Soja: ROSARIO
$322.500 0.00%
Maíz: ROSARIO
$214.800 0.00%
Trigo: ROSARIO
$219.500 0.00%
Por Agroempresario.com
La lucha de los pequeños productores yerbateros por un precio justo sigue en ascenso. Este martes, se llevó a cabo una multitudinaria movilización con el objetivo de visibilizar la crisis del sector y reclamar un ajuste en el precio de la hoja verde. Con más de 70 tractores, los manifestantes se concentraron en la rotonda de San José y avanzaron hasta el emblemático puesto de Rentas en el límite con Corrientes, generando un fuerte impacto en la región.
La protesta surge ante la imposibilidad de los productores de sostener sus costos con el precio actual de $200 por kilo de hoja verde, cifra que consideran insuficiente. El reclamo es claro: un precio de $420 que permita cubrir gastos de producción y garantizar la subsistencia de miles de familias que dependen de esta actividad.
Los manifestantes llegaron desde diversas localidades como Andresito, San Pedro, Jardín América y Oberá, entre otras. La protesta comenzó el lunes con la concentración de productores en la intersección de la Ruta Nacional 14 y la Ruta Provincial 105. Allí acamparon y definieron la estrategia para llevar adelante la movilización.
En la mañana del martes, tras una asamblea, se decidió avanzar hacia el puesto de la Agencia Tributaria de Misiones (ATM), exDirección General de Rentas. La marcha se realizó de manera organizada, evitando interrumpir el tránsito de automóviles y camiones en la ruta, aunque sí se bloqueó momentáneamente el ingreso de camiones al puesto de Rentas.
Con pancartas y consignas, los productores denunciaron que la actual estructura de costos los lleva a la quiebra. “Nuestro esfuerzo tiene precio” y “Precio justo para la yerba mate” fueron algunas de las frases que se podían leer en los carteles.
Desde el sector industrial, se argumenta que el bajo precio de la hoja verde responde a una sobreoferta de materia prima. Entre 2020 y 2023, se plantaron 47.000 hectáreas nuevas, lo que llevó el total de superficie cultivada a 230.000 hectáreas. Esta expansión descontrolada, motivada por los altos precios de la yerba en 2020, generó un excedente que hoy impacta en los valores de compra de la materia prima.
“La sobreoferta es la raíz del problema. En los últimos años, muchos nuevos actores ingresaron al mercado, incluidos inversores paraguayos y empresarios ajenos al sector. Esto generó una distorsión que ahora estamos pagando con precios irrisorios”, explicó un especialista vinculado a la industria.
Otro eje clave del reclamo es la restitución de las facultades regulatorias del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM). Hasta diciembre de 2023, el INYM establecía los precios oficiales de la hoja verde y la yerba canchada, pero el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) 70/2023, impulsado por el presidente Javier Milei, eliminó este control, dejando al sector en manos del libre mercado.
Actualmente, el INYM se encuentra acéfalo, sin un presidente designado, lo que agrava la incertidumbre. Los productores sostienen que sin una regulación estatal, los precios seguirán cayendo, favoreciendo a la industria en detrimento de los pequeños trabajadores rurales.
El movimiento yerbatero tiene un antecedente histórico: en 2001, una masiva protesta logró la sanción de la Ley 25.564, que creó el INYM. Aquel tractorazo, que comenzó en las colonias y terminó con cientos de máquinas ingresando a Posadas, marcó un antes y un después en la regulación del sector.
Si bien la movilización actual aún no alcanza esa magnitud, los productores advierten que, de no obtener respuestas, la protesta podría intensificarse. “No descartamos un tractorazo masivo hasta la capital misionera si no somos escuchados”, advirtió un dirigente yerbatero.
Con el conflicto en plena efervescencia, el sector yerbatero se encuentra en un punto de inflexión. La lucha por un precio justo se ha convertido en una causa común que no solo afecta a los productores, sino también a toda la cadena de valor de la yerba mate, un producto clave en la economía de Misiones y Corrientes. La próxima movida dependerá de las respuestas –o la falta de ellas– por parte del Gobierno y la industria.
