Por Agroempresario.com
En un análisis reciente que captó la atención del mercado financiero argentino, el banco de inversión estadounidense JP Morgan recomendó a los inversores reducir su exposición en bonos en pesos argentinos, a raíz de crecientes factores de incertidumbre vinculados al calendario electoral y al fin de la estacionalidad favorable para el ingreso de divisas.
Aunque la entidad financiera mantiene una visión “constructiva” sobre la Argentina en el mediano plazo, el banco enfatizó la necesidad de recortar riesgo en el corto plazo. Entre los motivos de su advertencia se destacan el fin de la cosecha gruesa —clave para la oferta de dólares—, la persistencia del riesgo país, y la falta de acumulación sostenida de reservas por parte del Banco Central (BCRA).
El informe de JP Morgan fue categórico: “Preferimos reducir el riesgo por ahora”. A pesar de que la Argentina ha logrado avances significativos como una notable baja de la inflación, mayor disciplina fiscal y cierta relajación en los controles de capital, el banco cree que los próximos meses presentan un entorno menos favorable para mantener posiciones en instrumentos en moneda local.
“Con la situación estacionalmente positiva por terminar y las elecciones en el horizonte, preferimos tomar ganancias y esperar mejores niveles de entrada para volver a posicionarnos en el mercado local de bonos en pesos”, señaló el reporte, que sugiere una postura más cautelosa para el segundo semestre del año.
La estrategia inicial del banco se había activado en abril, poco después de que el Gobierno argentino anunciara un nuevo esquema cambiario. En ese contexto, el banco consideró viable apostar a instrumentos en pesos como Lecaps y BCS, aprovechando la estabilización del tipo de cambio y el ingreso de divisas derivado de la cosecha agrícola.
En el plano estructural, JP Morgan valoró algunos logros clave del equipo económico que lidera Luis Caputo. Entre ellos, destacó que “el proceso de desinflación ha sido sólido, con la inflación de mayo rompiendo decisivamente el umbral del 2%”, un dato considerado relevante para las expectativas de política monetaria.
También se ponderó el esfuerzo fiscal, con un superávit fiscal primario acumulado de 0,8% del PBI en lo que va del año. Asimismo, se subrayó la importancia de la relajación progresiva de los controles de capital, una medida que contribuye a generar previsibilidad en el mercado financiero.
Pese a estos avances, el banco norteamericano sugiere que las condiciones actuales justifican una toma de ganancias. “Aunque el panorama de mediano plazo sigue siendo positivo, vemos riesgo de corto plazo por ruido electoral y estacionalidad cambiaria”, explicó.
Más allá de las recomendaciones de JP Morgan, otras voces del mercado coinciden en señalar los límites del actual esquema financiero. Un informe de GMA Capital advirtió que “el mercado confía en que, aún después de las elecciones, el dólar se encontrará controlado”, aunque persisten señales de alerta sobre la dinámica de reservas.
“El riesgo país no logra reducirse sostenidamente y se mantiene en torno a los 700 puntos básicos”, señaló la consultora. Este nivel indica que, pese a los esfuerzos de estabilización, persisten dudas sobre la sostenibilidad del plan económico.
A esto se suma el hecho de que el BCRA no ha iniciado una racha de acumulación neta de reservas. Según GMA Capital, si bien hubo operaciones relevantes —como el REPO por USD 2.000 millones y la colocación del Bote 2030 por USD 1.500 millones—, los inversores esperan que se profundicen estas estrategias.
Un factor estacional que pesa en las decisiones del mercado es la finalización del pico de ingreso de divisas del agro, que ocurre típicamente entre abril y mayo. La cosecha gruesa, que este año mostró buen rendimiento, fue clave para generar las condiciones de liquidez que favorecieron las apuestas en pesos.
Sin embargo, con ese flujo ya disminuyendo, la presión sobre el mercado cambiario aumenta. Esto se suma a la salida de divisas por turismo y otras cuentas del balance de pagos, lo que pone en tensión la capacidad del país para sostener la oferta de dólares sin acudir a endeudamiento externo.
La proximidad de las elecciones agrega incertidumbre. Si bien no se espera un giro brusco en el rumbo económico, el “ruido político” es suficiente para que algunos actores financieros —como JP Morgan— adopten una postura más conservadora.
El informe del banco deja entrever que, una vez superado el calendario electoral, podría haber una ventana de oportunidad para volver a posicionarse en bonos en pesos. Pero ello dependerá de que se sostenga la actual tendencia de desinflación, que continúe la acumulación de reservas y que se mantenga la disciplina fiscal.