Camuzzi anunció que a partir del 5 de enero de 2026 quedarán nuevamente habilitadas las factibilidades de gas natural en la Cordillera Patagónica, una decisión que pone fin a casi cuatro años de restricciones para nuevos usuarios en localidades de Chubut, Río Negro y Neuquén. La medida es relevante porque destraba el acceso al servicio para hogares, comercios e industrias en una región donde el crecimiento urbano y productivo había chocado con límites estructurales del sistema de transporte.
La reapertura de las conexiones llega luego de avances sustanciales en la repotenciación del Sistema Cordillerano Patagónico, una red crítica que abastece a 25 localidades del sur argentino y que, durante los últimos años, había quedado desbordada por el aumento de la demanda. Ante ese escenario, la distribuidora había resuelto priorizar el suministro de los usuarios ya conectados y suspender el otorgamiento de nuevas altas, conforme a la normativa vigente y a criterios de seguridad operativa.
Las restricciones se habían implementado a mediados de 2022, cuando la falta de obras estructurales impedía garantizar un abastecimiento continuo y confiable. Desde entonces, el ingreso de nuevos usuarios quedó condicionado a la ejecución de inversiones de fondo que permitieran ampliar la capacidad del sistema y reducir los cuellos de botella que se manifestaban con mayor intensidad durante los picos invernales.
El punto de inflexión se produjo con el reinicio del proyecto de repotenciación y el respaldo financiero de las provincias, que permitió retomar obras largamente postergadas. El plan contempla la construcción de nuevas plantas compresoras en Alto Río Senguer y Holdich, además de la incorporación de equipos adicionales en la planta de Gobernador Costa. Estas intervenciones incrementan la capacidad operativa del sistema, mejoran su desempeño ante picos de consumo y aportan mayor robustez a la red.

Otro avance determinante fue la interconexión del Gasoducto Patagónico con el Gasoducto General San Martín, una obra que modificó de manera estructural el esquema de abastecimiento regional. A partir de esta vinculación, el sistema cordillerano dejó de depender de un único yacimiento cercano a Comodoro Rivadavia y pasó a integrarse de forma permanente a la red troncal nacional, lo que amplía las alternativas de suministro y reduce la vulnerabilidad ante contingencias locales.
La red cordillerana supera los 1.700 kilómetros de gasoductos y cumple un rol estratégico para el desarrollo de ciudades, pueblos y actividades productivas de la región. En los últimos años, la imposibilidad de otorgar nuevas factibilidades había impactado en proyectos habitacionales, emprendimientos turísticos y planes de expansión comercial e industrial, especialmente en localidades con fuerte crecimiento demográfico y estacionalidad marcada.
Con la reapertura de las factibilidades, la empresa estima que miles de hogares, comercios e industrias podrán acceder al gas natural en el corto plazo. El retorno de las altas se produce en un contexto en el que la expansión de la infraestructura vuelve a alinearse con la demanda efectiva y con los requerimientos regulatorios, tras un período prolongado de restricciones que había generado presión social y expectativas contenidas en la región.
Desde el punto de vista operativo, la habilitación de nuevas conexiones se realizará de manera gradual y conforme a la capacidad disponible, con el objetivo de sostener estándares de seguridad y continuidad del servicio. La distribuidora prevé que la mayor capacidad instalada permitirá absorber el crecimiento de la demanda sin repetir los desequilibrios que derivaron en la suspensión de altas a partir de 2022.
El impacto de la medida trasciende el plano doméstico. Para el entramado productivo cordillerano, el acceso al gas natural es un factor clave de competitividad, tanto por costos como por previsibilidad energética. Sectores como el turismo, la agroindustria, la actividad forestal y los servicios dependen de un suministro estable para planificar inversiones y sostener operaciones durante todo el año.
En términos de política energética, la decisión refleja la importancia de las obras de transporte y compresión como condición necesaria para que la producción de gas pueda traducirse en desarrollo territorial. La experiencia del Sistema Cordillerano Patagónico expone cómo la falta de inversiones en infraestructura puede convertirse en un límite efectivo al crecimiento regional, aun en un país con abundantes recursos gasíferos.
La reapertura de las factibilidades también se inscribe en un contexto más amplio de reordenamiento del sistema energético, con foco en eliminar cuellos de botella y mejorar la integración de redes. La interconexión con el sistema troncal nacional refuerza esa lógica y sienta las bases para una mayor resiliencia ante variaciones de oferta y demanda.
De acuerdo con lo informado por El Economista, el avance de estas obras permitió cumplir con los requisitos técnicos y regulatorios necesarios para levantar las restricciones, algo que había sido reclamado de manera sostenida por gobiernos locales, usuarios y sectores productivos de la región. La expectativa ahora está puesta en la velocidad con la que se procesarán las nuevas solicitudes y en la capacidad del sistema para acompañar el crecimiento futuro.

A mediano plazo, el desafío será sostener un esquema de inversiones continuas que evite volver a escenarios de saturación. La dinámica demográfica y económica de la Cordillera Patagónica sugiere que la demanda seguirá en aumento, por lo que la planificación deberá anticiparse para que la infraestructura no vuelva a quedar rezagada.
Con la decisión anunciada, Camuzzi deja atrás un período de restricciones que marcó a la región durante casi cuatro años y abre una nueva etapa en la que el gas natural vuelve a estar disponible como vector de desarrollo urbano y productivo. La combinación de obras de repotenciación, integración a la red nacional y respaldo provincial redefine el mapa energético cordillerano y habilita un escenario de mayor previsibilidad para usuarios e inversores.