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De una startup de reclutamiento a una empresa valuada en US$ 2.500 millones: el salto de micro1 en el corazón del boom de la IA

Con solo 24 años, su fundador reconvirtió un proyecto incipiente en una compañía clave para entrenar modelos de inteligencia artificial y atraer inversiones récord

De una startup de reclutamiento a una empresa valuada en US$ 2.500 millones: el salto de micro1 en el corazón del boom de la IA
miércoles 17 de diciembre de 2025

Con base en Estados Unidos, en 2025, y en pleno auge global de la inteligencia artificial, la empresa micro1 pasó en apenas ocho meses de ser un servicio de reclutamiento apoyado en IA a convertirse en una de las compañías más codiciadas del ecosistema tecnológico, con ingresos anualizados superiores a los US$ 100 millones y ofertas de inversión que la valúan en US$ 2.500 millones. El dato no solo refleja el crecimiento acelerado de la firma, sino también la magnitud del negocio del entrenamiento y anotación de datos, un sector clave para el desarrollo de los grandes modelos de lenguaje. La información fue revelada por Forbes.

Detrás de este crecimiento se encuentra Ali Ansari, director ejecutivo y fundador de micro1, que con 24 años se perfila como uno de los empresarios tecnológicos más jóvenes en alcanzar una valuación cercana al estatus de unicornio múltiple. Según estimaciones citadas por Forbes, si la compañía concreta una valuación igual o superior a los US$ 2.500 millones, la participación de Ansari —cercana al 42%— superaría los US$ 1.000 millones.

Un giro estratégico en tiempo récord

A comienzos de 2025, micro1 operaba como una plataforma de reclutamiento impulsada por inteligencia artificial, con ingresos anuales estimados en US$ 7 millones. El cambio de rumbo se produjo cuando una empresa dedicada al etiquetado de datos contactó a micro1 para colaborar en la contratación de talento especializado.

Fue un proyecto impresionante para nosotros”, explicó Ansari, según consignó Forbes. “Pensábamos: ¿por qué esta empresa contrata a cientos de ingenieros en dos semanas? Dijimos: deberíamos centrarnos en este mercado”. Ese análisis llevó a la compañía a redireccionar su modelo de negocio hacia uno de los eslabones más críticos del desarrollo de la IA: la anotación humana de datos para entrenar modelos avanzados.

De una startup de reclutamiento a una empresa valuada en US$ 2.500 millones: el salto de micro1 en el corazón del boom de la IA

La decisión replicó, en parte, el camino de otras startups del sector como Mercor, que también nació como una plataforma de reclutamiento antes de migrar al entrenamiento de modelos de IA. En el caso de micro1, el impacto fue inmediato: en menos de un año, multiplicó por más de diez sus ingresos y atrajo el interés de fondos de inversión de primer nivel.

El negocio detrás del entrenamiento de la IA

El entrenamiento de modelos de inteligencia artificial se convirtió en uno de los segmentos de mayor crecimiento en Silicon Valley. Aunque los avances tecnológicos son cada vez más sofisticados, los sistemas de IA todavía dependen en gran medida del trabajo humano para aprender a interpretar contextos, matices y criterios complejos.

De acuerdo con estimaciones de Ansari citadas por Forbes, los principales laboratorios de inteligencia artificial destinan actualmente US$ 15.000 millones al año a procesos de entrenamiento y anotación de datos. Según sus proyecciones, esa cifra podría superar los US$ 100.000 millones en los próximos dos años, impulsada por la carrera global por desarrollar modelos más precisos y especializados.

El crecimiento del sector también generó nuevos multimillonarios. En los últimos meses, el negocio del etiquetado de datos dio origen a al menos cuatro fortunas superiores a los mil millones de dólares, entre ellas las de los fundadores de Mercor y la de Edwin Chen, creador de Surge.

Clientes, talento y tarifas premium

Aunque Ansari evitó detallar la lista completa de clientes, sí confirmó que Microsoft trabaja con micro1 y que la empresa colabora con varios de los laboratorios de IA más avanzados del mundo, además de la mayoría de las grandes tecnológicas que integran el grupo conocido como las “Siete Magníficas”.

