Por Agroempresario.com
Mario Clozza, doctor en Ciencias Agronómicas, docente investigador de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires y director del Posgrado en Producción Orgánica de la Universidad Nacional de Catamarca, presentó su visión sobre la producción orgánica, la bioeconomía y el valor agregado desde el origen durante el III Congreso Federal “Argentina Agrega Valor en Origen / Cumbre Mundial de la Bioeconomía”, organizado por Agroempresario.com y realizado el pasado 25 de agosto en el Hilton Hotel de Puerto Madero.
Durante su intervención, Clozza enfatizó que la producción orgánica en Argentina enfrenta desafíos vinculados a la exigencia creciente del consumidor, la sustentabilidad ambiental y la necesidad de una formación profesional integral que combine teoría, práctica y conocimiento aplicado por metro cuadrado.
Clozza destacó que el consumidor moderno está cada vez más informado gracias a las redes sociales y demanda productos con trazabilidad y garantía, no solo en alimentos, sino también en cosmética y textiles. “Si queremos aumentar la producción de biomasa vegetal, no es agregando más fertilizantes o nuevos suelos, sino aplicando conocimiento específico por metro cuadrado”, explicó.
La formación profesional es clave para responder a estas exigencias. En ese sentido, Clozza resaltó el rol de la Universidad de Buenos Aires y la Universidad Nacional de Catamarca, que han desarrollado carreras y posgrados orientados a la producción orgánica, formando profesionales capaces de abordar cualquier región y sistema productivo.
La Tecnicatura en Producción Vegetal Orgánica, creada en El Bolsón en 2003, surgió a partir de la demanda de los mismos productores orgánicos que necesitaban profesionales capacitados. Desde 2008, se dicta en Buenos Aires, con actualizaciones en 2014 y 2024. La carrera forma a los alumnos en horticultura, fruticultura, granos, forrajes y cultivos industriales, garantizando conocimientos aplicables a diferentes regiones y sistemas de producción.
Por su parte, el Posgrado en Producción Orgánica de la Universidad Nacional de Catamarca, iniciado en 2018, busca capacitar a profesionales y docentes que trabajan directamente en territorio. Hasta la fecha, han egresado más de 100 profesionales, y actualmente se encuentra en curso la tercera cohorte, con alumnos de Misiones, Buenos Aires, Catamarca y otras provincias.
Ambos programas combinan teoría, práctica y proyectos finales que permiten a los estudiantes planificar emprendimientos productivos, evaluar la certificación orgánica y realizar prácticas socio-productivas vinculadas al mercado y la experimentación aplicada.
Clozza enfatizó los pilares fundamentales de la producción orgánica:
“En producción orgánica no se puede copiar un paquete tecnológico: cada situación es única y requiere interpretación constante”, afirmó Clozza, resaltando la importancia de la formación para interpretar ambientes, capacidades productivas, mercados y cultura de los productores.
El especialista destacó la interacción constante entre docentes y alumnos, la actualización de planes de estudio y la importancia de la retroalimentación del territorio. “Cuando los estudiantes se reciben, nunca se alejan de la facultad; mantienen un ida y vuelta que enriquece la formación y permite ajustar programas a la realidad productiva”, indicó.
Closas señaló tres conceptos esenciales para los alumnos:
El eje central de la exposición fue la necesidad de agregar valor desde el origen, no solo comercializando la biomasa, sino desarrollando productos reproducibles con mayor valor económico y sustentabilidad. “El valor agregado inicia desde la producción misma, y si es orgánico, ya posee un plus que incrementa su competitividad y aceptación en mercados exigentes”, afirmó Closas.
Esta filosofía se integra con la visión del IICA y la bioeconomía, donde el agregado de valor y la producción sostenible se vinculan con empleo, inclusión territorial y resiliencia frente al cambio climático.
La formación profesional en producción orgánica no solo capacita a los egresados, sino que impacta en técnicos, docentes y productores. A través de proyectos, prácticas y trabajos finales, los estudiantes aplican conocimientos para mejorar la fertilidad del suelo, conservar la biodiversidad y fortalecer sistemas productivos locales.
Además, la formación fomenta la creación de emprendimientos agroecológicos y bioemprendimientos, fortaleciendo la economía regional y potenciando la sostenibilidad de los sistemas agrícolas.
Clozza destacó que la producción orgánica se complementa con la bioeconomía, que permite:
Estas acciones no solo mejoran la eficiencia y sostenibilidad, sino que también generan empleo, desarrollo territorial y competitividad internacional.
El docente resaltó la importancia de la cooperación interinstitucional entre universidades nacionales, productores, organismos públicos y privados. Las experiencias en Buenos Aires, Catamarca y Misiones demuestran que la formación profesional, la investigación y la extensión universitaria son pilares para fortalecer la producción orgánica y la bioeconomía en Argentina.
La participación en foros, congresos y seminarios permite intercambiar conocimientos, presentar avances y consolidar redes de colaboración, potenciando el impacto del valor agregado desde el origen en toda la cadena productiva.
Mario Clozza cerró su presentación destacando que la producción orgánica en Argentina requiere combinar formación, investigación, innovación y prácticas sostenibles. “El valor agregado comienza desde el origen, y nuestra misión es formar profesionales capaces de interpretar, aplicar y disfrutar el conocimiento en cada entorno productivo”, concluyó.
El especialista invitó a productores, técnicos y estudiantes a interiorizarse de los programas de estudio, planes de carrera y posgrados, reforzando la formación profesional como motor de innovación, inclusión y desarrollo territorial.