Por Agroempresario.com
Luego de tres meses sin precipitaciones, la llegada de las lluvias a la región núcleo ha significado un alivio crucial para los cultivos de trigo, que se encontraban en una situación crítica debido a la falta de agua y las bajas temperaturas. Cristian Russo, jefe de la Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), afirmó que "se vivió un antes y un después para el trigo" con la llegada de las lluvias. Tras varios pronósticos fallidos, finalmente la región recibió entre 10 y 15 milímetros de precipitación, con algunas áreas en el noroeste de Buenos Aires alcanzando hasta 32 milímetros.
Russo explicó que los productores en la mitad este de la región núcleo están "muy contentos" con estas lluvias, ya que permiten reactivar numerosas actividades pendientes como la fertilización y el uso de herbicidas. "Esta lluvia ha sido muy importante, reactiva muchísimas cosas, toda la parte de fertilización que estaba pendiente en trigo y también pensando en la siembra de maíz", señaló Russo.
Las precipitaciones permiten a los productores afrontar el mes de agosto con mayor tranquilidad y esperar más lluvias a principios de septiembre para continuar con el crecimiento del trigo. A pesar de que no todas las áreas se beneficiaron por igual, más del 50% de la región núcleo recibió lluvias suficientes para mejorar significativamente el estado de los cultivos, según la BCR.
Los registros de la red GEA-BCR indican que localidades como Rojas, Pergamino y Chacabuco se beneficiaron significativamente, con precipitaciones de 32, 30 y 30 milímetros respectivamente. Otros registros incluyen 22 milímetros en Noetinger, 18 milímetros tanto en Pujato como en Rosario, y 16 milímetros en Bigand. Sin embargo, este evento no cubrió toda la región, dejando a Córdoba en gran parte fuera de este alivio. A pesar de ello, las lluvias en el centro-oeste de Buenos Aires y partes del sur de Entre Ríos han sido recibidas con optimismo.
Estas lluvias llegan en un momento crucial para el trigo, ya que el cultivo se deterioraba semana a semana y el 10% estaba en condiciones regulares a malas. Según los informes, julio de 2024 registró menos de un milímetro de lluvia, muy por debajo del promedio histórico de entre 10 y 45 milímetros. La falta de precipitaciones desde marzo había dejado al 10% del trigo en condiciones de regular a malo, poniendo en riesgo la campaña agrícola.
Russo destacó que, aunque no todas las áreas se beneficiaron por igual, más del 50% de la región núcleo recibió lluvias suficientes para mejorar significativamente el estado del trigo. "Esto va a ser un antes y un después para el trigo, que para los que recibieron agua, siguen en carrera de tener una excelente campaña triguera", concluyó.