En 2013 la reconocida cadena internacional National Geographic distinguió a Puerto Madryn, la ciudad de 330 kilómetros cuadrados ubicada al noreste de la provincia de Chubut, como el destino ideal para realizar avistajes de criaturas marinas. Es que entre julio y noviembre, la localidad fundada en 1865 por el galés Love Jones Parry, es un lugar perfecto para observar de cerca mamíferos oceánicos como ballenas, orcas, pingüinos, lobos y elefantes.
Viajando en automóvil desde el Aeropuerto Almirante Marcos A. Za de Trelew, lo primero que llama la atención durante el trayecto es la réplica del dinosaurio Patagotitan Mayorum –cuyos restos fueron descubiertos por el baqueano Don Aurelio Hernández–, reconocido como uno de los de mayor tamaño de la Patagonia. Más adelante, sobre el camino vislumbran los molinos de viento del Parque Eólico Loma Blanca y una cárcel abandonada que dan la bienvenida a Puerto Madryn.
Con una población de 11.477 habitantes, la clásica postal de la ciudad es fácilmente distinguible, ya que está compuesta por un mar de color azulado y una costanera ventosa y melancólica. Si bien el agua es fría durante casi todo el año, quienes quieran disfrutar de una bella jornada en la playa pueden acercarse a algún parador y degustar de unas buenas rabas con papas fritas a orillas del mar. Para admirar el paisaje, también hay un largo muelle -denominado Luis Piedrabuena- que entra 270 metros en el océano y permite realizar los primeros avistajes de ballenas desde lejos.
Si bien muchas personas creen que la mejor época para observar a los mamíferos es entre septiembre y noviembre, los animales comienzan a circular por la zona desde julio. Lo que sucede es que a mediados de septiembre la región también se llena de otras criaturas como pingüinos, lobos, elefantes y orcas, que hacen que la experiencia sea aún más inolvidable.
Al llegar a Puerto Madryn, una de las visitas más recomendadas es el Ecocentro, un museo marino ubicado en las alturas donde hace la bienvenida un enorme esqueleto de ballena franca austral ubicado sobre la entrada. Aquí se ofrecen exhibiciones ultradinámicas en diferentes salas, entre las que se destaca donde se escuchan los sonidos de los animales y todo parece temblar.
Dentro de la temática marina, también se aconseja pasar por la playa de El Doradillo, donde se puede ver desfilar y saltar a todo tipo de animales. De todas maneras, el lugar perfecto para realizar los avistajes propiamente dichos es Puerto Pirámides.
Entre Madryn y Pirámides transcurren alrededor de 94 kilómetros que pueden realizarse cómodamente en automóvil en una hora y media. El pueblo habitado por alrededor de 550 habitantes -donde durante la mayor parte del año reina la tranquilidad y la armonía-, se colapsa en temporada alta, recibiendo alrededor de doce mil visitas por día.
Luego de otorgarles un chaleco salvavidas a los turistas, se los transporta por la playa hasta un enorme tractor que va hacia una lancha que da inicio a la aventura. Si el mar está agitado, la experiencia puede ser decepcionante, ya que nada garantiza que las ballenas se quieran asomar; si –por el contrario– el oleaje está tranquilo, lo más normal es que los animales se acerquen al barco para brindar un espectáculo inigualable. Según dicen, durante agosto y septiembre es cuando el número de ballenas alcanza su tope máximo, al avanzar con sus crías en grupos de cópulas y recién nacidos con sus madres.
El pionero en los avistajes –que reciben cerca de 110 mil curiosos por temporada– fue Mariano Van Gelderen, quien en 1973 comandó a un grupo de siete personas que se dirigían a observar las ballenas desde una pequeña lancha. Entre los nombres destacados también aparecen Peke Sosa, Ricardo Pinino Orri y Jorge Schmidt. La empresa Southern Spirit es la única que ofrece un servicio que permite ver los mamíferos desde una cabina submarina a través de su Yellow Submarine.
A poco más de una hora y media desde Pirámides se ubica Punta Delgada, donde hacia fines de agosto llegan colonias de elefantes marinos que brindan un show aparte: los machos se hacen dueños de la zona al marcar su territorio y formar sus harenes. Hay un macho alfa que llega a pesar hasta cuatro toneladas, que es capaz de dominar hasta cien hembras; también hay ejemplares beta y gama, que fecundarán a las hembras que quedaron vacantes cuando el líder terminó la pólvora.
A mediados de septiembre, la elefantería de Caleta Valdés y la pingüinera de Punta Tombo son ideales para visualizar colonias de pingüinos de diferentes tipos. También hay reservas privadas en Punta Norte, en las estancias San Lorenzo o La Ernestina, y Punta Ninfas.
¿Cómo llegar? La manera más fácil de acceder a Puerto Madryn es por vía área desde cualquier punto del país hasta Trelew. Aerolíneas Argentinas brinda vuelos de diferentes características. Por otra parte, la empresa Andes llega de manera directa. Una vez en Trelew se puede alquilar un auto para movilizarse por las distintas zonas de atracción.
¿Dónde dormir? La Posada Hotel Boutique (Abraham Mathews 2951), Hotel Territorio (Boulevard Alte. Bv. Almirante Brown 3251), Hotel Dazzler (Bv. Almirante Brown 637) y Océano Patagonia (Puerto Pirámides).
¿Qué comer?
- Restaurante El Almendro: ofrece platos mediterráneos elaborados con productos locales, el chef a cargo es Lisandro Aristarain.
- Cantina El Náutico: ubicado en Julio Roca 790, se especializa en mariscos y comida casera.
- Oliva Negra: pizzas, ensaladas, picadas y minutas de altísima calidad.
- La Estación: localizado en Avenida de las Ballenas (Puerto Pirámides), elabora mariscos, hamburguesas gigantes, pastas y pizzas caseras.
- La Covacha: bar donde se brindan pescados y mariscos, acompañados por tragos y cervezas.