Cada vez son más las empresas que priorizan las habilidades blandas por sobre los conocimientos técnicos a la hora de seleccionar a un candidato. Buena comunicación y organización, capacidad para trabajar en equipo, pensamiento crítico, facilidad de adaptación, creatividad, puntualidad y empatía son algunas de las habilidades más demandadas según LinkedIn, una red social que facilita la conexión entre profesionales y empresas.
Ya no son tantos los líderes que den órdenes directas, sino que lo más común es que se formen equipos de trabajo capaces de diseñar una estrategia para cumplir con los objetivos. Así lo entiende Ignacio Costa, Product Owner de Viajes del Banco Galicia, quien remarcó que eso ayuda a que “se generen momentos de esparcimiento e integración en el ambiente laboral que potencian los vínculos entre los empleados”.
En la misma línea, el director para la Argentina de la consultora H-Move, Matías Ponce, señaló que al momento de evaluar a un candidato, las habilidades blandas tienen una valoración del 80%, ya que “definen la manera en que va a trabajar y cómo se va a parar para resolver problemas”. Asimismo, advirtió: “Las habilidades blandas son mucho más complicadas de desarrollar: es más difícil aprender a trabajar en equipo que cálculo financiero”.
Por su parte, Florencia Giulio, fundadora de Madreselva, una incubadora de proyectos culturales y artísticos, manifestó que “a la hora de trabajar con artistas, ejecutivos de una corporación o emprendedores se ponen en juego diversas lógicas, ya que tienen visiones diferentes. La empatía es esencial para que el networking funcione”.
Este incremento de la demanda de habilidades blandas responde a una digitalización de los procesos, para lo cual se precisan personas flexibles y con pensamiento crítico, que sean capaces de comunicarse de manera eficaz. “Los dispositivos móviles nos invitan a desarrollar diferentes tipos de competencias blandas propias del mundo digital, tales como la agilidad para la interacción y lo instantáneo, y la capacidad de colaborar y liderar en red a través de tareas en línea”, explicó Ponce.
Para Rafael Bergés, gerente de Desarrollo Organizacional y Recursos del Banco Galicia, este nuevo paradigma impacta en dos niveles: el primero corresponde a los líderes, quienes “deben estar capacitados para delegar decisiones y otorgar powerment real”; mientras que el segundo tiene que ver con la organización del espacio físico. Para ilustrar este punto, Bergés puso de ejemplo el caso de su empresa, donde “los gerentes están en espacios colaborativos o abiertos, en lugar de en una oficina o divididos por mamparas”, lo que facilita la colaboración. De esa forma, desaparece la jerarquía y la distancia. “Todos trabajamos en conjunto y nos comunicamos más allá del rango”, afirmó.