Por Agroempresario.com
Un reciente estudio realizado por el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y Fertilizar Asociación Civil ha revelado que seis millones de hectáreas en las regiones del NOA y NEA han experimentado una notable pérdida de materia orgánica y una disminución en la disponibilidad de nutrientes. A pesar de tener una historia agrícola más corta en comparación con la región pampeana, estas áreas presentan una brecha productiva del 50%.
El estudio, apoyado por AngloAmerican y presentado como el Mapa de Nutrientes del NOA y NEA, destaca la disminución de la materia orgánica, el pH y los cationes en los suelos. Según Jorge Bassi, vicepresidente de Fertilizar, este proyecto es crucial para diseñar estrategias sostenibles de manejo de suelos en estas regiones, que son altamente frágiles desde el punto de vista ambiental.
Roberto Rotondaro, presidente de Fertilizar, subrayó la importancia de estos mapas para identificar zonas con posibles deficiencias de nutrientes y hacer diagnósticos precisos. Según Rotondaro, entender el impacto del uso productivo en estos agro-ecosistemas es esencial para tomar decisiones informadas en políticas agropecuarias.
La vicepresidenta del INTA, María Beatriz “Pilu” Giraudo, enfatizó la relevancia del trabajo conjunto entre el sector público y privado en estos estudios. Giraudo destacó que la información proporcionada por los mapas es vital para rediseñar los sistemas productivos y asegurar que producción y cuidado ambiental vayan de la mano. "Tenemos la posibilidad de entregar a la próxima generación un suelo en mejores condiciones que las recibidas", afirmó.
El ingeniero agrónomo Hernán Sainz Rozas, responsable de la investigación, explicó que las muestras georreferenciadas de 349 sitios revelaron una reducción promedio del 24% de la materia orgánica respecto a los suelos prístinos. Esto aumenta la susceptibilidad a la erosión y reduce el suministro de nitrógeno y azufre por mineralización.
El análisis detallado de los suelos mostró una significativa disminución en la disponibilidad de nutrientes como fósforo y potasio, especialmente en el noreste de Santa Fe y el norte de Entre Ríos. También se detectaron deficiencias potenciales de calcio y magnesio en el centro-norte de Santa Fe, una región con una larga tradición en producción tambera.
Micronutrientes como zinc y boro también mostraron niveles preocupantes. Zonas como el este de Tucumán, la región central de Santiago del Estero, el noreste de Córdoba, el norte de Santa Fe y el norte de Entre Ríos presentaron deficiencias de zinc y boro, respectivamente. Además, se encontraron bajos niveles de hierro en la región central de Santiago del Estero.
Sainz Rozas recomendó intensificar las rotaciones de cultivos, incluir más cultivos de servicios y pasturas, y aplicar abonos orgánicos para aumentar el ingreso de carbono al suelo. Además, sugirió monitorear el pH del suelo y aumentar las dosis de fósforo en los lotes que lo necesiten.
Durante la presentación del estudio, Roberto Rotondaro anunció la próxima edición del Mapa de Nutrientes de la Región Pampeana, programada para 2024. Este nuevo estudio proporcionará una visión completa y actualizada de los nutrientes en los suelos agrícolas a nivel nacional y permitirá comprender mejor cómo las prácticas agrícolas impactan en su fertilidad.
"La información completa y actualizada nos permitirá comprender la situación argentina en materia de uso y preservación del recurso suelo, vital para nuestro sector productivo", concluyó Rotondaro, enfatizando la relevancia de estos datos para el diseño de estrategias sostenibles de manejo de suelos y la toma de decisiones en políticas agropecuarias.