Por Agroempresario.com
En una nueva jornada de operaciones en el Mercado Agroganadero de Cañuelas (MAG), la entrada de 5750 cabezas descargadas desde 154 camiones marcó un escenario de oferta moderada, sin sobresaltos logísticos pero con señales de enfriamiento en los valores de comercialización. Los precios, en baja respecto a la rueda anterior, reflejan un mercado con menor presión compradora y operadores más selectivos.
El Índice General retrocedió un 8,47% al caer de $2497,942 a $2286,352, mientras que el Índice Novillo bajó un 6,46%, ubicándose en $2815,913, valores que impactan tanto en la planificación de los productores como en los contratos de arrendamiento, donde el precio sugerido quedó en $2878,471.
Esta performance es una señal de advertencia para el sector ganadero, que si bien no enfrenta una crisis de demanda, sí opera bajo un contexto de mayor cautela por parte de los frigoríficos y abastecedores, influenciados tanto por factores estacionales como por incertidumbres económicas y políticas.
Los novillos, con 702 cabezas (12,22% del total), marcaron un precio máximo de $3150 con lotes de 433 y 470 kilos, seguidos por registros de $3100 para ejemplares de 500 y 528 kilos, y de $3050 con 514 kilos.
En cuanto a las vacas, las mejores ventas se dieron en $2950 con 431 kg, $2920 con 473 kg y $2700 con animales de 431 y 510 kg. Estos valores consolidan la tendencia a la baja, aún en categorías tradicionalmente buscadas por su rendimiento industrial.
Para los novillitos, el mejor precio alcanzó los $3600 con animales livianos de 300 y 325 kg, seguido de $3400 con 352 kg, y $3300 con lotes de casi 400 kg. Por el lado de las vaquillonas, se pagaron también $3600 por ejemplares de 278 y 286 kg, $3400 por 394 kg y $3300 por 358 kg, configurando un comportamiento similar al de los machos livianos.
Consultados algunos consignatarios y operadores presentes en la rueda, la sensación general fue de un mercado "más frío", sin urgencias de compra, donde los frigoríficos compraron lo justo y necesario. Las subastas fueron ágiles, pero sin el dinamismo ni los valores récord observados en ruedas anteriores, lo que explica la caída de ambos índices.
Una de las explicaciones más repetidas fue la de la sobreoferta contenida por el feriado anterior, que redujo la presión de abastecimiento inmediato. También se señaló la incidencia de los costos de flete y faena, que moderan las estrategias de compra, especialmente en un contexto de márgenes más ajustados para la industria.
En esta rueda, participaron consignatarias y productores de distintas provincias, consolidando al MAG de Cañuelas como el nodo más representativo de la comercialización ganadera nacional. Algunas casas consignatarias como Daniel Blanco y Cía. SA, Colombo y Magliano SA, Sáenz Valiente, Bullrich y Cía. SA y Monasterio Tattersall SA destacaron por la diversidad de lotes presentados y los precios alcanzados.
Ejemplos destacados de precios:
El peso promedio general fue de 423 kg, un dato que permite analizar no sólo la genética y el manejo de los lotes, sino también el nivel de terminación en una época donde el engorde a corral gana protagonismo. Sin embargo, los precios más altos se concentran en categorías livianas, lo que sugiere que la demanda sigue apostando al consumo interno inmediato y no tanto a la exportación.
A futuro, la incertidumbre sobre los mercados internacionales —como el posible impacto del conflicto entre Israel e Irán sobre los insumos agropecuarios como granos y fertilizantes— suma una capa adicional de cautela en las decisiones del sector. A esto se suma el deterioro de muchas economías regionales, lo que condiciona la inversión y renovación de infraestructura productiva.
El MAG de Cañuelas, a poco más de un año de su inauguración, mantiene su posición de liderazgo y modernidad, aunque el contexto económico sigue imponiendo desafíos. Con la inflación aún por encima del 4% mensual y una demanda que no logra recuperar niveles precrisis, los valores del ganado podrían seguir en terreno irregular.
El corto plazo dependerá de factores múltiples: la evolución de las lluvias y pasturas, la relación dólar/precio carne, la capacidad exportadora a mercados como China, y las señales que emita el gobierno en materia de retenciones, tipo de cambio y políticas de incentivo al sector.