Por Agroempresario.com
Algodonera Avellaneda S.A., una de las principales compañías en el sector del algodón, atraviesa una de las crisis más profundas de su historia. Miembro del grupo Vicentin SAIC, la empresa se presentó en concurso preventivo ante la Justicia, lo que pone en peligro su continuidad operativa. La firma, adquirida por Vicentin del grupo Eurnekian hace más de tres décadas, ha sido un actor clave en el acopio y desmontado de algodón en el país, con tres plantas estratégicas en Reconquista (Santa Fe), Gral. Pinedo (Chaco) y Bandera (Santiago del Estero).
Aunque su vínculo con la marca Estrella fue fundamental hasta 2015, en los últimos años, Algodonera Avellaneda se inclinó hacia la industria textil y, en menor medida, a la producción de cosméticos e higiene personal. Sin embargo, la crisis de la empresa tiene un claro origen: el conflicto de Vicentin que comenzó hace cuatro años.
Según informes de Bichos de Campo, Algodonera Avellaneda fue garante del proceso judicial de la cerealera, lo que comprometió su situación financiera. A raíz de esta implicación, perdió el acceso a líneas de crédito, en particular con el Banco Nación, lo que agravo su situación. Además, la caída de producción y ventas durante la pandemia en 2020 profundizó la crisis. "Tuvo que atravesar causas judiciales por ser garante cruzada y eso complicó su caja", explicaron fuentes cercanas a la compañía.
La crisis de la algodonera se ha visto exacerbada por la apertura de importaciones dispuesta por el gobierno de Javier Milei, así como por los continuos conflictos sindicales que han afectado su operatividad. Bloqueos y paros han interrumpido la producción en varias ocasiones, lo que ha resultado en una fuerte caída en sus ingresos.
El concurso preventivo, que busca frenar la acumulación de deudas, especialmente con la Empresa Provincial de Energía de Santa Fe, ha sido presentado ante el juez de Reconquista, Fabián Lorenzini, quien también lleva el caso de Vicentin. Fuentes cercanas a la empresa aseguraron que los próximos diez días serán cruciales para decidir el futuro de la compañía. "Es una forma de acomodar las deudas y poder continuar operando", afirmaron.
A pesar de que los accionistas de Algodonera Avellaneda no son los mismos que los de Vicentin, el presidente de la empresa es Héctor Vicentin, hijo del fundador de la cerealera, lo que sigue ligando a ambas compañías a nivel de liderazgo familiar.
La empresa, que llegó a contar con 700 empleados en su pico de producción, ahora se enfrenta a una fuerte reducción de personal. Actualmente, la planta de trabajadores ha disminuido a 570 operarios, una medida que refleja la gravedad de la crisis.
Con un desplome del 60% en sus ventas en lo que va del año, el futuro de Algodonera Avellaneda parece incierto. Mientras tanto, el sector textil y los proveedores de insumos siguen esperando una definición sobre su capacidad para seguir operando en un contexto económico cada vez más complejo.