Por Agroempresario.com
En Japón, la carne Wagyu es considerada un tesoro nacional desde que el gobierno le otorgó un estatus especial en 1997. Esta raza bovina se distingue por su excepcional ternura, jugosidad y sabor único, gracias a su característico marmoleado, la infiltración de grasa entre las fibras musculares. Hay cuatro variedades principales de Wagyu, siendo la Tajima-gyu la base para la famosa carne Kobe de la prefectura de Hyogo, reconocida por su certificación exclusiva.
Para obtener la denominación Kobe, la res debe cumplir con estrictos estándares, incluyendo origen en Hyogo, edad entre 28 y 60 meses, peso adecuado y un marmoleado superior, clasificándose como A5, la más alta en calidad.
Japón exporta carne Wagyu principalmente a Asia y EE.UU., mientras que las importaciones enfrentan altos aranceles, como el 38.5% desde Argentina comparado con el 23.3% por el Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico.
Este contexto subraya cómo la carne Wagyu, especialmente la Kobe, no solo representa calidad y prestigio, sino también un componente crucial en el comercio internacional con desafíos y oportunidades específicas según los mercados y regulaciones involucradas.