Por Agroempresario.com
El pasado 8 de mayo de 2025, coincidiendo con su 99º cumpleaños, Sir David Attenborough presentó al mundo su nueva obra audiovisual, Ocean. Se trata de un documental que, en palabras del propio naturalista, representa su mensaje más urgente y determinante en defensa del medioambiente. Con más de siete décadas dedicadas a explorar y comunicar las maravillas de la naturaleza, Attenborough decidió centrar su mirada —y su advertencia— en los océanos del planeta: estos ecosistemas invisibles para la mayoría, pero fundamentales para la vida en la Tierra.
La película se estrenó inicialmente en cines seleccionados del Reino Unido y Estados Unidos, y estará disponible para todo el público global a través de National Geographic, Disney+ y Hulu a partir del 8 de junio. Con una producción que combina imágenes submarinas inéditas, entrevistas con científicos marinos y una narrativa cautivadora, Ocean se propone ser mucho más que un documental de divulgación: es una herramienta de conciencia y una alarma de emergencia.
Desde sus primeros años en Leicester, Inglaterra, David Attenborough mostró una fascinación por el mundo natural. A los 11 años ya coleccionaba fósiles, piedras y huesos de aves. Su pasión lo llevó a estudiar Ciencias Naturales en la Universidad de Cambridge y, más tarde, a incorporarse a la BBC, donde comenzaría una carrera mediática sin precedentes. A través de sus series documentales, como Life on Earth, The Blue Planet y Our Planet, Attenborough no sólo educó a generaciones enteras, sino que logró transformar la conciencia ambiental global.
Su habilidad para combinar la ciencia con la narrativa lo convirtió en una figura universalmente respetada. En los últimos años, se ha manifestado cada vez más preocupado por el futuro del planeta. Documentales como Una vida en nuestro planeta (2020) y Breaking Boundaries (2021) marcaron un giro más político y urgente en su discurso. Ocean se inscribe en esta misma línea, pero con un foco específico en el mar, una parte vital del sistema climático y biológico del planeta.
La producción de Ocean llevó más de tres años y combinó expediciones a más de 20 localizaciones en todos los continentes. Desde arrecifes coralinos en la Gran Barrera Australiana hasta los mares helados de la Antártida, el equipo registró la majestuosidad de un mundo muchas veces inexplorado. Pero junto a la belleza natural, la cámara también captó los estragos provocados por la actividad humana: contaminación, sobrepesca, pérdida de biodiversidad, colapsos de ecosistemas enteros.
Uno de los segmentos más impactantes del documental expone las consecuencias de la pesca de arrastre, una técnica que consiste en arrastrar redes pesadas por el lecho marino. Esta práctica destruye hábitats completos y mata de forma indiscriminada a cientos de especies. Attenborough la compara con "destruir una selva tropical con una excavadora", una analogía visual poderosa que resume el nivel de devastación (The Guardian).
En otro fragmento, el documental muestra imágenes de una gigantesca "zona muerta" en el mar Negro, donde la falta de oxígeno, provocada por la contaminación y el calentamiento global, impide la vida marina. Son escenas que conmueven por su crudeza, pero también por el silencio que domina estos espacios donde antes bullía la vida.
A diferencia de otros relatos ambientales que caen en el pesimismo, Ocean intenta equilibrar la denuncia con la esperanza. El documental no solo señala los problemas, sino que también muestra ejemplos reales de recuperación y regeneración marina. Uno de los casos más destacados es el de la Isla de Arran, en Escocia, donde la creación de una zona marina protegida permitió en pocos años el regreso de bancos de peces, moluscos y corales.
Otro ejemplo se encuentra en Turquía, donde un grupo de pescadores convirtió su actividad hacia el turismo sostenible y la observación de especies, reduciendo su impacto ecológico al tiempo que mejoraron sus ingresos. Estos modelos son citados como ejemplos replicables si existe voluntad política, apoyo científico y compromiso comunitario.
La propuesta de Attenborough es clara: si protegemos el 30% de los océanos para 2030, como recomiendan numerosos científicos, todavía es posible evitar un colapso ambiental irreversible. Esta meta, conocida como "30x30", es promovida por múltiples organizaciones internacionales y respaldada por el propio documentalista.
Ocean llega en un momento clave de la agenda ambiental global. En junio se celebra el Día Mundial de los Océanos, y en septiembre tendrá lugar la Conferencia de la ONU sobre los Océanos 2025 en Niza, Francia. Attenborough espera que su documental tenga un rol activo en estos foros, presionando a gobiernos, empresas y ciudadanos a tomar decisiones que prioricen la salud del planeta.
Además de su estreno global en plataformas, el documental será utilizado en programas educativos en escuelas de más de 40 países, como parte de una campaña internacional liderada por National Geographic y WWF. La idea es formar conciencia desde edades tempranas y generar una nueva generación de defensores del mar.
A punto de cumplir 100 años, David Attenborough demuestra que su voz sigue teniendo el poder de convocar, conmover y movilizar. Con Ocean, no sólo entrega una obra cinematográfica de altísimo nivel estético y científico, sino también un testamento ético sobre el futuro que aún podemos elegir.
El documental no busca simplemente mostrar, sino inspirar acción. “La vida marina puede recuperarse. Solo debemos dejar de destruirla”, resume Attenborough al final de la película. Es una frase sencilla, pero que resume la urgencia de un mensaje que, ahora más que nunca, debemos escuchar.