cristo, una localidad ubicada a pocos kilómetros de la ciudad de Córdoba. Allí, la empresa montó una planta con trazabilidad total y altos estándares de calidad e higiene.
Desde ese punto, las bebidas se distribuyen a tiendas naturales, dietéticas, cafés y restaurantes que apuestan por productos saludables. En la actualidad, SIP se comercializa en locales reconocidos de Córdoba como Polidori, Le Dureau, Qharu Mercado Santiago, Felixity Café, Pachapampa y La Fonda de Cruz Chica, además de contar con una tienda online con envíos a todo el país.
“Estamos ampliando nuestra presencia en otras provincias y buscando alianzas con grandes canales físicos y digitales”, adelantó Galarza.
El lanzamiento de SIP coincide con una transformación en los hábitos de consumo de los argentinos. Cada vez más personas eligen productos naturales, sin químicos ni ultraprocesados, impulsadas por una mayor preocupación por la salud y el medioambiente.
“Córdoba es un terreno fértil para estas propuestas: tiene una fuerte cultura de alimentación saludable, deporte y bienestar”, señaló el emprendedor. Según datos del sector, el consumo de bebidas funcionales creció más de un 25% en el último año, y se espera que esa tendencia se mantenga en 2026.
La marca también apostó por un diseño sustentable: las latas cuentan con etiquetas troqueladas, que pueden separarse fácilmente para facilitar el reciclaje. De esta forma, el envase refuerza el compromiso de SIP con la economía circular y la reducción de residuos.

Más allá de lo comercial, SIP se define como una marca con propósito. Su misión es “promover un cambio cultural en la forma de consumir”, acercando opciones reales y saludables a todos los públicos.
Galarza destacó que el proyecto fue posible gracias al trabajo interdisciplinario de su equipo, que combina emprendedores del sector alimenticio, diseñadores y profesionales del marketing. “Queremos ser parte del cambio. No se trata solo de crear una gaseosa distinta, sino de impulsar una manera más consciente de relacionarnos con lo que tomamos y con el entorno”, remarcó.
La empresa planea incorporar nuevos sabores y versiones bajas en azúcar, además de desarrollar una línea funcional orientada al deporte y la hidratación activa.
Con una estrategia de crecimiento sostenido, SIP proyecta para 2025 convertirse en líder del segmento de bebidas naturales en Argentina y, a mediano plazo, comenzar su expansión internacional en Latinoamérica.
“Creemos que podemos posicionarnos como referentes de esta nueva categoría. Nuestra meta es llevar una bebida saludable, deliciosa y responsable a cada mesa”, afirmó Galarza.
El plan de negocios contempla alianzas con distribuidores nacionales y el desembarco en países vecinos como Chile, Uruguay y Paraguay, donde el interés por las alternativas veganas y naturales también está en alza.
La combinación entre innovación, sostenibilidad y sabor parece ser la clave de este éxito cordobés que, en poco tiempo, pasó de ser un emprendimiento local a una marca con proyección nacional.
El fenómeno SIP refleja una tendencia más amplia: una generación de consumidores que lee etiquetas, valora la procedencia de los ingredientes y busca productos alineados con sus valores.
En ese contexto, las bebidas naturales ganan terreno como símbolo de bienestar y equilibrio. Según Economía Sustentable, el auge de propuestas como SIP marca un cambio estructural en el mercado argentino, donde la innovación local empieza a competir con grandes marcas internacionales desde una lógica de salud y sostenibilidad.
Córdoba, una provincia históricamente vinculada a la producción alimentaria, se consolida así como un polo de emprendimientos de triple impacto, combinando crecimiento económico, compromiso ambiental y bienestar social.
SIP no solo propone un nuevo sabor: propone un nuevo modo de entender el consumo. Una gaseosa sin artificios, creada en Argentina, que ya empieza a conquistar paladares y conciencias por igual.