Por Agroempresario.com
En el marco del III Congreso Federal “Argentina Agrega Valor en Origen / Cumbre Mundial de la Bioeconomía”, realizado el pasado 25 de agosto en el Hilton Hotel de Puerto Madero, Matías Peire, fundador de Gridx, compartió su visión sobre cómo la ciencia y la inversión de riesgo pueden transformar la matriz productiva de Argentina y América Latina.
Con más de una década de experiencia impulsando empresas de base científica, Peire señaló que la sociedad global enfrenta límites en la forma en que producimos alimentos, vestimenta, materiales y energía. Según él, la lógica extractiva tradicional no alcanza para satisfacer la creciente demanda mundial, y es necesario repensar cómo se sintetizan los recursos de manera sostenible, equilibrada y eficiente.
“El mundo necesita repensar cómo producimos. La empresa es el instrumento ideal para cristalizar el conocimiento científico y traer soluciones sustentables”, afirmó Peire ante empresarios, académicos y referentes del sector.
Matías Peire explicó que Gridx surgió hace más de diez años con una misión clara: identificar cómo América Latina podía ofrecer soluciones innovadoras y sostenibles al mundo mediante el aprovechamiento del conocimiento científico disponible en la región.
El objetivo inicial fue crear empresas que transformaran este conocimiento en aplicaciones concretas, utilizando la industria del venture capital como vehículo para financiar proyectos con alto potencial de riesgo y retorno. “La industria del venture capital permite asumir riesgos que los financistas tradicionales no aceptarían, pero que son necesarios para innovar”, explicó.
Peire detalló que la industria del venture capital, con raíces en Estados Unidos y especialmente en Silicon Valley, evolucionó desde la década del 70 y se consolidó tras la explosión de las puntocom en los años 90. A lo largo del tiempo, esta industria se sofisticó, especializándose en diferentes verticales tecnológicas y estableciendo etapas de inversión desde tempranas hasta avanzadas, manteniendo siempre la premisa de asumir riesgos significativos a cambio de potenciales retornos elevados.
Para Gridx, el desafío no era solo identificar proyectos científicos, sino también transformarlos en empresas invertibles con lógica de venture capital. Según Peire, aunque existía talento y conocimiento profundo en universidades y centros de investigación de Argentina, como CONICET e INTA, no había suficientes iniciativas espontáneas que generaran startups científicas.
“Descubrimos que los científicos tenían entusiasmo y capacidad, pero necesitaban un cofundador de negocios que les permitiera traducir su conocimiento a un lenguaje empresarial y atraer inversión”, explicó.
En ese marco, Gridx desarrolló un modelo de acompañamiento integral: identificar proyectos científicos en todo Argentina, emparejarlos con perfiles de negocios, y actuar como primeros inversores, aportando capital y know-how para consolidar la startup.
Inicialmente, el fondo de Gridx se centró en biotecnología, por tres razones clave:
“Este enfoque nos permitió ser competitivos en la región y ofrecer soluciones innovadoras en agro, alimentos, salud, materiales y herramientas biotecnológicas”, indicó Peire.
Desde la creación de su primer fondo en 2018, Gridx logró financiar 36 empresas con un capital inicial de 11,5 millones de dólares, enfocándose en proyectos de biotecnología y ciencias de la vida. Posteriormente, en 2022, se consolidó un segundo fondo de 30 millones de dólares, con el que se expandieron operaciones a México, Brasil, Uruguay y Argentina, alcanzando un portafolio de más de 90 empresas.
El proceso de selección es altamente competitivo: cada año, el fondo convoca alrededor de 20 proyectos científicos y 20 perfiles de negocios. Solo entre 10 y 15 proyectos son finalmente elegidos para recibir inversión, tras un análisis riguroso de viabilidad, escalabilidad y potencial de impacto en la matriz productiva regional.
Matías Peire afirmó que el potencial de transformación de América Latina es exponencial. Actualmente, sus empresas emplean a aproximadamente 700 científicos, pero proyectan que en los próximos diez años podrían sumar hasta 20.000 profesionales en startups de base científica.
“Este modelo puede generar un impacto tectónico en la matriz productiva de Latinoamérica, impulsando la innovación, la competitividad y la sustentabilidad en todos los sectores”, aseguró.
En este contexto, Gridx se prepara para lanzar un tercer fondo, con el objetivo de crear 70 nuevas empresas en los próximos cuatro a cinco años, consolidando aún más su influencia en la bioeconomía regional y en el desarrollo de Argentina como un hub de ciencia aplicada a la producción sostenible.
El análisis de Peire dejó en evidencia la interconexión entre conocimiento científico, inversión de riesgo y crecimiento productivo. Según él, la clave del éxito radica en transformar la ciencia cruda en empresas invertibles y sostenibles, generando empleo de calidad, innovación tecnológica y soluciones competitivas a nivel global.
Asimismo, destacó la necesidad de una mayor vinculación entre los centros científicos y el sector privado, y la importancia de un ecosistema que apoye la innovación desde la base científica hasta la aplicación industrial.
“La base científica de Argentina es una de las pocas reliquias que nos quedan como país. Protegerla, potenciarla y ponerla en valor mediante empresas es la estrategia para convertir conocimiento en desarrollo real”, concluyó.
Gracias a esta visión estratégica, Gridx no solo impulsa la innovación en Argentina, sino también en México, Brasil y Uruguay, consolidando un ecosistema regional de venture capital científico. Con una cartera diversificada en agro, salud, alimentación y materiales, la firma busca demostrar que América Latina puede competir en tecnología avanzada y soluciones sostenibles a nivel mundial.