ras el COVID-19, el impacto en el trabajo de la llamada “gig economy” cobra otra relevancia. La economía del trabajo digital, remoto, a demanda e independiente parece haber llegado para quedarse, deconstruyendo las maneras de trabajar. El rol de Internet como mercado articulador para satisfacer las nuevas necesidades laborales.
La tecnología puede hacer que el trabajo independiente sea una forma poderosa y moderna que funcione para la mayoría de las empresas. A continuación, los aspectos más relevantes del trabajo freelance en esta nueva era.
Con la tormenta por la pandemia, el teletrabajo instaurado masivamente por las circunstancias sanitarias tuvo como efecto secundario la comprensión por parte de las empresas de que el control de horas no asegura productividad, por lo que gana terreno el trabajo por objetivos.
A su vez, el futuro del mercado laboral pronostica estructuras más pequeñas y ágiles, y desafíos crecientes. “Este nuevo escenario influirá seguramente para que el mundo del trabajo post COVID-19 ofrezca mayores posibilidades para formatos y experiencias de trabajo flexibles, y una mayor inclusión de los freelancers como parte del pool de talento de las organizaciones. La especialización y el conocimiento no reconocen formatos de contratación ni fronteras; las organizaciones necesitarán más que nunca ser competitivas para recuperarse del impacto económico que dejará la pandemia”, afirma Maximiliano Schellhas, director general de Randstad Argentina.
En el mismo sentido, muchas personas evalúan seriamente convertirse en freelancers. “Se están dando cuenta de que es un momento para rearmar, rediseñar las propias carreras y trabajar para muchos, en lugar de trabajar para uno solo. No es solo por un estilo de vida balanceado, sino que la cuestión pasa por el propósito”, señala Alejandro Melamed, director de Humanize Consulting.
Lo que caracteriza a esta modalidad –muy influenciada por los valores de las generaciones más jóvenes– es el trabajo de portfolio, es decir, determinadas habilidades y conocimientos que se “venden” a distintos clientes. De hecho, ser freelance implica toda una nueva lógica de pensar y colaborar con otros. Las soft skills, la capacidad de adaptación y la resiliencia son habilidades muy demandas en estos tiempos y esenciales en estos trabajadores. “Están entrenados en la gestión del tiempo y en tener muy buena comunicación escrita. También tiene gran importancia contar con herramientas de gestión de proyectos en la nube”, explica Carla Cantisani, directora de servicios para Adecco Argentina & Uruguay.
Por otro lado, los freelancers suelen estar actualizados en sus áreas de interés con la capacidad de responder con propuestas renovadas y variadas a sus clientes.
Como consecuencia de la pandemia, se registró una caída en la demanda laboral de alrededor del 70%. No obstante, si bien la contratación de profesionales independientes se redujo al comienzo de la cuarentena, puede notarse un aumento en la búsqueda de freelancers. Parte de las startups y pymes siguen adelante con las contrataciones debido a la necesidad de digitalizar sus negocios y operar de manera online.
Actualmente, las industrias de IT y desarrolladores de software se presentan como más flexibles a la búsqueda de talentos en este formato, ya que generalmente trabajan en proyectos a corto, mediano y largo plazo. “Es motivador para los programadores, diseñadores y administradores de base de datos el hecho de trabajar en proyectos para distintas empresas en diferentes rubros. Se pueden armar grandes grupos que se enriquecen con recursos diferentes, desde espacios físicos y hasta geográficos distintos”, explica Javier Minsky, CEO de Virtualmind.
En la Argentina, el trabajo freelance siempre se ha percibido como más incierto e inseguro. Los resultados de una encuesta realizada por Randstad en febrero de este año demostraron que el 75% de las personas en búsqueda activa de empleo preferirían trabajar en relación de dependencia, 16% en un emprendimiento propio, y apenas el 9% optaría por la modalidad freelance.
En este sentido, el tema central de trabajo freelance está relacionado con la regulación y la protección social. “El desafío será encontrar modelos adecuados de regulación y de protección social para esta nueva diversidad de formatos de trabajo para que, independientemente de cuál sea el formato, los trabajadores tengan un piso mínimo de protección social, como licencias por enfermedad, vacaciones y jubilación, entre muchas otras cuestiones críticas vinculadas a los estándares de trabajo decente”, indica Schellhas.
Con más trabajo flexible y freelancers en los esquemas laborales, se espera la emergencia de nuevas culturas de trabajo: mixtas, con espacios presenciales y remotos. “Será lo que se denomina trabajo distribuido y, obviamente, hay que pensar en un ecosistema de interconexiones constantes y permanentes”, subraya Melamed.
En ese sentido, sostiene que “los freelancers pueden dar un impulso rápido y ágil para atacar temas concretos de demanda urgente. Sin embargo, la verdadera innovación se va a dar en el mediano y largo plazo, cuando esa inyección de freelance se consolide como equipos estables que continúen esos disparadores”, concluye Martín Boschetti, cofundador y director de Innovación en DMO.