Por Agroempresario.com
Durante el III Congreso Federal “Argentina Agrega Valor en Origen / Cumbre Mundial de la Bioeconomía”, realizado el pasado 25 de agosto en el Hilton Hotel de Puerto Madero, la titular del Ente de Turismo de Mendoza, Gabriela Testa, abordó el tema del turismo como motor de la bioeconomía, central para su provincia.
En un contexto dominado por exposiciones centradas en el sector agroindustrial, Testa ofreció una perspectiva innovadora: el rol del turismo gastronómico y el enoturismo como herramientas para agregar valor en origen, generar empleo, fortalecer la identidad cultural y promover prácticas sostenibles.
“El turismo no es solo una actividad económica, es un fenómeno social, cultural y ambiental”, afirmó Testa. En su intervención, explicó que el turismo del vino y la gastronomía mendocina no solo representan fuentes de ingreso, sino plataformas para la exportación simbólica y real de productos regionales.
“Cuando un turista extranjero se sienta a comer en Mendoza, estamos exportando alimentos”, remarcó. Y fue aún más allá: ese mismo turista, si se enamora de un producto, puede terminar reclamándolo en su lugar de origen. Así, el turismo potencia la demanda externa, sin pasar por los canales convencionales.
En Mendoza, el 80% del vino argentino se produce en más de 900 bodegas, de las cuales 230 están abiertas al turismo. Esta evolución, contó Testa, comenzó en el año 2000 con la creación de los Caminos del Vino, cuando apenas una decena de bodegas recibían visitantes. Hoy, el crecimiento se consolidó, y Mendoza forma parte de la Red de Grandes Capitales del Vino, junto a Napa Valley, Burdeos, Verona y La Rioja (España).
La fiesta nacional de la Vendimia, que en 2026 cumplirá 90 años, fue originalmente pensada para promover la industria vitivinícola. Hoy, es un emblema cultural y turístico, incluso durante la pandemia, cuando se celebró de forma virtual.
Mendoza se ha convertido en una referencia iberoamericana en gastronomía. En 2023 y 2024 fue reconocida como Ciudad Iberoamericana de la Gastronomía, e ingresó a la prestigiosa Guía Michelin, junto con CABA.
Esta transformación fue acompañada por políticas públicas concretas: desde 2017, con la Cumbre de Turismo del Vino de ONU Turismo, Mendoza impulsa foros y diagnósticos del sector. En 2024 se celebrará la 6ª edición del Foro de Gastronomía, espacio desde donde nació el Plan de Desarrollo de la Identidad Gastronómica de Mendoza (DIGAN).
Este plan articula datos cualitativos y cuantitativos obtenidos de productores, académicos, empresarios y profesionales, e impulsa una cadena de valor alimentaria que conecta al pequeño productor con el restaurante, sin intermediarios.
A pesar de ser una provincia desértica, donde solo el 3,5% del territorio es irrigado, Mendoza produce alimentos de altísima calidad: tomates, frutas de carozo, orégano con denominación de origen, aceite de oliva, frutos secos, aromáticas y hortalizas.
Además, la provincia cuenta con un ecosistema formativo robusto, donde conviven ingenieros agrónomos, enólogos, nutricionistas y chefs profesionales, lo cual potencia el desarrollo de una gastronomía basada en ciencia, técnica e identidad.
Testa destacó que el turismo gastronómico no sólo genera valor económico, sino que integra la lógica de la bioeconomía al privilegiar la compra directa a productores cercanos (kilómetro cero), el uso mínimo de agroquímicos y el aprovechamiento de los recursos naturales sin comprometer el ambiente.
La amplitud térmica y las heladas nocturnas permiten evitar plagas sin pesticidas. Así, se logra una producción más sustentable, coherente con los nuevos consumidores exigentes que valoran la trazabilidad, el origen y la sustentabilidad de lo que consumen.
“La gente busca autenticidad. Quiere saber de dónde viene lo que come y quién lo produjo”, señaló Testa. En ese marco, el turismo del vino y el gastronómico permiten ofrecer experiencias con identidad, que combinan placer, cultura y educación. Eventos como “Música Clásica por los Caminos del Vino”, “Tango por los Caminos del Vino”, “Vino al Cine” o los festivales gastronómicos funcionan como anclas de temporada baja y contribuyen a mantener el flujo turístico durante todo el año.
El Plan DIGAN se sustenta en una gobernanza colaborativa entre el Estado, la Academia y el sector privado. Entre los actores clave están la Facultad de Ciencias Agrarias, con su centro de investigación gastronómica, y la Asociación Empresaria Hotelero Gastronómica de Mendoza, filial de FEHGRA.
Además, el enfoque es federal: “La gastronomía puede desarrollarse en cualquier punto de la provincia. No depende de tener un gran atractivo natural. Puede surgir en la alta montaña, en el desierto o en la ciudad”, afirmó Testa.
“La gastronomía es un patrimonio cultural intangible que proyecta la imagen de una ciudad, una región y un país”, afirmó Testa. Por eso, consideró que debe pensarse como un instrumento estratégico de inserción internacional, tanto en términos simbólicos como económicos.
A través de la gastronomía, se construye marca país, se promueven productos con denominación de origen, y se impulsa el arraigo rural. En este sentido, el turismo actúa como un puente entre el campo y el mundo, capaz de conectar sabores con historias, productores con consumidores globales.
Mendoza es la primera provincia argentina en contar con un plan de desarrollo turístico gastronómico estructurado. Sin embargo, para Gabriela Testa, este modelo puede replicarse en todo el país.
“El turismo es una herramienta fundamental no solo para el desarrollo económico, sino también para poner en valor el trabajo del campo argentino en toda su diversidad”, concluyó, dejando a disposición el plan y sus herramientas en el sitio oficial: https://www.mendoza.gob.ar/