Por Agroempresario.com
La Federación Argentina de Petróleo, Gas y Biocombustible (FASiPeGy) ha declarado un paro general por tiempo indefinido, que comenzará a partir de la medianoche del jueves 1 de agosto. La medida, que afecta a uno de los sectores clave de la economía nacional, se toma en protesta por la restauración del impuesto a las Ganancias, que el gremio considera injusta y en violación de la legislación vigente para el sector petrolero.
En un comunicado oficial, la FASiPeGy denunció que el impuesto, impuesto por la Ley 26.176, discrimina a los trabajadores del sector y afecta directamente su poder adquisitivo, el empleo de calidad y el desarrollo de una industria estratégica para el progreso del país. Según el sindicato, el impuesto impacta a unos 6.000 trabajadores bajo convenio en refinerías, terminales de combustibles de aeropuertos y en las exportaciones de petróleo desde Vaca Muerta.
La medida de fuerza podría tener un impacto significativo en la provisión de combustible en estaciones de servicio y aeropuertos, incluyendo las terminales de Aeroparque y Ezeiza, donde se prevé que la escasez de combustible pueda generar inconvenientes para los viajeros y las operaciones aeroportuarias.
Este paro se produce tras una reciente decisión judicial en Neuquén, donde la jueza María Victoria Bacci falló a favor de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), suspendiendo la aplicación del Impuesto a las Ganancias para docentes y trabajadores del Estado provincial. La justicia neuquina consideró que el gravamen afecta de manera “grave e irreparable” los derechos de los trabajadores y avanza ilegalmente sobre las autonomías provinciales y municipales.
A su vez, la medida gremial coincide con un incremento del 2,5% en los precios de los combustibles, que entrará en vigencia a partir de la medianoche. Con este aumento, el litro de nafta súper de YPF en la Ciudad de Buenos Aires se elevará a $966, mientras que la premium costará $1191. El gasoil súper subirá a $1002 y el diésel premium alcanzará los $1275.
El paro general y el aumento de combustibles se desarrollan en un contexto de creciente tensión en el sector, que espera resolver las diferencias con el gobierno en cuanto a la aplicación de impuestos y su impacto en los trabajadores.