Por Agroempresario.com
Argentina está en camino de convertirse en una potencia energética regional gracias al acelerado crecimiento de la producción en Vaca Muerta. En 2024, el país exportó más energía de la que importó por primera vez en 14 años y está a punto de superar a Colombia como tercer productor de petróleo de Sudamérica. Según un informe de The Economist, la formación de hidrocarburos no convencionales ubicada en Neuquén ha transformado el sector y podría generar entre 250.000 y 500.000 empleos en la próxima década.
En la última década, la producción de petróleo en Vaca Muerta pasó de 20.000 barriles diarios a casi 450.000, con expectativas de superar el millón de barriles por día en 2030. Este avance ha sido impulsado por inversiones extranjeras y mejoras en tecnologías de extracción. La producción de gas también ha crecido exponencialmente, consolidando a Argentina como el segundo país con mayores reservas de gas shale en el mundo, solo por detrás de China.
Según Gustavo Medele, secretario de Energía de Neuquén, la actividad ha transformado la economía local y generado empleos bien remunerados. Un camionero vinculado al sector puede ganar hasta USD 3.000 mensuales, atrayendo a trabajadores de todo el país a la región.
A pesar del récord en producción, la infraestructura sigue siendo un obstáculo clave para el crecimiento sostenido. Para exportar gas en forma de GNL hacia Asia, se requieren inversiones de aproximadamente USD 50.000 millones. La construcción de oleoductos y terminales portuarias es fundamental para ampliar la capacidad exportadora y consolidar a Argentina como proveedor global de energía.
El Gobierno de Javier Milei ha implementado reformas que facilitan el negocio, eliminando restricciones a la exportación y ajustando los precios internos del petróleo al valor internacional. Sin embargo, la atracción de inversión extranjera sigue siendo un desafío debido a la volatilidad económica del país.
Aleph Energy estima que, para 2030, Argentina podría exportar hasta USD 30.000 millones anuales en petróleo y gas, ampliando el superávit comercial y fortaleciendo las reservas del Banco Central. En 2024, el saldo comercial positivo ya alcanzó un récord de USD 19.000 millones, gracias al auge de Vaca Muerta.
A pesar del optimismo, el informe de The Economist advierte sobre dos posibles amenazas: una caída en los precios internacionales del petróleo y el gas, que podría afectar la rentabilidad de los proyectos de GNL, y una nueva crisis económica que ahuyente a los inversores extranjeros.