La petrolera estatal YPF superó los 400 millones de barriles de petróleo extraídos en Vaca Muerta, un hito que la consolida como la principal operadora de shale oil de la Argentina y una de las más relevantes a nivel internacional. El dato, correspondiente al cierre de octubre de 2025, surge de los registros oficiales de la Secretaría de Energía y fue analizado por el medio especializado EnergíaOn, según informó el Diario Río Negro. El logro se produce en la antesala del despegue exportador del sector hidrocarburífero, impulsado por nuevas obras de infraestructura.
Desde el inicio del desarrollo no convencional en 2013 hasta octubre pasado, YPF extrajo 404.006.700 barriles de petróleo específicamente provenientes de Vaca Muerta. Esa cifra equivale a dos de cada tres barriles producidos en la formación, que en el mismo período acumuló alrededor de 680 millones de barriles entre todas las compañías operadoras. El dato cobra mayor relevancia si se tiene en cuenta que el desarrollo del yacimiento todavía ronda apenas el 10% de su potencial total.

Si bien no todo el crudo producido corresponde económicamente a YPF —ya que parte pertenece a sus socios en las distintas áreas—, la petrolera de bandera fue la operadora principal en la mayoría de los bloques, lo que refuerza su rol central en la curva de aprendizaje, la incorporación de tecnología y la expansión productiva del shale argentino.
El liderazgo de YPF se explica, en gran medida, por el peso de sus áreas históricas y por haber sido la compañía que abrió el camino del desarrollo masivo en Vaca Muerta. En segundo lugar entre las operadoras se ubica Vista Energy, la petrolera fundada por Miguel Galuccio, que acumula más de 75 millones de barriles desde su ingreso a la formación en 2019. El tercer puesto lo ocupa Shell, con algo más de 51 millones de barriles producidos como operadora en áreas no convencionales.
La diferencia entre YPF y sus competidoras refleja no solo una mayor escala operativa, sino también una presencia territorial más extensa y una estrategia sostenida a lo largo de más de una década. En ese lapso, la petrolera nacional lideró la adaptación de tecnologías de fractura hidráulica, la optimización de costos y la aceleración de los tiempos de perforación y completación de pozos.
Entre las áreas que explican este volumen récord se destaca Loma Campana, el primer megadesarrollo de shale del país, surgido del acuerdo entre YPF y Chevron en 2013. Este bloque, ubicado al norte de Añelo, alcanzó en octubre pasado un acumulado de 208 millones de barriles, lo que representa casi un tercio de toda la producción histórica de Vaca Muerta. Durante años, Loma Campana fue también el principal yacimiento productor de petróleo de la Argentina.
Sin embargo, en 2025 perdió ese liderazgo a nivel nacional frente a su área vecina, La Amarga Chica, donde YPF opera actualmente en sociedad con Vista Energy, luego de que esta última adquiriera el 50% que tenía la malaya Petronas. La Amarga Chica acumula 107 millones de barriles producidos y se consolidó como uno de los bloques más dinámicos de la cuenca.
El tercer bloque con mayor aporte histórico es Bajada del Palo Oeste, operado al 100% por Vista Energy, que ya superó los 56 millones de barriles, a pesar de haber iniciado su desarrollo recién en 2019. Este dato subraya la velocidad de crecimiento que pueden alcanzar los proyectos shale una vez superada la etapa inicial de inversión.
El desempeño de YPF y del conjunto de las operadoras se inscribe en un contexto de expansión estructural de la industria. El avance del oleoducto Vaca Muerta Oil Sur (VMOS), que permitirá transportar grandes volúmenes de crudo hasta la costa de Río Negro, es considerado clave para destrabar el salto exportador previsto para fines de 2026. Con mayor capacidad de evacuación, la producción podrá crecer sin las restricciones logísticas que marcaron años anteriores.

Desde el sector energético destacan que el hito de los 400 millones de barriles no solo es un logro cuantitativo, sino también un indicador de madurez operativa. Vaca Muerta pasó de ser un proyecto experimental a convertirse en uno de los principales motores de la producción petrolera argentina, con impacto directo en las exportaciones, el ingreso de divisas y el equilibrio de la balanza energética.
A futuro, los analistas coinciden en que el verdadero desafío no será solo aumentar la producción, sino sostener la competitividad, ampliar la infraestructura y garantizar reglas estables que permitan captar inversiones de largo plazo. En ese escenario, YPF aparece como el actor llamado a liderar la próxima etapa, en un mercado cada vez más orientado al abastecimiento externo.
Con más de 400 millones de barriles ya extraídos y un potencial todavía enorme por desarrollar, Vaca Muerta se consolida como uno de los principales activos estratégicos del país. YPF, como su principal operadora, queda en el centro de un proceso que promete redefinir el lugar de la Argentina en el mapa energético global.