Por Agroempresario.com
Daniel Fenoglio, presidente de la Federación Porcina Argentina, compartió su visión sobre el sector porcino durante el III Congreso Federal “Argentina Agrega Valor en Origen / Cumbre Mundial de la Bioeconomía”, organizado por Agroempresario.com y realizado el pasado 25 de agosto en el Hilton Hotel de Puerto Madero. Fenoglio, productor, procesador y comercializador de cerdos, enfatizó que la producción porcina es una de las actividades pecuarias con mayor agregado de valor en Argentina, desde la crianza hasta la transformación en productos de alto valor.
Fenoglio explicó que, para producir un kilo de carne de cerdo, se requieren apenas 2,5 kilos de maíz y soja más algunos nutrientes adicionales, lo que representa aproximadamente el 70% del costo de producción. “Con eso producimos carne fresca que puede ir al mercado o transformarse en embutidos frescos, secos, fiambres e incluso jamones curados de hasta 14 meses”, destacó el referente.
Según Fenoglio, la producción porcina mundial es la más consumida y producida hasta la última estadística de la FAO de 1993, con cerca del 35% del consumo global de carnes, a la par del pollo, pese a que aproximadamente 2.000 millones de personas de religión musulmana no consumen cerdo, limitando el mercado potencial en un 25%.
El presidente de la Federación Porcina Argentina subrayó varias ventajas competitivas de la producción porcina en Argentina:
Fenoglio también destacó el manejo eficiente de los efluentes de la producción porcina, que se reutilizan para riego o generación de biogás, transformándose en energía eléctrica. En algunos criaderos, la energía generada alcanza a abastecer a 3.000-4.000 habitantes, demostrando el potencial del sector para incorporar sostenibilidad y economía circular.
Argentina se posiciona favorablemente frente a otros países productores de cerdo, especialmente los de Europa, donde la producción enfrenta restricciones ambientales y de bienestar animal. “Tenemos ventajas como extensión territorial, baja densidad de cerdos por kilómetro cuadrado, autosuficiencia de granos y acceso a agua dulce”, explicó Fenoglio.
El sector ha incorporado inteligencia artificial, comederos inteligentes, sensores de salud y monitoreo de toses para detectar estrés o enfermedades, optimizando la producción intensiva y el bienestar animal.
El mercado doméstico argentino crece entre 5 y 6% anual. Fenoglio señaló que la exportación es el área con mayor proyección: Argentina ya abrió 36 mercados, incluyendo China, Rusia, Singapur, Filipinas y Uruguay.
La Federación Porcina Argentina representa al 90% de los productores del país, con unos 800 establecimientos distribuidos en el interior, fomentando el empleo rural y la bioseguridad.
El plan estratégico 2032, actualizado en 2022, proyecta aumentos en producción, consumo y exportación. Se espera que el consumo per cápita supere los 30 kilos por habitante.
Fenoglio destacó: “La producción porcina argentina no solo es eficiente y sostenible, sino que también impulsa el desarrollo económico local”.
Argentina cuenta con ventajas frente a España, Cataluña y otros países del hemisferio norte, con menor densidad porcina, ausencia de enfermedades y autosuficiencia en granos, consolidándose como un exportador confiable.