Las ballenas de Groenlandia y su sorprendente comunicación a larga distancia

Por Agroempresario.com

En el helado Ártico, donde el vasto océano se extiende más allá del horizonte, dos ballenas de Groenlandia lograron realizar un acto sorprendente: sincronizar sus inmersiones submarinas a más de 100 kilómetros de distancia. Este comportamiento, observado por primera vez en 2010, ha dejado perplejos a los científicos y plantea una pregunta fascinante: ¿podrían estar comunicándose de alguna forma a pesar de la enorme distancia que las separa?

Investigadores que estudiaban el comportamiento de estas ballenas en la bahía de Qeqertarsuaq Tunua, en Groenlandia, notaron que dos de estos majestuosos cetáceos comenzaron a coordinar sus inmersiones durante varios días, a pesar de no estar en contacto visual. Según los científicos, "podrían haberse comunicado a través de sonidos de baja frecuencia", lo que respalda la teoría de que las ballenas pueden “hablarse” y coordinarse a largas distancias.

La teoría de las manadas acústicas, propuesta por Roger Payne y Douglas Webb en 1971, sugiere que estas criaturas podrían mantenerse en contacto mediante sonidos que recorren largas distancias en el océano. Aunque tradicionalmente se las ha visto como animales solitarios, los hallazgos recientes sugieren que podrían formar manadas acústicas dispersas.

Para validar esta teoría, un equipo de científicos estudió el comportamiento de inmersión de 12 ballenas de Groenlandia a lo largo de 144 días, utilizando etiquetas satelitales y algoritmos matemáticos. El estudio reveló que dos ballenas sincronizaban sus inmersiones por hasta siete días seguidos, siempre que estuvieran a menos de 100 kilómetros de distancia, un rango que coincide con el alcance acústico máximo de las vocalizaciones de estas ballenas en el Ártico. Sin embargo, aún falta demostrar con certeza que las vocalizaciones estaban siendo recibidas y respondidas entre las ballenas.

Los desafíos para confirmar esta comunicación son significativos. Las ondas sonoras de baja frecuencia, que podrían utilizar las ballenas para comunicarse, se desplazan lentamente a través del agua fría, lo que dificulta la correlación en tiempo real de las vocalizaciones. Christopher Clark, investigador de bioacústica de la Universidad de Cornell, advierte que la escala a la que ocurren estos intercambios es "prácticamente inobservable para los humanos".

El descubrimiento de esta posible comunicación a larga distancia tiene profundas implicaciones sobre cómo entendemos a las ballenas de Groenlandia. Tradicionalmente vistas como criaturas solitarias, estos hallazgos sugieren que podrían mantener un contacto constante a través de vocalizaciones, lo que les permitiría coordinar comportamientos de alimentación, evitar peligros e incluso compartir información sobre su entorno.

Susan Parks, ecóloga conductual de la Universidad de Syracuse, destaca la importancia de combinar tecnologías avanzadas de monitoreo acústico y análisis matemáticos para lograr un entendimiento más claro de la comunicación entre cetáceos. A medida que avancen las investigaciones, se espera que este enfoque multidisciplinario pueda proporcionar respuestas más definitivas sobre cómo las ballenas de Groenlandia se comunican en su vasto entorno oceánico.

Las investigaciones en curso continúan desafiando la visión tradicional de las ballenas barbadas y su comportamiento, y sugieren que el océano no es un lugar de soledad, sino un vasto campo de comunicación entre estos majestuosos mamíferos marinos.