Caminos de desafío: el impacto de la reducción de aranceles en la industria textil

Por Agroempresario.com

La reciente reducción de aranceles de importación para productos textiles y de calzado, decretada por el Gobierno argentino, ha generado una ola de preocupación en el sector. La Fundación Pro Tejer advirtió que esta medida podría amenazar la continuidad de 10 fábricas nacionales, las cuales generan aproximadamente 1.000 puestos de trabajo formales y calificados. Según la entidad, esta decisión se suma a la compleja coyuntura que enfrenta la industria, que ya ha perdido 8.300 empleos formales desde julio de 2023, lo que equivale al 27% de la pérdida de empleo industrial en el país.

“Creemos que esta medida no hace más que empeorar la situación del sector textil, indumentaria, cuero y calzado, que ya se encuentra en crisis”, señalaron desde la Fundación. A lo largo de los años, la industria ha enfrentado numerosos desafíos, y la reducción de aranceles podría significar un daño irreversible al entramado productivo local y una potencial destrucción de capacidades adquiridas durante años de esfuerzo y desarrollo.

Desde la Fundación Pro Tejer se criticó la decisión del Gobierno, argumentando que esta se basa en un "incorrecto diagnóstico". Según sus representantes, el verdadero problema del "costo argentino" no se relaciona con la eficiencia interna de las fábricas, sino con factores sistémicos que han afectado a la economía nacional durante décadas, tales como la alta presión tributaria, la falta de financiamiento y los problemas logísticos y de infraestructura.

A pesar de los obstáculos, las fábricas de producción local han realizado importantes inversiones en modernización. Estas iniciativas incluyen la incorporación de nuevas tecnologías, digitalización de procesos y ampliación de la capacidad instalada, lo que posiciona al sector en la frontera tecnológica mundial. La Fundación destaca que la producción de hilados sintéticos es especialmente estratégica, pues permite la incorporación de innovación y tecnología mediante el desarrollo de nuevos materiales con aplicaciones específicas.

Además, la reducción de aranceles aplicada a productos como el kit desmotado de calzado —que ya contaba con un arancel del 15%— y la bajada del arancel del 28% al 10% para capelladas han suscitado críticas, dado que la producción nacional de estos insumos también genera empleo y ha realizado importantes inversiones en los últimos años.

Los líderes de la Fundación Pro Tejer recalcan que antes de implementar tales medidas, es fundamental transformar las condiciones estructurales que afectan la producción en Argentina. “Las reformas necesarias deben abordar los problemas de competitividad local y facilitar un entorno propicio para el desarrollo de la industria nacional”, señalaron.

Asimismo, enfatizan que, para lograr una baja efectiva en los precios de los productos, es indispensable reducir los impuestos a nivel nacional, provincial y municipal, que actualmente representan el 50% del costo de las prendas. “El precio de un hilado sintético influye en menos del 0,1% del costo total”, añadieron.

En conclusión, la Fundación Pro Tejer hace un llamado a priorizar el empleo federal, las inversiones en tecnología y el desarrollo de la industria nacional en sectores estratégicos, fundamentales para la soberanía del país, la innovación y el futuro de la cadena de valor. La reducción de aranceles, sin un enfoque estructural, podría profundizar una crisis que ya afecta a miles de trabajadores argentinos y comprometer el desarrollo sostenible del sector.