Por Agroempresario.com
La plaza granaria de Rosario vivió una jornada atípica y cargada de tensión luego de la finalización del decreto que disponía la baja transitoria de las retenciones a la soja. El mercado se paralizó por completo: no hubo valores de referencia para el segmento disponible y las fábricas no mostraron interés comprador. Este escenario generó desconcierto entre los operadores, que esperaban señales claras tras el cambio en las condiciones fiscales.
El responsable de Research de la corredora Zeni, Eugenio Irazuegui, explicó que “la culminación de la rebaja de los derechos de exportación generó un freno abrupto en las operaciones de soja. Fue una rueda sin ofertas abiertas por parte de las industrias, lo que refleja el impacto directo de la suba de retenciones sobre la comercialización interna”.
En paralelo, los contratos a futuro en el mercado a término mostraron caídas generalizadas, sobre todo en las posiciones a julio de 2025. La falta de certezas sobre la estabilidad fiscal y las nuevas reglas del juego alejaron a compradores y vendedores, que decidieron esperar antes de cerrar negocios.
El fin del decreto que rebajaba temporalmente los derechos de exportación a la soja fue determinante para que el mercado de Rosario quedara prácticamente congelado. El segmento disponible, que suele tener alta dinámica, no contó con precios de referencia y la rueda cerró sin volumen negociado. La cotización del dólar comprador en el Banco Nación, que se utiliza como parámetro para la liquidación de divisas del agro, cerró a $1213.
En este contexto, el desconcierto reina entre los productores y operadores, quienes exigen definiciones urgentes por parte del Gobierno. La posibilidad de que nuevas medidas impositivas se implementen sin consulta al sector genera incertidumbre adicional en un mercado históricamente sensible a los cambios en la política fiscal.
Mientras en Rosario el comercio estaba paralizado, en el mercado internacional de Chicago la soja mostró un repunte técnico. El contrato con entrega a julio cerró con una mejora marginal de U$S0,18 y se ubicó en U$S376,53 por tonelada.
Irazuegui analizó que “el rebote se dio tras un arranque bajista impulsado por los datos del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA), que reportaron una condición fenológica acorde para la época. Para los lotes implantados temprano, ya se inició el formado de chauchas, mientras que el 17% se encuentra en floración, cifra alineada con los promedios estacionales”.
El USDA mantuvo sin cambios la calificación de los cultivos a nivel nacional, lo que limitó mayores subas. El mercado interpretó que la estabilidad en los datos reflejaba una campaña que, al menos por ahora, no enfrenta amenazas relevantes desde el punto de vista climático.
Por su parte, el trigo lideró las subas en Chicago, con un aumento de U$S3,12 por tonelada hasta los U$S197,41. La oleaginosa, en tanto, mostró un comportamiento más neutro. El maíz, por su parte, bajó U$S0,20 y se ubicó en U$S165,35 por tonelada.
Un dato que movió el mercado del aceite fue el anuncio de una nueva ley integral presentada en el Congreso de Estados Unidos. Según explicó Irazuegui, el gobierno de Donald Trump impulsa una normativa que restringe el acceso a créditos fiscales para el biodiésel elaborado con insumos importados, lo que favorece a los aceites vegetales producidos localmente.
Este enfoque más proteccionista puede beneficiar indirectamente al aceite de soja estadounidense, y eventualmente repercutir en el comercio global del complejo oleaginoso. Si bien el impacto aún es incipiente, el sector ya empieza a incorporar estos datos en las expectativas de precios.
El USDA también publicó su informe semanal sobre la condición de los cultivos. En el caso del maíz, la calificación nacional subió al 73%, una mejora de seis puntos respecto al mismo período de 2024. Los estados de Nebraska, Dakota del Sur, Texas, Colorado y Pensilvania registraron los mayores avances.
En contrapartida, el trigo sufrió un recorte en su condición. Con el 37% de la cosecha ya realizada, el USDA bajó la calificación en un punto, dejándola en 48%. Las reducciones más importantes se observaron en Nebraska y en la zona noreste que incluye Oregón, Idaho y Montana, así como un recorte puntual en Texas.
Respecto al trigo de primavera, también se redujo la condición general en un punto, debido al deterioro observado en Minnesota y Montana. Estos ajustes generaron una reacción positiva en el precio, dado que reflejan un panorama más ajustado en la oferta futura.
En medio de este escenario, las entidades del agro argentino vuelven a poner el foco en la presión impositiva. “La suba de retenciones genera incertidumbre, frena las decisiones comerciales y desalienta la inversión”, afirmaron referentes del sector que ya evalúan medidas de protesta si no hay señales claras del Gobierno.
Desde las Bolsas de Cereales y de Comercio, así como desde las entidades que integran la Mesa de Enlace, reiteran que la previsibilidad es clave para sostener el flujo de divisas y garantizar el abastecimiento interno. También remarcan que decisiones unilaterales, como la eliminación de beneficios fiscales sin consulta, afectan la credibilidad y la confianza.
La parálisis del mercado de Rosario es solo el primer reflejo de un problema más profundo. Mientras tanto, los operadores esperan definiciones sobre la política agroexportadora para lo que resta del año.