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Por Agroempresario.com
La balanza comercial energética de Argentina podría alcanzar un superávit de USD 25.000 millones anuales para 2030, gracias al aumento en la producción de hidrocarburos y una notable reducción en las importaciones energéticas. Según la Cámara de Exploración y Producción de Hidrocarburos (CEPH), estas proyecciones reflejan el impacto de inversiones clave y políticas orientadas a dinamizar el sector.
Actualmente, el país se encamina a cerrar 2024 con un superávit energético superior a los USD 5.000 millones, un hito no visto en casi dos décadas. Este cambio responde al incremento del 20% en las exportaciones de gas y petróleo en lo que va del año, sumando USD 7.995 millones. Paralelamente, las importaciones de energía disminuyeron cerca del 50%, favorecidas por el funcionamiento del gasoducto Perito Moreno, lo que redujo significativamente las compras de gas natural y Gas Natural Licuado (GNL).
De acuerdo con CEPH, para finales de la década, Argentina podría producir 1,5 millones de barriles de petróleo y 230 millones de metros cúbicos de gas por día. Este aumento permitiría un fuerte crecimiento de las exportaciones sin comprometer el abastecimiento interno.
La consultora Economía y Energía también destaca el papel de la ampliación de la capacidad de transporte de crudo desde la cuenca neuquina, que habilitará mayores volúmenes exportables. En su escenario base, la producción de petróleo alcanzaría los 1,2 millones de barriles diarios en 2030, con exportaciones que aumentarían un 250% respecto a 2024, pasando de 193.000 barriles diarios a 710.000. En un escenario más expansivo, estas cifras podrían llegar a 1,4 millones de barriles producidos y 900.000 exportados diariamente.
Aunque las proyecciones son optimistas, CEPH subraya que la industria enfrenta desafíos clave para competir globalmente. “Es necesario reducir la carga impositiva, agilizar la importación de bienes de capital y desarrollar infraestructura eficiente”, señaló la Cámara. Estas medidas permitirían acortar la brecha de costos con otros países, a pesar de los avances en productividad que ha logrado el sector.
Además del impacto exportador, el crecimiento del sector de hidrocarburos se traduce en beneficios locales. La expansión de la industria del Oil & Gas impulsa una cadena de valor integrada por proveedores nacionales, generando empleo formal y calificado.
Con un superávit proyectado de USD 7.400 millones para 2025 y expectativas de cifras récord para 2030, el sector energético argentino se consolida como un pilar clave para el desarrollo económico y la generación de divisas. Sin embargo, garantizar su competitividad requerirá un compromiso continuo con políticas que incentiven la producción y promuevan las exportaciones en condiciones ventajosas.
