Por Agroempresario.com
Ignacio Iturriaga, presidente de DigiRodeo, abrió su exposición en el III Congreso Federal “Argentina Agrega Valor en Origen / Cumbre Mundial de la Bioeconomía”, organizado por Agroempresario.com y realizado el pasado 25 de agosto en el Hilton Hotel de Puerto Madero, con un planteo provocador: ¿realmente sabemos qué comemos cuando disfrutamos de un asado?
Con su experiencia como ingeniero en Producción Agropecuaria, magíster en Bienestar Animal, productor y asesor, Iturriaga destacó que conocer la carne que llega a nuestras mesas implica mucho más que identificar el corte o el tipo de animal. “¿Saben si ese animal creció en un campo con buenas prácticas de bienestar animal? ¿Si ese campo aplicó normas de sustentabilidad ambiental? Y más aún, ¿sabían si el animal estaba libre de medicamentos al momento de la faena?”, preguntó a la audiencia, marcando la relevancia de la trazabilidad en la producción animal.
Iturriaga subrayó que la principal amenaza sanitaria para 2050 será la resistencia a los antimicrobianos. Explicó que los antibióticos en ganadería son mayormente los mismos que se emplean en salud humana, y que la falta de control en los periodos de carencia puede generar riesgos para consumidores y animales. “De los 27 antibióticos que usamos en ganadería, 20 también se aplican en medicina humana. Ya no hablamos de dos salud, salud humana y salud animal, sino de una sola salud”, señaló.
En este contexto, la trazabilidad animal se convierte en una herramienta indispensable para registrar y monitorear cada etapa de la vida de un animal, desde su nacimiento hasta la faena, incluyendo vacunas, medicaciones y movimientos entre campos.
“Muchos creen que la sanidad se resume en un certificado que indica dónde nació un novillo. Pero eso es insuficiente. La trazabilidad completa nos permite contar la historia de cada animal: dónde nació, quién lo compró, qué vacunas recibió, qué medicaciones se aplicaron y en qué momentos. Esa historia completa es fundamental”, explicó Iturriaga.
Entre los beneficios, mencionó la optimización de la producción y el aumento de eficiencia: al registrar el peso, el crecimiento y los hábitos de alimentación de cada animal, los productores pueden identificar qué animales engordan mejor y cómo mejorar la gestión de sus campos. Además, la trazabilidad permite certificar prácticas de sustentabilidad ambiental, clave para el acceso a mercados internacionales.
Iturriaga recordó casos recientes que evidencian la importancia de la trazabilidad: “En 2017 y 2018, Rusia aplicó una ‘tarjeta amarilla’ a la carne argentina por residuos de antibióticos. Hoy, Europa solicita demostrar que la carne proviene de campos no deforestados. Las reglas del comercio cambiaron: no alcanza tener buena carne, hay que poder contar su historia”.
La normativa vigente en Argentina también refleja esta tendencia: la Resolución 530/2025 del SENASA establece que a partir del 1 de enero de 2026 todo ternero destetado o en su primer movimiento debe ser identificado con un binomio de caravanas RFID, asegurando un registro completo y verificable de cada animal.
DigiRodeo está desarrollando soluciones para ir más allá de la normativa. “Estamos incorporando un segundo chip de alta frecuencia dentro de la caravana, lo que nos permite leer animales hasta a 14 metros de distancia. Esto habilita portales de lectura para múltiples animales simultáneamente, integrados con balanzas automáticas, generando un manejo desatendido que respeta el bienestar animal”, detalló Iturriaga.
Entre las innovaciones también se destacan lectores de mano que pueden registrar eventos como peso, condición corporal y vacunaciones sin necesidad de conectividad constante, y jeringas de vacunación que leen la caravana al aplicar la vacuna, automatizando la trazabilidad del proceso sanitario.
Uno de los puntos clave destacados por Iturriaga es que estas tecnologías reducen el estrés y el manejo físico de los animales, evitando errores humanos y accidentes. “La información se captura en el momento y se sincroniza automáticamente en sistemas centralizados, minimizando la posibilidad de errores y aumentando la eficiencia”, explicó.
Asimismo, la trazabilidad facilita la acción rápida ante brotes sanitarios, como la fiebre aftosa. Con registros precisos, el SENASA puede identificar el origen de un foco y aplicar barreras de contención más efectivas, evitando la propagación masiva de enfermedades.
Iturriaga enfatizó que, históricamente, muchas de las certificaciones de manejo y sanidad eran declaraciones juradas, con limitada capacidad de verificación. “Hoy, la tecnología nos permite demostrar con datos precisos dónde estuvo el animal, sus movimientos, coordenadas geográficas y tratamientos aplicados. Es un salto de transparencia que respalda la confianza de consumidores y mercados internacionales”, afirmó.
Lejos de ser un costo, la trazabilidad debe considerarse una inversión estratégica en tres ejes: confianza, salud y futuro. “La confianza se genera al demostrar que nuestra carne cumple estándares de bienestar y sustentabilidad. La salud se protege al garantizar periodos de carencia correctos y prevenir resistencia a antibióticos. Y el futuro se asegura al adaptar la producción a normas internacionales y demandas de consumidores”, subrayó Iturriaga.
Además, remarcó que la tecnología debe trabajar para el productor, no al revés. El objetivo es automatizar la captura de información y minimizar tareas administrativas, permitiendo que el tiempo en campo se dedique a la producción y manejo eficiente de los animales.
La trazabilidad no sólo es relevante para la salud pública, sino también para la competitividad de Argentina en mercados internacionales. Países compradores exigen cada vez más información verificable sobre el origen, manejo y tratamiento de los animales. Contar con datos precisos y certificados permite a los productores argentinos acceder a mercados exigentes y mantener la reputación de calidad de la carne argentina.
Los sistemas desarrollados por DigiRodeo son compatibles con la plataforma del SENASA, lo que permite un flujo de información confiable y seguro. “Aunque el sistema actual es robusto y confiable, nuestras innovaciones permiten enriquecer los datos, integrar lecturas automáticas y mejorar la trazabilidad sin depender de la conectividad permanente”, explicó.
En la práctica, la implementación de estas tecnologías permite registrar automáticamente eventos de alimentación, vacunación, peso y condición corporal. Esto no solo optimiza la gestión del rodeo, sino que también proporciona evidencia concreta de prácticas responsables y sustentables, lo cual es clave para exportadores, certificadores y consumidores.
Iturriaga cerró su presentación destacando que la trazabilidad es un camino hacia un agro argentino más sustentable, confiable y competitivo. “No se trata solo de cumplir con regulaciones, sino de generar valor agregado, fortalecer la salud pública y asegurar un futuro donde nuestra producción cumpla con los estándares globales. Este futuro comienza ahora”, concluyó.