Por Agroempresario.com
En 2025, una empresa familiar con raíces en San Antonio de Areco celebrará 25 años de trayectoria en la producción agropecuaria. Lo que comenzó con esfuerzo y sacrificio, hoy se ha convertido en un modelo de integración productiva, abarcando desde la agricultura y la ganadería hasta la comercialización directa de carne envasada al vacío.
Luis Marchi, uno de los referentes de la firma, cuenta cómo su familia logró expandirse desde el alquiler de tierras hasta la gestión de 10.000 hectáreas, la producción de 30.000 toneladas de granos y el engorde de 15.000 novillos al año. "Comenzamos con 64 vacas y, con el tiempo, consolidamos un planteo de ciclo completo", afirma Marchi.
La historia de esta empresa se remonta a 1950, cuando el abuelo de Luis Marchi, junto a su cuñado, inició su camino en la agricultura brindando servicios con arado de tracción a sangre. "No teníamos campo propio, pero con esfuerzo logramos sembrar hasta 5000 hectáreas en campos arrendados", recuerda Marchi. En el año 2000, tras el fallecimiento de su abuelo y su socio, la sociedad se disolvió en buenos términos y dio lugar a Agropemar, empresa que aún hoy es propiedad de Luis Ángel y Oscar Alfredo Marchi.
Con el tiempo, la empresa avanzó hacia la integración horizontal, adquiriendo toda la maquinaria necesaria para la producción, desde sembradoras hasta cosechadoras. Además, incorporaron camiones propios y una planta de acopio con capacidad para 4000 toneladas. "Nuestro objetivo fue siempre ganar independencia y agregar valor a cada eslabón de la cadena", destaca Marchi.
En la búsqueda de mayor eficiencia, la empresa decidió integrar sus procesos y diversificar sus unidades de negocio. La construcción de una planta de alimento balanceado permitió procesar el maíz producido y abastecer su feedlot y clientes externos. Luego, dieron un paso clave en la comercialización al abrir un local boutique de carnes en San Antonio de Areco, donde venden carne vacuna y ovina envasada al vacío.
"El local nos permite ofrecer cortes seleccionados sin obligar al consumidor a comprar un cordero entero", explica Marchi. Además, trabajan en un código QR que los clientes podrán escanear para conocer la trazabilidad del producto.
La ganadería de ciclo completo de la empresa se desarrolla en 3000 hectáreas con 2000 vientres. "Criamos en Tordillo y en San Antonio de Areco, recriamos en Villa Lía y engordamos a corral", detalla Marchi. La recría combina pasturas con suplementación controlada, permitiendo a los animales llegar al feedlot con un peso adecuado y una adaptación eficiente.
En el corral, la dieta incluye grano de arveja (9% de la ración), silajes y fibra. "Nuestra estrategia es flexible: producimos carne para consumo liviano, novillos para supermercados y animales pesados para exportación", indica Marchi. Además, reutilizan los residuos del feedlot para mejorar la fertilidad del suelo, logrando duplicar el contenido de fósforo en sus lotes.
La empresa siembra 7500 hectáreas, alcanzando 12.000 hectáreas anuales con doble cultivo. Sus principales cultivos incluyen maíz, trigo, soja, avena, centeno, raigrás y arveja, además de forrajeras para su propio consumo y la venta a semilleros.
"Nuestro rinde promedio en los últimos 10 años fue de 69 qq/ha en maíz temprano, 32 qq/ha en soja de primera y 42 qq/ha en cebada", menciona Marchi.
Para la comercialización de granos, trabajan con AZ-Group, participando de un grupo de productores similar a un CREA, donde analizan mercados y estrategias de venta.
Con la apertura de su carnicería, los Marchi buscan acercar su producción al consumidor final. "Queremos que la gente pueda escanear un código QR y conocer el origen de su carne. Además, pensamos en abrir nuestras puertas para que los clientes puedan visitar el campo y vivir la experiencia de la producción", proyecta Marchi.
Desde su origen humilde hasta convertirse en un modelo de integración agropecuaria, esta familia demuestra que la diversificación, la innovación y el compromiso con la calidad son claves para el crecimiento sostenido en el sector.