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Por Agroempresario.com
El reciente fin de semana en la Región Núcleo dejó un panorama climático complejo y desafiante para los productores. Las lluvias esperadas, que podrían haber aliviado la prolongada sequía que afecta los cultivos, resultaron ser mínimas, con acumulados que apenas alcanzaron los 5,6 milímetros en María Teresa y 4 mm en Godeken, según reportó Cristian Russo, director de la Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).
En lugar de las precipitaciones necesarias, se registraron lloviznas que no lograron mitigar la crítica situación que atraviesan los campos. A esto se sumó un fenómeno meteorológico inusual: la aparición de graupel. Este fenómeno, una combinación de nieve y lluvia que ocurre cuando gotas de agua sobreenfriadas se congelan al entrar en contacto con copos de nieve, cubrió brevemente los cultivos en algunas áreas, dejando una fina capa de hielo.
Los productores se enfrentan a un desafío creciente con la temporada de siembra a la vuelta de la esquina. La falta de agua sigue siendo una preocupación significativa, y el pronóstico a corto plazo no ofrece demasiada certeza. La BCR señala que se espera buen tiempo hasta el viernes o sábado, con la posibilidad de nuevas lluvias, pero la duda persiste sobre si estas precipitaciones serán suficientes para revertir la situación.
La BCR advierte que la última probabilidad de lluvias es crucial para las decisiones agrícolas, ya que una cantidad insuficiente podría impactar negativamente en los cultivos. Russo destaca la importancia de que estas lluvias sean más sustanciales que las lloviznas recientes para ofrecer un alivio real a los campos.
Además, la incertidumbre climática está afectando las decisiones sobre los cultivos, especialmente para el maíz, cuya siembra podría reducirse hasta en un 30% en la región. Esta reducción se ve exacerbada por la plaga de la "chicharrita" en el norte de Rosario, que añade una capa adicional de complejidad a la situación.
A medida que agosto llega a su fin, el cierre del mes con un incremento en las precipitaciones podría ser clave para las decisiones agrícolas. Los productores y técnicos siguen monitoreando de cerca el clima, con la esperanza de que las condiciones mejoren en los próximos días.
