Por Agroempresario.com
Santiago Salerno, un jinete profesional de toda la vida, ha convertido su pasión por los caballos en un próspero negocio. Desde niño, su amor por los equinos lo llevó a la Escuela Militar de Equitación, donde se convirtió en instructor nacional a los 21 años. Sin embargo, su trayectoria no se limitó a la equitación.
Un día, mientras entrenaba, un tallerista de Loma Hermosa le ofreció una montura artesanal. Aunque no la necesitaba, la compró para revenderla y rápidamente se dio cuenta de la demanda. Así comenzó su aventura empresarial. A pesar de un inicio desafiante, incluyendo un primer tallerista que desapareció con sus ahorros, Salerno no se rindió. Con la ayuda de su madre, compró una máquina de coser y empezó a fabricar monturas en el garaje de su tío abuelo en Bella Vista.
Salerno recuerda: "Mi vida se divide entre los caballos y mi emprendimiento. Para conseguir ambas cosas, siempre hubo mucho esfuerzo y dedicación". Poco a poco, su negocio comenzó a despegar. Vendió sus productos en un market place internacional y atrajo a un importador alemán, lo que marcó el comienzo de sus exportaciones. Hoy, su marca HBC (Horse Brand Company) exporta a Europa, Chile, México, Ecuador y Brasil, con cada montura vendida en el exterior a unos 3000 euros.
Con 38 años y 38 viajes a Alemania, Salerno cuenta con una planta en Villa Martelli con 30 empleados. Además, está enfocado en obtener la certificación como empresa amigable con el medio ambiente, utilizando cueros con curtido vegetal y evitando el cromo.
A pesar de quedar fuera de los Juegos Panamericanos el año pasado, Salerno se siente realizado al ver cuánto ha logrado. "Empecé de muy abajo, con muchas deudas encima y haciendo absolutamente todo", dice. Hoy, su empresa vende aproximadamente 5000 monturas al año y está expandiendo su línea de productos y accesorios. Su historia es un testimonio de dedicación, esfuerzo y la capacidad de convertir una pasión en un negocio exitoso.