Por Agroempresario.com
Este martes, Mark Carney asumió como primer ministro de Canadá con un mensaje claro: transformación económica, reducción del costo de vida y redefinición del vínculo estratégico con Estados Unidos. En una ceremonia oficial realizada en la residencia de la gobernadora general Mary Simon, el nuevo líder liberal prometió avanzar con urgencia en las reformas que exige la ciudadanía tras una elección que marcó el fin del ciclo de Justin Trudeau.
“Los canadienses han elegido este Gobierno con un contundente mandato para redefinir nuestra economía y la relación con los Estados Unidos”, afirmó Carney en su primer discurso como jefe de Gobierno. Y añadió: “También enviaron un mensaje claro: el costo de vida debe bajar y nuestras comunidades deben ser más seguras”.
Para ejecutar sus compromisos, Carney presentó un gabinete de 28 ministros y 10 secretarios de Estado. La nueva composición busca diferenciarse del equipo saliente y renovar la confianza pública en el Partido Liberal, tras los bajos niveles de popularidad de Trudeau en el tramo final de su gestión.
Entre las figuras clave aparece Dominic LeBlanc, designado como ministro de Relaciones Comerciales con Estados Unidos, cargo estratégico dada la relevancia que Carney otorga al vínculo bilateral. LeBlanc, también presidente del Consejo Privado del Rey, ya había iniciado conversaciones con el secretario de Comercio estadounidense, Howard Lutnick, sobre temas sensibles como aranceles y barreras comerciales.
El nuevo gabinete también incluye perfiles orientados a la innovación y el desarrollo sostenible. Evan Solomon, ex periodista devenido en parlamentario, encabezará el flamante equipo de Inteligencia Artificial, creado con el propósito de transformar la economía nacional. En tanto, Francois-Philippe Champagne seguirá al frente del Ministerio de Finanzas, aportando continuidad a las políticas macroeconómicas.
La jefatura diplomática estará en manos de Anita Anand, mientras que Mélanie Joly se ocupará de Industria y David McGuinty de Defensa. La defensa, de hecho, será un área prioritaria, con “inversiones sin precedentes” en capacidades terrestres, aéreas, navales y cibernéticas, según adelantó Carney.
Uno de los anuncios más resonantes fue la designación de Tim Hodgson, ex ejecutivo de Goldman Sachs, como ministro de Recursos Naturales. Hodgson tendrá el mandato de convertir a Canadá en una “superpotencia energética”, impulsando grandes proyectos de infraestructura a escala nacional.
Carney presentó además un paquete de medidas para enfrentar las principales demandas sociales. El gobierno impulsará una legislación para agilizar inversiones en construcción, eliminar barreras federales al comercio interno, y facilitar el acceso a la vivienda. Entre las medidas destacadas figura la eliminación del IVA para la compra de la primera vivienda de menos de 1 millón de dólares canadienses.
También anunció una baja de impuestos para la clase media, prevista para el 1 de julio, y una política más estricta sobre el ingreso de extranjeros al país, reflejando una agenda mixta que combina objetivos progresistas con demandas de sectores más conservadores.
Mark Carney no es un político tradicional. Con una sólida carrera como ex gobernador del Banco de Canadá y del Banco de Inglaterra, Carney llega a la jefatura de Gobierno con un perfil técnico y visión internacional. Su enfoque combina estabilidad fiscal con transformación estructural, y su elección representa una apuesta del liberalismo canadiense por renovar sus banderas tras la era Trudeau.
Si bien su trayectoria genera altas expectativas, los desafíos que enfrenta son significativos: inflación persistente, crisis habitacional, tensiones geopolíticas crecientes y la necesidad de fortalecer la posición de Canadá en los foros multilaterales.
“Este es un Gobierno de acción. No estamos aquí para administrar lo existente, sino para transformar lo que no funciona”, concluyó Carney.