Por Agroempresario.com
En tan solo dos días, el trigo encontró el respiro que necesitaba. Entre el 9 y el 11 de julio, lluvias significativas beneficiaron al centro agrícola argentino, especialmente en el oeste de la región núcleo, aportando entre 10 y 30 milímetros de agua que resultan vitales para el arranque del cultivo en la campaña 2025.
Según datos de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), los acumulados fueron incluso superiores a los promedios históricos de todo el mes de julio, lo que marca un hecho inusual para esta época. En localidades del este de Córdoba, como Hernández y Bell Ville, se registraron 30 y 24 mm respectivamente. Mientras tanto, en el noreste de Buenos Aires, los registros en General Villegas y General Pinto llegaron a 28 milímetros.
Estas precipitaciones llegaron en el momento justo. Las reservas de humedad superficial comenzaban a reducirse y la implantación del trigo ya mostraba signos de estrés. “Este aporte hídrico resultó clave para asegurar una buena emergencia de las plántulas y un anclaje sólido en los primeros estadios del desarrollo”, afirmaron técnicos de la BCR.
La humedad acumulada no solo mejora las condiciones actuales, sino que también renueva las expectativas productivas para los productores del centro del país. En plena etapa de siembra y emergencia del cultivo, cada milímetro cuenta para garantizar un desarrollo óptimo. Además, los pronósticos anticipan nuevas lluvias para mediados de esta semana, lo que podría consolidar aún más el perfil hídrico.
El patrón climático comienza a perfilarse como un invierno más húmedo que lo habitual. Según la BCR, se observa una tendencia sostenida de lluvias frecuentes en la región pampeana, lo que marca una diferencia notable respecto de campañas anteriores afectadas por déficits hídricos.
En este contexto, el consultor meteorológico Alfredo Elorriaga explicó que las condiciones atmosféricas actuales son favorables para que continúe la actividad pluvial. “Los modelos indican que durante la segunda semana de julio predominarán temperaturas moderadas, con circulación de aire húmedo desde el noreste. Esto, sumado a la llegada de frentes fríos desde la Patagonia, generará condiciones ideales para nuevas precipitaciones”, detalló.
Elorriaga añadió que, si bien se mantienen los registros térmicos propios del invierno, el factor más determinante es la presión atmosférica baja en el centro del país, lo que estimula la formación de sistemas de lluvia sobre el corazón agrícola argentino.
Con este escenario, el cultivo de trigo 2025 arranca con un impulso inesperado pero bienvenido, consolidando un panorama más favorable para los productores. Si las lluvias continúan en las próximas semanas, se podrían establecer condiciones óptimas para alcanzar rendimientos cercanos al potencial, algo que parecía improbable semanas atrás.