Por Agroempresario.com
El mundo está experimentando cambios globales significativos, y los ecosistemas están absorbiendo las consecuencias. Especialistas en suelos destacan que el factor climático es crucial, afectando prácticas sociales, productivas, empresariales, gubernamentales e institucionales de las últimas cuatro décadas.
Según la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación, hasta el 40% de las zonas terrestres del planeta están degradadas, afectando a la mitad de la población mundial. Desde el año 2000, los períodos de sequía han aumentado en un 29%, y se proyecta que para 2050 afecten a más del 75% de la población mundial.
En Argentina, el Grupo de Investigación (Agsus) ha analizado la realidad de los suelos productivos, desarrollando protocolos para reconocer buenas prácticas y fomentar una producción sostenible.
Elke Noellemeyer, directora de Agsus, destaca que las proyecciones sobre cambio climático tienen un margen de error del 50%, recomendando adoptarlas como tendencias y escenarios futuros más que certezas absolutas.
En cuanto a las políticas internacionales, Noellemeyer subraya la importancia de una participación activa y con conocimiento profundo del sector agrícola argentino, para establecer criterios efectivos a nivel nacional.
Se enfatiza la necesidad de informes argentinos con datos propios para evitar inexactitudes en las mediciones y recomendaciones internacionales.
Noellemeyer también señala que Argentina tiene potencial para transitar hacia energías renovables y adoptar tecnologías modernas, ofreciendo bonificaciones a quienes implementen estas prácticas.
En resumen, Agsus promueve una agricultura sustentable mediante protocolos basados en ciencia, adaptados a las diversas regiones productivas del país, con el objetivo de mitigar el cambio climático y mejorar las condiciones del suelo para las futuras generaciones.