De la Subsecretaría de Alimentos y Bebidas del Ministerio de Agroindustria de la Nación, se desprende la Dirección Nacional de Competitividad Agroalimentaria, la cual emite tres sellos de calidad para alimentos: Producción Orgánica, Indicaciones Geográficas y Denominación de Origen, y Alimentos Argentinos. María Celeste Barcus, referente de este último, participó del Congreso Argentina Supermercado del Mundo, donde explicó que el sello, que se creó en el año 2005 y se aprobó por ley en el 2014, “destaca los alimentos que son de nuestro país, el origen de las materias primas tiene que ser argentino y, además, tienen que cumplir protocolos específicos de calidad; eso es lo que los diferencia del estándar nacional”.
Tal como indicó Barcus, “para obtener el sello, hay que cumplir con un protocolo donde están detalladas las normas de calidad que tiene que cumplir este alimento para poder ser distinguido”. Este documento “establece como base la normativa alimentaria nacional que incluye el código alimentario argentino, ciertas resoluciones del Senasa o alguna otra resolución pertinente a ese producto; además, se toman como referencia normativas de carácter internacional”, describió la referente.
Dentro del protocolo, hay diversos atributos correspondientes al producto (parámetros puntuales), al proceso (sistemas de gestión de calidad, buenas prácticas, implementación de sistemas de análisis de peligros y puntos críticos de control) y al envase (trazabilidad, que se apto para estar en contacto con alimentos y que facilite el uso del producto).
“Los protocolos se arman por producto desde el área de sello”, señaló Barcus y agregó que, además, participan empresas productoras interesadas en obtenerlo, así como también organismos dependientes del Ministerio que colaboran en su desarrollo: INTI, INTA, Senasa.
Actualmente, existen 38 protocolos oficiales. “Para cada uno de estos productos existe un protocolo puntual donde está determinado cuáles son las exigencias que deben cumplir si quieren obtener el sello en ese producto”, resaltó Barcus y subrayó que la idea es que la versión final “sea un protocolo federal que no sea excluyente para una empresa, sino que quede disponible para cualquier empresa que desee luego obtener el sello en su producto y que cumpla con los atributos de calidad”.
Para asegurarle al consumidor que el producto fue elaborado cumpliendo el protocolo de calidad, “se pide al productor que haga una auditoría de tercera parte realizada por una empresa certificadora privada”, aseguró Barcus y añadió que hoy existen 19 entidades habilitadas para ello: “Hacen un check list en la empresa controlando que todo lo que dice el protocolo se cumpla y nos mandan a nosotros un informe del estado de situación de la empresa”, explicó la referente. Más de 100 productos ya tienen su sello y hay 26 empresas vinculadas al sistema de calidad.
Según sostuvo Barcus, los beneficios que obtienen las compañías por tener su producto distinguido con ese sello van desde la participación en ferias hasta la obtención de un reintegro de cada posición arancelaria: existe un decreto que “establece que cualquier producto que tenga el sello de calidad de alimentos argentinos, el de producción orgánica, el de indicación geográfica o el de denominación de origen, tendrá un 0,5% de reintegro adicional a su posición arancelaria”, presentando el certificado en la aduana.
Además, hay un programa que se llama Sumar Valor que busca mejorar la competitividad de las pymes a través de dos tipos de beneficios: 1) Cuando una empresa cumple casi todo lo estipulado en el protocolo pero le falta algún análisis o mejora, puede “presentar un proyecto ante el programa indicando cuáles son las mejoras necesarias para cumplir con el protocolo y obtener el sello”, indicó Barcus. 2) Las empresas pueden solicitar un reintegro para el financiamiento de la auditoría de tercera parte; “arma el proyecto indicando cuáles son las mejoras necesarias y con qué empresa presenta el presupuesto, con qué empresa realizaría la auditoría y, una vez que se aprueba, obtiene hasta el 80% dl reintegro en todos los gastos necesarios para obtener estos sellos de calidad”, explicó la referente.
Antes de pedir la auditoría de tercera parte, Barcus recomienda realizar una auditoría interna siguiendo el check list del protocolo para asegurarse que esté todo en condiciones. “Una vez que la empresa considera que está cumpliendo con ese protocolo de calidad, les pedimos que nos manden otra información de la empresa que tiene que ver con el registro del establecimiento, el registro del producto, el estatuto, la inscripción ante la AFIP, el manual de calidad y el rótulo original, así como una propuesta de rótulo donde indican dónde usar este sello”, manifestó la referente.
Luego de realizado ese paso, la empresa certificadora hace la auditoría y manda el informe al área de sellos del Ministerio. “Con toda esa documentación armamos el expediente que, luego, hace un circuito interno dentro del Ministerio y, por resolución oficial de la Secretaría de Agregado de Valor, la empresa obtiene el derecho de uso del sello en su envase”, describió Barcus y sostuvo que el derecho de uso es por dos años y se puede renovar de forma periódica realizando las auditorías anuales.
En la página www.alimentosargentinos.gov.ar están “los tres sellos de calidad donde pueden encontrar la información específica para cada uno de ellos, además de las entidades habilitadas para hacer la auditoría”, cerró Barcus.