Soja: ROSARIO
$490.000 0.00%
Maíz: ROSARIO
$275.000 1.50%
Trigo: ROSARIO
$245.000 4.26%
La campaña triguera avanza hacia registros productivos inéditos, pero los primeros resultados de laboratorio encendieron una señal de alerta: el desafío ya no pasa solo por cosechar más, sino por sostener la calidad del grano. Especialistas del INTA Marcos Juárez detectaron en los primeros muestreos niveles de proteína y gluten por debajo de los parámetros comerciales en distintas regiones productivas del país.
El fenómeno responde a una relación conocida por la agronomía: a mayor rendimiento, menor concentración de proteína, cuando la fertilización no acompaña el salto productivo. Así lo explicó Leticia Mir, responsable del Laboratorio de Calidad Industrial y Valor Agregado de Cereales y Oleaginosas del INTA Marcos Juárez, al señalar que la dilución de proteína se asoció directamente con los elevados rendimientos alcanzados.
Desde el área de mejoramiento genético, Dionisio Gómez, referente del INTA y responsable de la red nacional de ensayos de trigo del INASE, explicó que la campaña estuvo marcada por condiciones climáticas extraordinarias. En Córdoba, las lluvias cuadruplicaron los registros habituales, con eventos significativos en junio, julio y agosto.
Este aporte hídrico permitió que el trigo expresara su potencial incluso en ambientes considerados marginales. Una regla técnica indica que cada milímetro de agua puede transformarse en unos 10 kilos de grano por hectárea, por lo que los acumulados de esta campaña justifican lotes que alcanzaron rindes cercanos a los 6.000 kilos por hectárea.
Para Gómez, este escenario refuerza la necesidad de pensar la fertilización en dos etapas. Aun cuando el cultivo no utilice todo el nutriente disponible, el remanente beneficia al cultivo siguiente dentro de un planteo de manejo integral del sistema.
El INTA Marcos Juárez lleva adelante, desde hace más de 40 años, un relevamiento sistemático de calidad del trigo en plantas de acopio. En esta campaña se muestrean 100 establecimientos distribuidos en Córdoba, sur de Santa Fe, norte de Buenos Aires y sectores de Entre Ríos.
Hasta el momento se evaluaron 65 acopios en la región central, con resultados que confirman la tendencia: altos volúmenes y proteína por debajo de los estándares históricos.
En la subzona Pampa Mesopotámica, correspondiente a Entre Ríos, se analizaron 17 acopios. El promedio de proteína fue de 9%, con un peso hectolítrico de 78,1 kg/hl, que corresponde a un grado 2 de comercialización. La variabilidad fue marcada, con registros entre 9,7% y 7,6%. El gluten húmedo mostró serias limitaciones: en 8 de los 17 acopios no se logró formar gluten y, en el resto, el promedio fue de 17,9%.
En la subregión pampeana ondulada norte, que abarca el centro-sur de Santa Fe, el promedio de proteína alcanzó 9,6% y el peso hectolítrico fue de 79,2 kg/hl (grado 1). En algunos casos se superaron los 81 kg/hl. El gluten húmedo promedió 19,7% y, salvo dos excepciones, las muestras lograron formar gluten.
La Pampa subhúmeda norte de Córdoba, que incluye Marcos Juárez, General San Martín y Unión, arrojó valores similares: proteína en torno al 9,6%, peso hectolítrico de 79 kg/hl y gluten cercano al 19,5%.
En la Pampa semiárida norte (Tercero Arriba y Río Segundo) la proteína promedió 9,5%, el peso hectolítrico 78,9 kg/hl y el gluten húmedo fue algo más elevado, con un registro promedio de 21,9%.
De acuerdo con los datos consolidados, el patrón se repite en toda la región central: rendimientos elevados y proteína baja. En promedio, los valores se ubican cerca de 9,6%, con una dispersión que va de 7,8% a 10,3%, y muy pocos casos por encima del 10%.
A diferencia de otros años, el peso hectolítrico no aparece como el principal factor restrictivo, ya que la mayoría de las muestras se ubican entre grado 1 y 2, con escasos lotes en grado 3.
El principal cuello de botella está en la proteína y en la calidad del gluten. Incluso en lotes con refertilización, los rendimientos tan elevados impidieron sostener niveles proteicos adecuados.
Los ensayos a campo realizados por el INTA confirmaron este comportamiento: muestras con proteína por debajo del 10% y gluten húmedo incluso inferior al 23%. Solo los esquemas con segunda fertilización permitieron superar el 11% de proteína, que es el umbral a partir del cual comienzan los descuentos comerciales.
El sistema de bonificaciones y descuentos en trigo pan argentino establece penalidades a partir del 11% de proteína. Las rebajas son acumulativas:
2% de descuento entre 11% y 10%
3% adicional entre 10% y 9%
4% adicional entre 9% y 8%
Este esquema refuerza la importancia de conocer con precisión la calidad del grano antes de definir la estrategia comercial.
Para Gómez, esta campaña obliga a cambiar el enfoque comercial. En un contexto de alta oferta, contar con datos confiables de calidad puede marcar la diferencia al momento de negociar.
La primera recomendación es realizar los análisis en laboratorios de referencia, como los del INTA u otras instituciones habilitadas. La segunda es ampliar el estudio más allá del porcentaje de proteína.
Algunas variedades logran expresar buen comportamiento panadero aun con niveles bajos de proteína, gracias a un gluten de alta calidad. Ese dato, que no siempre se evalúa en los análisis básicos, puede convertirse en una herramienta comercial estratégica.
En los últimos años, el monitoreo de calidad se fortaleció con un convenio entre el INTA Marcos Juárez y la Bolsa de Comercio de Córdoba. Mientras la Bolsa se encarga del análisis comercial, el laboratorio del INTA evalúa la calidad industrial. El informe final de la campaña será presentado en febrero, en el marco de la Fiesta Nacional del Trigo en Leones.
En 2025, el evento celebrará su 70° aniversario e incluirá el tradicional concurso al mejor trigo del país. El premio para el ganador será un viaje al Congreso Internacional de Trigo, organizado por la Asociación Brasileña de la Industria del Trigo (ABITRIGO). El INTA Marcos Juárez participa tanto en el análisis de las muestras como en el jurado del certamen.
Todo este trabajo se integra al Proyecto Regional de Agricultura del INTA en Córdoba, cuyo objetivo es mejorar la competitividad de la cadena triguera y optimizar la toma de decisiones en campañas cada vez más desafiantes.
