Por Agroempresario.com
La industria vitivinícola avanza hacia una nueva era de innovación y transparencia con la implementación de tecnologías de trazabilidad digital. Desde el viñedo hasta la mesa del consumidor, estas herramientas están diseñadas para garantizar la autenticidad de cada botella y ofrecer información detallada sobre su proceso de producción. El proyecto TRACEWINDU, respaldado por el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) y un consorcio internacional, busca transformar la manera en que se controla y comercializa el vino.
En un contexto donde los consumidores exigen mayor transparencia, la trazabilidad se ha convertido en una necesidad estratégica. Este sistema no solo asegura que el vino sea auténtico, sino que también promueve prácticas sustentables y protege las denominaciones de origen. Con TRACEWINDU, cada botella contará con una etiqueta inteligente que ofrecerá datos como la ubicación del viñedo, las técnicas agrícolas empleadas, los análisis químicos y las condiciones de transporte. Todo esto será accesible escaneando un código QR, ofreciendo una experiencia de compra más confiable y educativa.
El INTI, en colaboración con otras instituciones, está desarrollando métodos analíticos avanzados para trazar la relación entre el suelo y el producto final. En Luján de Cuyo, Mendoza, los investigadores ya han probado un bioestimulante natural para proteger las vides de plagas como el oídio y la peronóspora. Estos datos han permitido obtener un “vino prototipo” que servirá como base para un mapa detallado de la producción vitivinícola en Argentina.
“Estamos trabajando en una herramienta que permita identificar la procedencia exacta de cada botella mediante una huella isotópica”, explica María del Valle Bertolo, especialista del INTI. Este método reducirá significativamente el riesgo de fraudes y garantizará la calidad de los vinos argentinos en los mercados internacionales.
Uno de los pilares de TRACEWINDU es la digitalización de datos a lo largo de toda la cadena de producción y distribución. La implementación de etiquetas inteligentes facilitará la gestión logística y permitirá a diferentes actores de la industria, como distribuidores y exportadores, acceder a información específica. Esta iniciativa no solo busca optimizar el comercio internacional, sino también construir confianza en los consumidores al garantizar que cada botella ha seguido un proceso riguroso y transparente.
El proyecto no se limita a Argentina. TRACEWINDU reúne a 11 socios internacionales, incluyendo universidades y centros tecnológicos de Italia, Francia y España. Este enfoque colaborativo permitirá validar las herramientas de trazabilidad en diferentes regiones vitivinícolas, contribuyendo a una mayor estandarización en la industria global. Según los organizadores, los aprendizajes obtenidos podrían beneficiar a productores de todo el mundo.
La trazabilidad digital representa un cambio radical para el comercio del vino, donde la confianza y la calidad son valores esenciales. Con la finalización del proyecto prevista para 2026, el objetivo es que estas innovaciones sean adoptadas por más bodegas, fortaleciendo la posición de Argentina como líder en la vitivinicultura mundial. Mientras la demanda de información sobre alimentos y bebidas sigue creciendo, iniciativas como TRACEWINDU aseguran un futuro donde cada botella de vino cuente su historia con datos precisos y verificables.