La minería argentina apuesta al RIGI para captar inversiones y potenciar su desarrollo

Por Agroempresario.com

La minería argentina vive una etapa de expectativa y crecimiento, especialmente en las provincias productoras de recursos naturales. Durante el evento PDAC en Canadá, el mayor encuentro minero a nivel global, ocho provincias argentinas se unieron con un solo objetivo: atraer inversiones extranjeras para el desarrollo de proyectos mineros, y lo hicieron bajo el paraguas del Régimen de Incentivos a la Inversión (RIGI), que promete ser la principal carta de presentación en la promoción internacional.

La delegación argentina, que contó con la participación del gobierno nacional y de diversas provincias, se presentó con un mensaje unificado de optimismo. Durante la jornada denominada “Argentina Day”, que congregó a más de 470 personas, se resaltaron las reformas económicas, que incluyen el RIGI, un sistema diseñado para incentivar la inversión minera y que figura entre las principales herramientas de la Argentina para reactivar su sector minero. Este evento desató el interés de numerosas empresas, que vieron a Argentina como un “rockstar” del sector, según fuentes cercanas a la organización de la cumbre.

El RIGI se presenta como un elemento esencial para que las provincias logren captar el capital necesario para proyectos de cobre, litio, oro, plata y uranio, todos ellos minerales de gran relevancia para el mercado global. Sin embargo, no todo es un camino despejado. Las provincias mineras también deben lidiar con algunos desafíos, entre ellos, la relación entre el gobierno nacional y los gobiernos provinciales, que es crucial para el desarrollo de infraestructura y la puesta en marcha de proyectos.

Desde Mendoza, Alfredo Cornejo, gobernador de la provincia, expresó su optimismo por el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la importancia de mantener un superávit fiscal. “Creo que todo eso dará señales fuertes a los inversores. Las medidas que ha tomado el gobierno van a generar estabilidad económica, lo que va a consolidar el atractivo para los que ya están interesados en invertir”, destacó Cornejo. En sintonía con este análisis, el secretario de Finanzas, Pablo Quirno, subrayó la relevancia del sector minero y energético en la estrategia económica nacional, al asegurar que duplicar las exportaciones será clave para alcanzar la competitividad global.

Por su parte, Luis Lucero, secretario de Minería, destacó el potencial de la región de Cuyo, al pronosticar que se convertirá en uno de los principales distritos de cobre del mundo. Un ejemplo claro es el proyecto de San Jorge, que podría entrar en producción en un plazo relativamente corto de 18 a 24 meses, gracias a una inversión estimada en 500 millones de dólares, mucho menor que los proyectos de cobre más grandes como los de Los Azules y Josemaría, que requieren inversiones superiores a los 3.000 millones de dólares.

Desde San Juan, otro de los grandes polos mineros del país, el gobernador Marcelo Orrego indicó que los avances en el proyecto Josemaría son esperanzadores. “En los primeros meses, ya se empezará la construcción de caminos, lo que es clave para la viabilidad del proyecto”, destacó Orrego, subrayando que el futuro de la minería sanjuanina es prometedor.

Mientras tanto, en el noroeste argentino, las provincias del NOA, especialmente Jujuy, se están enfocando en el litio, un mineral que, si bien genera menos divisas que el cobre, permite una puesta en marcha más rápida. El gobernador jujeño Carlos Sadir destacó que la provincia ha mantenido reuniones con inversionistas internacionales, de países como Turquía e India, con el fin de ampliar las plantas de litio. “Estamos también avanzando con cuatro nuevos proyectos en fase de exploración, y esperamos que todos tengan buenos resultados”, aseguró Sadir, quien resaltó la importancia de los vínculos con instituciones clave, como el Banco Mundial.

Por último, en el sur del país, las provincias de la Patagonia se están planteando un “RIGI ampliado” para las minas maduras de oro y plata, que llevan más de una década de explotación. Oscar Vera, presidente de Fomicuz, la minera estatal de Santa Cruz, explicó que las minas de oro y plata de la provincia, aunque ya en funcionamiento, requieren un régimen fiscal más favorable para extender su vida útil. Además, Santa Cruz también mira con interés el desarrollo del lignito, un mineral con reservas de gran volumen, y el uranio, con el proyecto Sofía a la cabeza. “El uranio está en la superficie, lo que hace que podamos tener producción en tres o cuatro años y abastecer el consumo nacional, con un excedente exportable”, comentó Guillermo Re Kuhl, presidente de Sophia Energy.

En conjunto, las provincias argentinas están aprovechando la coyuntura internacional para promover su potencial minero y atraer inversiones. Sin embargo, no solo se trata de una cuestión de recursos naturales: la clave estará en el uso eficiente del RIGI, las reformas económicas, y sobre todo, en la capacidad de las provincias y el gobierno nacional para consolidar un marco estable y competitivo que atraiga capitales a largo plazo. El futuro de la minería argentina parece prometedor, pero será fundamental que los proyectos y las inversiones no solo lleguen, sino que se concreten con éxito.