Soja: ROSARIO
$315.000 1.61%
Maíz: ROSARIO
$221.500 3.02%
Trigo: ROSARIO
$213.000 1.67%
Por Agroempresario.com
El mercado ganadero atraviesa una etapa de enfriamiento en enero debido a una combinación de factores climáticos adversos y una demanda estacionalmente más débil, lo que ha afectado los precios de la hacienda. Según un informe reciente de Rosario (Rosgan), el mercado se encuentra en alerta, ya que ni la exportación ni el consumo parecen estar traccionando, lo que ha impactado en el poder de compra de los actores involucrados.
Enero, históricamente, no es un mes de gran oferta de hacienda, y la cantidad de animales que llegó a la faena en las últimas semanas ha excedido las capacidades del mercado para asimilarla. En este contexto, la caída de valores experimentada por los precios de la carne de vaca no es una sorpresa. A pesar de que diciembre insinuó un repunte en las cotizaciones, el enfriamiento posterior a las fiestas cortó las mejoras alcanzadas en el mes anterior.
Desde el lado de la demanda, la exportación no ha mostrado los signos de crecimiento que muchos esperaban. Esto se debe a factores como la caída de los precios en los que China, uno de los principales compradores, ha adquirido carne argentina. Además, la complicada situación de la industria exportadora ha reducido su poder adquisitivo, restringiendo así su capacidad de compra. Por otro lado, el consumo interno también ha presentado una debilidad, ya que enero y febrero suelen ser meses de menor demanda de carne, lo que hace difícil que los precios se mantengan estables o aumenten.
Por otro lado, en cuanto a la oferta, la faena ha mostrado un leve descenso con respecto a diciembre, aunque sigue por encima de los niveles registrados en el mismo mes de 2023. En lo que va de enero, la cantidad de animales enviados a faena ha sido inferior al mismo mes del año pasado, aunque los novillos y novillitos continúan mostrando un ritmo sostenido, según datos del SENASA. A pesar de que la cifra de 1,72 millones de animales alojados en feedlots para 2024 muestra una ligera disminución con respecto al mes anterior, este número sigue siendo elevado si se compara con el promedio de los últimos tres años.
Los feedlots, que han experimentado un crecimiento importante en los últimos años, están operando a una ocupación más reducida en comparación con los picos de 2 millones de animales alojados en meses anteriores. Esta reducción en la capacidad de los corrales de engorde ha provocado una disminución en la oferta de ganado terminado para la faena. Sin embargo, esta caída podría verse compensada por una mayor salida de hacienda de los campos, que podría ajustarse dependiendo de las lluvias y las condiciones climáticas de las próximas semanas.
A pesar de la disminución en la cantidad de animales en los feedlots, la faena de animales provenientes de campos sigue siendo importante y mantiene un alto porcentaje de la oferta total. De hecho, en 2024, alrededor del 60% de los animales faenados provienen de los campos, lo que depende en gran medida de las condiciones climáticas que permitan la recepción de más ganado en las zonas rurales. La baja estacional de la oferta, que es esperada en los feedlots, podría ser compensada por la mayor salida de ganado de los campos, dependiendo de la evolución de las lluvias, uno de los principales factores que determinan la actividad ganadera.
El comportamiento de los precios ha estado marcado por una serie de altibajos. En el período comprendido entre mediados de noviembre y finales de diciembre, el precio de la hacienda gorda logró corregir parte del atraso acumulado y subió más del 20%. Sin embargo, tras el fin de año, esa mejora comenzó a erosionarse, perdiendo prácticamente la mitad de la mejora obtenida.
Actualmente, los precios de los novillos gordos en el Mercado Agroganadero de Cañuelas (MAG) se mantienen en torno a los $2500 por kilo, lo que representa un valor similar al de mediados de noviembre. A pesar de este valor, si se ajustan los precios por inflación, los valores actuales son aproximadamente un 15% inferiores a los registrados en años con condiciones climáticas más neutrales.
En cuanto a la invernada, el comportamiento es similar al de la hacienda gorda, con una caída significativa en los valores de los terneros en comparación con diciembre. Sin embargo, estos precios siguen siendo superiores a los de los últimos dos años, aunque se muestran un 15% a 20% por debajo de los valores registrados en años anteriores. La falta de pasto es una de las razones detrás de este fenómeno, y esto afecta tanto a la condición de los terneros como a las vacas paridas con cría.
Uno de los factores que más preocupa en este momento es la falta de lluvias, que está afectando las zonas clave para la ganadería, como el centro-norte de Córdoba, sur de Santiago del Estero y zonas cercanas de Santa Fe. La falta de agua afecta tanto la provisión de forraje para la hacienda como la previsión de grano que se destina al consumo de los animales durante el año.
A pesar de que las lluvias que se registraron en la tercera semana de enero trajeron alivio a algunas de estas zonas, gran parte del centro de Santa Fe, la provincia de Buenos Aires y La Pampa siguen esperando precipitaciones para poder revertir la severa sequía que afecta a los campos. Esto pone en riesgo la producción ganadera de muchas regiones y limita las opciones de los productores para mejorar su rentabilidad.
En cuanto a las perspectivas para los próximos meses, los pronósticos meteorológicos son algo más alentadores, ya que se espera un otoño más neutral en términos de lluvias y temperaturas. Si las condiciones climáticas se estabilizan y las precipitaciones se generalizan en las zonas afectadas, los productores podrían experimentar una recuperación en la oferta ganadera, lo que podría tener un efecto positivo en los precios.
Además, algunos climatólogos anticipan que la segunda mitad del verano y el inicio del otoño podrían transitar con menor presión climática, lo que podría aliviar la situación de la ganadería. Esto abriría la puerta a una dinámica de precios relativamente alcista, dado que una mayor oferta ganadera permitiría a los productores capitalizar mejor sus ventas y reducir el impacto de la sequía en la producción.
