Por Agroempresario.com
En un escenario global ya tensionado por disputas geopolíticas y desacuerdos comerciales, el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, confirmó este domingo que los nuevos aranceles estadounidenses entrarán en vigor el 1 de agosto de 2025 si los países socios no logran cerrar acuerdos comerciales con Washington antes del 9 de julio, fecha que había sido establecida previamente como plazo de negociación por el presidente Donald Trump.
El anuncio de Bessent, emitido durante una entrevista con CNN, refuerza las declaraciones del propio Trump realizadas el viernes pasado a bordo del Air Force One, donde aseguró que había firmado 12 cartas dirigidas a gobiernos extranjeros, las cuales serían enviadas este lunes. Las misivas informarán oficialmente las nuevas tarifas que Estados Unidos aplicará a los países que no alcancen un acuerdo.
Los aranceles habían sido anunciados inicialmente el 2 de abril, cuando Trump estableció un gravamen del 10% sobre bienes importados desde casi todos los socios comerciales, advirtiendo que la tasa podría incrementarse para ciertos países. Sin embargo, los aumentos fueron suspendidos temporalmente hasta el 9 de julio, con el objetivo de dar espacio a las negociaciones bilaterales.
Ahora, Bessent afirmó que si no hay avances, el regreso de los aranceles será inevitable y en niveles incluso “muy altos”, tal como los definidos en la primera etapa de la política comercial trumpista. La estrategia, dijo el secretario, apunta a aplicar una "máxima presión" para acelerar los pactos y cerrar tratados favorables para los intereses estadounidenses.
Hasta la fecha, la administración estadounidense ha alcanzado acuerdos parciales con el Reino Unido y Vietnam, mientras que con China se pactó una reducción temporal de aranceles mutuos. Bessent aseguró que están “cerca de varios acuerdos más” y anticipó que se esperan anuncios “importantes” en los próximos días. No obstante, evitó mencionar qué países estarían involucrados.
En paralelo, las negociaciones con la Unión Europea continúan activas. Representantes de Bruselas y Washington mantuvieron conversaciones durante el fin de semana, y el ministro de Finanzas de Francia expresó su esperanza de alcanzar un entendimiento pronto. A pesar de los avances, el tono del diálogo sigue siendo tenso.
El propio Bessent rechazó la acusación de la periodista Dana Bash, quien señaló que el gobierno estaba reemplazando la diplomacia con amenazas. “No es una nueva fecha límite. Es simplemente cuando entra en vigor. Si quieren apurarse, perfecto. Si no, es decisión de ellos”, respondió el funcionario.
No todos los socios comerciales están dispuestos a ceder ante la presión de la Casa Blanca. El primer ministro japonés, Shigeru Ishiba, manifestó públicamente que "no cederá fácilmente" a las demandas de Washington. Japón, una de las principales economías exportadoras, se mantiene firme en la defensa de sus intereses ante el avance de tarifas que considera unilaterales.
Por su parte, los líderes del bloque BRICS, reunidos en Río de Janeiro, anticiparon una declaración conjunta en la que condenarán los aranceles estadounidenses, calificándolos de ilegales y perjudiciales para la economía global. Este nuevo frente refuerza la visión de que la política arancelaria de Trump podría generar una nueva ola de tensiones comerciales internacionales.
Estas medidas tienen un impacto significativo en el sector agroexportador global, incluido el argentino. De aplicarse los aranceles, muchos productos —entre ellos granos, alimentos procesados y tecnología agrícola— podrían enfrentar nuevas barreras de ingreso al mercado estadounidense, lo que afectaría tanto a exportadores como a compradores.
En este marco, América Latina observa con preocupación los movimientos de Trump. La Argentina, en particular, podría verse perjudicada si no logra cerrar un acuerdo bilateral que la exima de los aranceles, dada su creciente participación en exportaciones de commodities agrícolas hacia Estados Unidos y otros destinos que dependen del libre comercio.
El regreso de la política arancelaria como eje central de la estrategia económica de Trump marca una continuidad con su primer mandato y muestra que su campaña electoral de 2024, ahora con Trump nuevamente en la presidencia, no fue simplemente retórica. Al contrario, la reaplicación de tarifas muestra que su administración está dispuesta a reconfigurar el comercio global, aún a riesgo de fracturar alianzas tradicionales.
Con el 1 de agosto como fecha definitiva, la cuenta regresiva se acelera. Países de todo el mundo evalúan sus opciones: aceptar los términos estadounidenses, buscar una renegociación o enfrentar las consecuencias económicas de una guerra comercial global.