Por Agroempresario.com
En un contexto económico cambiante y cada vez más exigente, el rol de los CEO requiere una transformación profunda. Así lo plantea Claudio Doller, socio y CEO de BDO en Argentina, quien compartió su visión estratégica sobre cómo adaptar las estructuras empresariales para sostener la competitividad a largo plazo.
“La apertura y la competitividad del nuevo ambiente de negocios exigen que repensemos nuestras estructuras organizativas”, afirmó Doller en el marco del Forbes CEO Summit. Y agregó: “Tenemos el gran desafío de hacer nuestras estructuras muy competitivas”.
Para Doller, las empresas argentinas enfrentan un doble desafío: adaptarse a un entorno de reformas pro mercado, y hacerlo mientras aún operan con las limitaciones heredadas de un largo ciclo de inflación. “Cuando Argentina atraviesa procesos de estabilización, nunca es fácil adaptarse rápidamente. En los últimos años, la competitividad se obtenía trasladando costos al cliente. Hoy, eso ya no es viable”, sostuvo.
En ese sentido, Doller destacó la importancia de trabajar con una visión de mediano y largo plazo, sin perder de vista la necesidad de financiamiento en el corto. “En BDO encuestamos a nuestros líderes para identificar los principales desafíos. El primero es cómo preparar estructuras duraderas en un esquema que apenas comienza a estabilizarse”, explicó.
Más allá de lo financiero, el CEO remarcó que el liderazgo también debe evolucionar. “Estamos viendo una transformación en la forma de gestionar los equipos. Hoy nos enfrentamos a una nueva generación que prioriza su bienestar y exige estructuras laborales más abiertas, flexibles y humanas. El talento está, pero busca trabajar de otra manera. Nuestro rol como líderes es adaptarnos sin resignar eficiencia ni resultados”, planteó.
Doller también abordó el concepto de estrategia en tiempos de incertidumbre. Para él, una buena estrategia se basa en dos factores clave: coraje y perseverancia. “Podés tener coraje para asumir riesgos o perseverancia para sostener decisiones, pero el equilibrio entre ambos es lo que permite sostener el rumbo incluso cuando las cosas no salen como se espera”, dijo.
Respecto al área de riesgos, propuso un cambio de enfoque: “Hoy la gestión de riesgos debe ser ofensiva, no defensiva. Si no asumís ciertos riesgos en un entorno competitivo y abierto, perdés eficiencia. Venimos de una economía muy cerrada y con mentalidades limitadas. Eso tiene que cambiar”.
Finalmente, subrayó que uno de los pilares más importantes para cualquier organización es la experiencia del cliente. “Lo que mantiene unida a una empresa con sus clientes es el aprendizaje constante. El entendimiento profundo de sus necesidades permite adaptar la estructura y evolucionar con ellos. Es la estrategia más sustentable que conozco”, concluyó.