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El Gobierno nacional, a través del Ente Nacional Regulador del Gas (ENARGAS), dio un nuevo paso en la transición energética al actualizar el marco normativo para las instalaciones de gas natural licuado (GNL). La medida fue oficializada mediante la Resolución 971/2025, publicada en el Boletín Oficial de la Nación, y busca elevar los estándares de seguridad, reducir el impacto ambiental y brindar previsibilidad a las inversiones en un contexto de crecimiento acelerado del sector. La decisión se enmarca en la agenda energética del gobierno de Javier Milei y fue difundida por Economía Sustentable.
La actualización responde al avance de proyectos de GNL de distinta escala —desde plantas de licuefacción para exportación hasta instalaciones satélite para abastecimiento local— y a la necesidad de ordenar normas que hasta ahora resultaban dispersas o insuficientes para operaciones complejas. El GNL, cuyo principal componente es el metano, presenta desafíos ambientales y de seguridad: es un gas de efecto invernadero con alto potencial de calentamiento a corto plazo y requiere procesos criogénicos (temperaturas cercanas a -162 °C) para su licuefacción, transporte y almacenamiento.
La nueva regulación establece condiciones mínimas obligatorias para el diseño, emplazamiento, construcción, operación y mantenimiento de instalaciones de licuefacción, almacenamiento, regasificación y transferencia de GNL. El alcance incluye plantas terrestres, instalaciones fluviales y marítimas, y operaciones de carga y descarga mediante camiones cisterna, contenedores ISO, vagones y buques, con el objetivo de homogeneizar criterios y cerrar brechas frente a los estándares internacionales vigentes.
Entre los puntos técnicos centrales, la resolución define requisitos estrictos para tanques de almacenamiento con sistemas de contención primaria y secundaria (doble integridad) para prevenir derrames; exige materiales aptos para choque térmico criogénico; fija radios de exclusión y distancias mínimas respecto de límites de propiedad y áreas edificadas, sustentadas en modelos de dispersión de vapores y radiación térmica; y obliga a instalar sensores de metano, detectores de llama y sensores de baja temperatura.
En materia de protección contra incendios, la norma demanda redes de agua, espuma de alta expansión y sistemas de enfriamiento para controlar fuegos de charco (pool fires), además de planes de contingencia auditables y capacitación específica del personal que manipula sustancias criogénicas. También incorpora criterios de diseño que contemplan cargas sísmicas y eventos climáticos extremos según la ubicación geográfica de cada proyecto.
Un eje destacado es la alineación con estándares internacionales, en particular la NFPA 59A (Standard for the Production, Storage, and Handling of Liquefied Natural Gas) de Estados Unidos y la norma europea UNE 60210 para plantas satélite. Esta convergencia apunta a mejorar la bancabilidad de los proyectos, facilitar aseguramiento y atraer socios e inversores que exigen marcos regulatorios comparables a los de los principales mercados.
La resolución introduce ajustes diferenciales para instalaciones de menor escala, modificando el capítulo de plantas satélite y pequeña escala. Establece requisitos alternativos para regasificación hasta 1.500 m³ y almacenamiento total hasta 3.997 m³, con parámetros adecuados al riesgo y a la operación real de estos sistemas. Con ello, el ENARGAS busca impulsar soluciones flexibles como los “gasoductos virtuales” (transporte de GNL por camión) para zonas sin red o con demanda fluctuante, ampliando el acceso energético sin comprometer la seguridad.
La norma también actualiza capítulos clave sobre emplazamiento y diseño, seguridad integral y procedimientos basados en desempeño, y elimina exclusiones previas relativas a interfaces buque–instalación y operaciones offshore, integrando en un marco único todas las actividades de transferencia y manejo de GNL. Según los considerandos, el objetivo es modernizar el estándar local conforme a las actualizaciones internacionales y reducir el riesgo de accidentes mayores.
En términos de cumplimiento, la resolución otorga a las empresas un plazo de 180 días para presentar un estudio de evaluación del grado de adecuación de sus instalaciones a los requisitos de seguridad, junto con un plan de adecuación para plantas existentes que garantice niveles equivalentes a los exigidos a nuevas instalaciones. Además, exige centros de control con monitoreo permanente, sistemas eléctricos redundantes, comunicaciones, iluminación de emergencia y medios de lucha contra incendios con al menos dos fuentes de energía independientes.
La regulación suma obligaciones de registro de materiales utilizados en componentes y estructuras críticas, evaluaciones de sitio para identificar incidentes potenciales y medidas preventivas para minimizar derrames y fugas que puedan afectar equipos, propiedades adyacentes o cursos de agua. Prohíbe, asimismo, canales cerrados de drenaje para fluidos inflamables y establece criterios de diseño para evitar daños por congelamiento del suelo en tanques, cañerías y soportes criogénicos.
Desde el Gobierno sostienen que la actualización ofrece dos beneficios estructurales: seguridad jurídica para inversiones de largo plazo —incluidas iniciativas de exportación— y desarrollo del mercado interno mediante soluciones logísticas que extienden el suministro a nuevos usuarios industriales y localidades. En un contexto donde el GNL se posiciona como combustible de transición con menores emisiones en la combustión final que el carbón, la autoridad regulatoria enfatiza la necesidad de controlar impactos a lo largo de todo el ciclo de vida, desde la licuefacción hasta la regasificación.
Con la Resolución 971/2025, el ENARGAS consolida un marco regulatorio integral que eleva la vara de seguridad y ambiente, reduce incertidumbres y armoniza la normativa local con las mejores prácticas internacionales, en línea con la estrategia oficial de ordenar el crecimiento del GNL y avanzar en la transición energética sin descuidar la protección de personas, comunidades y ecosistemas.