Estas compañías demandan especialistas capaces de evaluar y corregir los resultados que arrojan los modelos de IA en áreas sensibles como atención al cliente, banca de inversión, salud y finanzas. Los perfiles reclutados por micro1 suelen tener formación académica sólida y perciben honorarios que oscilan entre US$ 60 y US$ 170 por hora. En el caso de expertos médicos o financieros, las tarifas pueden alcanzar los US$ 500 por hora.

Ansari sostiene que el mercado recién comienza a expandirse y que, en el futuro, casi cualquier persona podrá trabajar como instructora de inteligencia artificial, incluso sin un perfil técnico. En esa línea, micro1 desarrolla un servicio que paga a personas comunes por grabarse en video realizando tareas cotidianas, como doblar ropa o lavar platos, para generar datos destinados al entrenamiento de IA robótica.

La capacitación en IA está afectando fundamentalmente a la economía; es un sector laboral completamente nuevo”, afirmó Ansari, según Forbes.

De un sector subestimado a un activo estratégico

Durante años, el etiquetado de datos fue considerado un segmento poco atractivo para los inversores. “El consenso era que no era un buen sector para invertir”, explicó Adam Bain, cofundador de 01A Ventures e inversor en micro1, en declaraciones a Forbes. Sin embargo, ese diagnóstico cambió con rapidez. “Antes era muy básico, pero ahora se trata literalmente de encontrar personas más inteligentes que los modelos”, señaló.

Otros fondos compartían las dudas iniciales. Jamin Ball, socio de Altimeter Capital, reconoció que el etiquetado de datos parecía un negocio comoditizado y de márgenes bajos. Con el tiempo, revisó su postura. “Los datos son el oxígeno de los modelos de inteligencia artificial”, afirmó, también citado por Forbes.

De una startup de reclutamiento a una empresa valuada en US$ 2.500 millones: el salto de micro1 en el corazón del boom de la IA

El recorrido del fundador

Ansari emigró desde Irán a Los Ángeles hace poco más de una década y comenzó a emprender desde la adolescencia. En la secundaria, creó un pequeño negocio de reventa de libros de texto en eBay. Más tarde, desarrolló una plataforma de tutorías online en matemáticas que vendió con una ganancia de seis cifras bajas al finalizar sus estudios.

Mientras cursaba en Berkeley y dirigía una consultora de software, se frustró por las dificultades para encontrar ingenieros calificados en el exterior. Esa experiencia lo llevó a usar el modelo GPT-3 de OpenAI para crear un sistema de reclutamiento que entrevistaba candidatos y evaluaba sus habilidades de forma automática. Cuando el proyecto superó el millón de dólares en ingresos anuales, cerró la consultora y se concentró de lleno en micro1.

“Lo humano primero” como estrategia

A diferencia de otros actores del sector, micro1 se apoya en una filosofía que Ansari denomina “lo humano primero”. El proceso de incorporación comienza con entrevistas automatizadas, pero continúa con simulaciones de tareas reales para que los expertos comprendan con precisión qué se espera de ellos.

Una vez contratados, los capacitadores trabajan junto a gestores de datos humanos, generalmente recién graduados de universidades reconocidas, que los acompañan en su integración al ecosistema de entrenamiento de IA. En micro1, los gerentes de proyecto reciben parte de su remuneración según el “Índice de Felicidad de los Expertos”, una métrica interna que evalúa la experiencia de los trabajadores.

Si los expertos están contentos, producen un trabajo de mejor calidad y los laboratorios obtienen un mejor modelo”, sostuvo Ansari, según Forbes.

El futuro: datos para robots humanoides

Aunque existen críticas sobre el riesgo de que los trabajadores entrenen tecnologías que podrían reemplazarlos, Ansari sostiene que el nuevo mercado generará más oportunidades laborales, especialmente para personas con oficios manuales.

Su apuesta a largo plazo está puesta en la robótica avanzada. A diferencia de los modelos de lenguaje, los robots humanoides no cuentan con grandes bases de datos preexistentes. Por eso, micro1 comenzó a enviar kits de equipamiento, incluidas gafas Ray-Ban de Meta, para que personas graben tareas domésticas y técnicas, desde tender una cama hasta reparar una canilla.

Según Ansari, ese mercado superará al actual negocio de entrenamiento de IA. “La única manera de llegar al estado final es cuando seamos capaces de modelar el mundo completamente a la perfección, y eso nunca sucederá”, concluyó.



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