CERA presentó una Estrategia Nacional Exportadora con 248 propuestas y pidió reglas estables para competir

La Cámara de Exportadores de la República Argentina (CERA) presentó su Estrategia Nacional Exportadora 2025 (ENE), un documento que reúne 248 propuestas orientadas a mejorar la competitividad, diversificar la oferta y fortalecer el desempeño exportador del país. La iniciativa fue dada a conocer en un contexto en el que las exportaciones muestran una recuperación parcial, pero siguen lejos de reflejar un cambio estructural. El planteo es relevante porque apunta a redefinir la relación de Argentina con el comercio internacional y propone avanzar hacia reglas de juego estables y previsibles como condición para un crecimiento sostenido. Así lo informó Infobae.

Durante la presentación del informe, el presidente de CERA, Fernando Landa, subrayó la necesidad de avanzar en una “reforma actitudinal” respecto del sector exportador. En ese sentido, sostuvo que las exportaciones no deben ser concebidas únicamente como una fuente coyuntural de divisas, sino como un pilar estructural para la generación de empleo, el desarrollo federal y la expansión de la actividad económica en el largo plazo. Para la entidad, cambiar esa mirada es clave para revertir décadas de políticas erráticas y de bajo protagonismo de Argentina en el comercio global.

El documento parte de un diagnóstico crítico. Según CERA, la participación argentina en las exportaciones mundiales se mantiene estancada en torno al 0,33%, sin señales claras de mejora en el corto plazo. A esto se suma que la cantidad de empresas exportadoras de bienes prácticamente no se modificó en la última década, al igual que la baja proporción de pymes que logran insertarse de manera sostenida en los mercados externos. Para la cámara, estos indicadores reflejan un problema estructural que trasciende la coyuntura.

La entidad también alertó sobre la escasa diversificación de la canasta exportadora y el bajo nivel de exportaciones per cápita, muy inferior al de países comparables de la región y del mundo. Esta situación limita la capacidad del país para amortiguar shocks externos, genera dependencia de pocos complejos productivos y reduce el impacto del comercio exterior sobre el empleo y el desarrollo territorial.

En cuanto al desempeño reciente, CERA estimó que 2025 cerraría con exportaciones por USD 84.295 millones, lo que convertiría a este año en el segundo mejor registro de los últimos cinco años. Sin embargo, Landa advirtió que este crecimiento responde mayormente a factores puntuales, como el aumento de los envíos de soja a China, una buena campaña triguera en un escenario internacional complejo y el incremento de las exportaciones energéticas. Para la entidad, estos elementos no alcanzan para consolidar una tendencia estructural de largo plazo.

Desde CERA señalaron que, sin cambios profundos en el marco normativo, tributario y logístico, el desempeño exportador seguirá siendo vulnerable a los vaivenes de los precios internacionales y a factores climáticos o coyunturales. Por ese motivo, la Estrategia Nacional Exportadora propone una hoja de ruta integral, con medidas de corto, mediano y largo plazo.

Dentro del documento, la cámara definió diez medidas prioritarias para avanzar hacia lo que denomina la “normalización” de la relación de Argentina con el mundo. Entre los puntos centrales se destaca la eliminación de la obligación de liquidar divisas, la reducción de los derechos de exportación (DEX), la mejora de los reintegros a las exportaciones y la simplificación tributaria y logística. Según la entidad, estos cambios permitirían reducir costos, mejorar márgenes y dar previsibilidad a las empresas.

La reducción de los derechos de exportación aparece como una de las prioridades clave para 2026. Desde CERA argumentaron que estos impuestos afectan la competitividad, desalientan la inversión y castigan especialmente a las economías regionales y a las pymes exportadoras. En su visión, avanzar hacia un esquema de menor carga impositiva es indispensable para ampliar la base exportadora y fomentar la diversificación productiva.

Otro eje relevante del planteo es la inserción internacional. La Estrategia Nacional Exportadora propone revitalizar el Mercosur, fortalecer los vínculos comerciales con otros bloques y avanzar en procesos considerados estratégicos, como el ingreso de Argentina a la OCDE. Para la cámara, una mayor integración al mundo no solo amplía mercados, sino que también mejora estándares internos, incentiva la competencia y promueve la adopción de mejores prácticas.

En términos logísticos, el documento subraya la necesidad de reducir costos asociados al transporte, la infraestructura portuaria y los trámites aduaneros. CERA destacó que la logística representa una porción significativa del costo final de exportar desde Argentina y que, en muchos casos, coloca a las empresas locales en desventaja frente a competidores regionales. La simplificación de procesos y la inversión en infraestructura aparecen, así, como condiciones indispensables para mejorar la competitividad.

La Estrategia Nacional Exportadora también pone el foco en el financiamiento, el acceso al crédito y la previsibilidad macroeconómica. Desde la entidad señalaron que sin estabilidad cambiaria, reglas claras y acceso a instrumentos financieros adecuados, resulta muy difícil que las empresas, especialmente las pymes, puedan sostener estrategias exportadoras de largo plazo.

Respecto del impacto potencial de las propuestas, CERA estimó que, de implementarse de manera consistente, la ENE permitiría sumar USD 15.760 millones adicionales en exportaciones hacia 2030, alcanzando un total de USD 142.442 millones. Esto implicaría un incremento del 70% respecto del nivel proyectado para 2025, un salto significativo que tendría efectos directos sobre el empleo, la generación de divisas y el crecimiento económico.

Desde la cámara remarcaron que este objetivo no es inalcanzable, pero requiere una visión estratégica sostenida y consensos básicos que trasciendan los cambios de gobierno. En ese sentido, Landa insistió en que el desafío central es construir un marco de previsibilidad que permita planificar inversiones, desarrollar nuevos mercados y consolidar relaciones comerciales en el tiempo.

“Exportar es trabajo y desarrollo”, afirmó el presidente de CERA al cierre de la presentación. Para la entidad, el comercio exterior debe ser entendido como una política de Estado, con reglas claras y estables que incentiven la producción, la innovación y la inserción internacional. Solo bajo esas condiciones, sostienen, Argentina podrá revertir su estancamiento exportador y aprovechar plenamente su potencial productivo.

El planteo de la Cámara de Exportadores se suma así al debate sobre el rumbo económico y productivo del país, en un momento en el que el Gobierno busca ordenar las variables macroeconómicas y redefinir la relación de Argentina con los mercados internacionales. La Estrategia Nacional Exportadora propone una hoja de ruta concreta, pero su impacto final dependerá de la capacidad política para transformar estas propuestas en políticas públicas efectivas y sostenidas en el tiempo.