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Por Agroempresario.com
El Gobierno argentino oficializó la reducción de la alícuota del Impuesto PAIS del 17,5% al 7,5% para el pago de importaciones y fletes desde el exterior, en un movimiento que busca aliviar la presión inflacionaria y fomentar la actividad económica. Este decreto, publicado a la medianoche, revierte un incremento aplicado en diciembre pasado y responde a las promesas hechas durante el debate de la Ley de Bases.
El equipo económico del Gobierno espera que esta reducción en la carga impositiva contribuya a frenar la inflación, que ha mostrado una tendencia estable en los últimos meses. La expectativa es que los precios al consumidor registren una desaceleración, reflejando la menor presión fiscal sobre las importaciones. Sin embargo, los analistas del mercado mantienen una visión más cautelosa sobre el alcance real de esta medida. Según la consultora LCG, el efecto directo sobre la inflación podría ser limitado, ya que dependerá de la estructura de costos de los productos importados y la capacidad de las empresas para ajustar sus márgenes de rentabilidad sin afectar los precios al consumidor.
Por otro lado, el impacto podría ser más evidente en los precios mayoristas, especialmente en aquellos productos con un componente significativo de importación. Esto se alinea con el análisis de la consultora 1816, que anticipa que la reducción del impuesto podría frenar los ajustes de precios programados en algunos sectores, aunque sin generar una disminución nominal de los precios.
La baja del Impuesto PAIS también tendrá repercusiones en el mercado cambiario. El tipo de cambio para importadores se reducirá, lo que podría incrementar la demanda de divisas en un momento crítico para el Banco Central. Según estimaciones del mercado, esta medida podría llevar a un aumento significativo en las importaciones, lo que presionaría aún más las reservas de la entidad monetaria.
Los analistas señalan que esta dinámica podría intensificarse en los próximos meses, especialmente considerando que muchos importadores pospusieron sus compras a la espera de esta reducción impositiva. Esto podría resultar en un incremento de la demanda de dólares, lo que pondría en riesgo la estabilidad cambiaria en un contexto de reservas limitadas.
Desde el punto de vista fiscal, la reducción del Impuesto PAIS representa una pérdida de ingresos para el Estado. Según cálculos de LCG e Invecq, la baja en la alícuota podría reducir la recaudación en aproximadamente 0,4% del PBI en lo que resta del año, equivalente a unos 2.500 millones de dólares. No obstante, el Gobierno confía en que esta merma será compensada por otras medidas fiscales, como la moratoria impositiva y el reajuste del impuesto a las Ganancias.
En términos de competitividad, la reducción del costo de las importaciones podría poner presión sobre los productores locales, obligándolos a ajustar sus precios para mantenerse competitivos frente a los productos importados. Este efecto, aunque positivo para la inflación, podría tener implicaciones negativas para ciertos sectores industriales.
La reducción del Impuesto PAIS es una medida que busca equilibrar la economía argentina en un momento de alta inflación y presión cambiaria. Aunque se espera que contribuya a moderar los precios y estimular la actividad económica, su impacto dependerá en gran medida de cómo responda el mercado y de las condiciones cambiarias en los próximos meses. Además, la pérdida de ingresos fiscales y la posible presión sobre las reservas del Banco Central son factores que podrían complicar la efectividad de esta política en el corto plazo.
