Por Agroempresario.com
El Fondo Monetario Internacional (FMI) anunció este jueves que enviará una misión técnica a Buenos Aires a finales de junio con el objetivo de evaluar el cumplimiento del programa firmado con el Gobierno argentino. La visita tendrá como eje la revisión de metas fiscales, monetarias y de reservas acordadas en el marco del acuerdo de 20.000 millones de dólares.
La confirmación llegó por parte de Julie Kozack, directora de Comunicación del organismo, quien en una conferencia de prensa expresó su apoyo a las recientes medidas adoptadas por el Banco Central (BCRA) y el Ministerio de Economía. Estas acciones, sostuvo, representan “otro paso importante en los esfuerzos por consolidar la desinflación y reconstituir las reservas” internacionales, al tiempo que consideró que el programa está mostrando “resultados impresionantes”.
Desde Washington, Kozack precisó que la misión buscará "evaluar los avances en las metas y objetivos del programa y discutir la agenda de reformas hacia adelante". La revisión llega en un momento crucial, ya que originalmente estaba pautada para el 15 de junio, pero se postergó para permitir al Gobierno ganar margen y reforzar las reservas del BCRA.
La acumulación de reservas netas es uno de los principales desafíos para el equipo económico liderado por Luis Caputo. Según lo estipulado en el acuerdo del 11 de abril, el BCRA debía alcanzar un saldo neto de -500 millones de dólares para el 13 de junio, partiendo desde un déficit de -4900 millones. El margen es estrecho y la presión, alta.
Para mejorar su posición, el BCRA concretó esta semana una operación de financiamiento con bancos internacionales mediante la ampliación de 2000 millones de dólares en pases pasivos (repo) utilizando títulos Bopreal Serie 1-D. Este movimiento tiene como fin reforzar las reservas por vía del endeudamiento, en línea con la estrategia de estabilización trazada junto al FMI.
Kozack destacó que "estas medidas son importantes para seguir reduciendo la inflación y las expectativas inflacionarias", y consideró que el reingreso exitoso de la Argentina a los mercados de capitales podría jugar un rol clave en el fortalecimiento del balance del BCRA.
Más allá de las cifras duras, el FMI volvió a mostrar sintonía con el enfoque de la administración de Javier Milei. “Las políticas de la administración siguen dando resultados impresionantes”, aseguró Kozack. Esta declaración refuerza la percepción de que, al menos en términos fiscales y de control monetario, el Gobierno mantiene el respaldo del organismo.
Sin embargo, la vocera evitó responder si el FMI podría otorgar un “waiver” (perdón formal por incumplimiento de metas) si Argentina no logra alcanzar el objetivo de reservas. La omisión deja abierta la posibilidad de que el cumplimiento estricto siga siendo un requisito clave para el próximo desembolso.
De cumplirse los requisitos del programa, el FMI habilitaría un nuevo desembolso de 2000 millones de dólares, lo que daría un nuevo impulso al Gobierno en su carrera por recomponer el frente externo y apuntalar la estabilidad cambiaria.
El último acuerdo con el Fondo también contempla una banda de flotación cambiaria. Según Economía, el tipo de cambio oficial solo sería defendido si se acercara al piso de esa banda, fijado en 1000 pesos, ajustado a un ritmo de 1% mensual. Sin embargo, el dólar oficial se mantiene en torno a los 1200 pesos, lo que ha impedido una acumulación de reservas significativa mediante la compra directa.
La revisión técnica del FMI llega en un contexto donde la política económica argentina avanza sobre un delicado equilibrio: por un lado, el cumplimiento de las metas pactadas y, por otro, la necesidad de mostrar resultados tangibles frente a una sociedad que aún padece los efectos de la recesión y la inflación acumulada.
Desde el Gobierno afirman que las metas fiscales y financieras están encaminadas. Pero la acumulación de reservas –considerada clave para la estabilidad futura– sigue siendo el talón de Aquiles. En este marco, cada visita del FMI se transforma en un termómetro que mide no solo la solidez del programa, sino también la confianza internacional en la estrategia del oficialismo.