Por Agroempresario.com
La historia de Monika Andrioulo Rottmar, una inmigrante alemana que ha logrado destacar en la panadería artesanal en Argentina, es un claro ejemplo de cómo la pasión y la perseverancia pueden llevar a un éxito inesperado. En una reciente entrevista publicada en La Nación, Monika compartió su trayectoria, desde sus recuerdos de infancia en Wangen im Allgäu, Alemania, hasta la apertura de su panadería Brotlädele en Saladillo.
Desde muy joven, Monika fue parte de una familia que dedicaba un día a la semana a hornear entre 15 y 20 panes en un gran horno a leña. "Crecí sintiendo esos gustos, el sabor único de lo hecho en casa, era algo muy lindo", rememora. Este profundo vínculo con la panificación la acompañó a lo largo de su vida, incluso cuando decidió mudarse a Argentina tras conocer a su esposo Eber en Múnich.
Su reciente éxito en una competencia de panadería en Europa, donde obtuvo una medalla de oro y dos de plata, no solo la enorgullece a ella, sino que también coloca a Saladillo en el mapa de la panadería artesanal. Los resultados fueron sorprendentes: un notable 98 puntos para su pan de semillas, 96 puntos para el de centeno y un perfecto 100/100 para su especialidad, el Salapan. "Siempre aparece la pregunta, ¿por qué te viniste acá desde Alemania? Yo nunca me lo había imaginado", dice Monika en la entrevista, reflexionando sobre su vida en Argentina.
El proceso de creación de Monika no ha sido fácil. Tras llegar al país, comenzó a experimentar con recetas alemanas, incluso enfrentando fracasos que casi la desaniman. Sin embargo, con el apoyo de amigos y su esposo, encontró el valor para emprender su propio negocio en medio de la pandemia. "Para mí era un cambio muy grande, pero dije 'hay que probar', uno no puede estar siempre seguro de cómo va a ser la vida", recuerda.
En su panadería, Monika se asegura de utilizar ingredientes de alta calidad, incluyendo harinas integrales orgánicas. "Me parece muy importante, desde mis comienzos, fijarme en que todos los productos sean de buena calidad", explica. Además, destaca las ventajas de los panes de masa madre, que son más digeribles y tienen un sabor más rico. "La fermentación natural baja el contenido de gluten, es más digerible y se absorben mejor las vitaminas y minerales en el intestino", añade.
A pesar de estar lejos de su hogar natal, Monika se siente feliz en Saladillo. "La gente acá es muy cálida y abierta", afirma. Ha logrado combinar su amor por la panificación con una vida familiar plena, siendo madre de cuatro hijos. Con una producción que mezcla tradición y modernidad, su panadería Brotlädele no solo es un espacio de trabajo, sino un lugar donde Monika puede reconectar con sus raíces y compartir su amor por el pan con la comunidad.
Mientras disfruta de su reciente reconocimiento, Monika continúa horneando todos los días, disfrutando del proceso que, para ella, es más que un simple trabajo: "Hacer pan es un producto que nace de las manos", concluye con una sonrisa, mientras su historia de éxito sigue inspirando a otros en la comunidad.